Simeon Bar Joyai - Zohar 3de5 - Comunidad Israelita Bet Or
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Hombre, León, Toro y Águila, en la Carroza Superior; y el espíritu proyecta la imagen de<br />
ellos todos por un tiempo, porque lo que pertenece al dominio del espíritu se abro camino y es<br />
a la vez visible e invisible. Todas estas formas están diseñadas en la figura de las letras y<br />
aunque están ocultas, las disciernen por un lapso breve aquellos que tienen ojos para ver; las<br />
disciernen los sabios que pueden comprender el misterio de la sabiduría, contemplar en él.<br />
Ahora, estos son los cuatro diseños, sus manifestaciones y significación:<br />
1. Cuando un hombre anda en el camino de la verdad, los que conocen los misterios de<br />
la sabiduría interior pueden reconocerlo, porque el espíritu interior está debidamente<br />
preparado en él y proyecta su pleno diseño desde adentro hacia afuera, de lo invisible a lo<br />
visible. Y es este diseño el que se vuelve la forma exterior de un hombre. Este es el diseño<br />
que es más perfecto que cualquier otro. Este diseño es el que se hace visible brevemente a los<br />
ojos de la Sabiduría y de los hijos de ella. Cuando uno mira el rostro de un hombre así, está<br />
movido a quererlo. En él está trazado el diseño de cuatro letras por medio de una vena fina<br />
que se proyecta desde el lado derecho, y otra vena, que contiene dos más, que se proyecta<br />
desde la izquierda. Estas cuatro señales forman variadamente las cuatro letras que constituyen<br />
la palabra Edut (testimonio). La señal de la primera letra está representada por la vena que se<br />
encuentra en el lado derecho, y a cada una de las otras tres letras la representa una de las otras<br />
tres venas. Esto lo expresan las palabras: “Un testimonio (Edut) en José” 645 , porque quien lo<br />
miraba lo quería, y él era perfecto en amor. En la simiente de David los colores están<br />
invertidos y esto lo desorientó a Samuel 646 . Un rostro así contiene todas las formas. Un<br />
hombre así es atemperado, tiene autocontrol, aun cuando está encolerizado, y se apacigua<br />
rápidamente.<br />
2. Cuando un hombre, no enteramente malo, cambia sus maneras y se vuelve al Señor,<br />
comienza a posarse sobre él un buen espíritu, de modo que se encuentra capacitado para<br />
prevalecer contra el mal que había en él, y durante un tiempo este espíritu nuevo se abre<br />
camino en la expresión de su rostro en la forma de un león, A un primer examen casual su<br />
rostro no inspiraría amor, pero gradualmente se lo comprende mejor y se lo ama mejor.<br />
Cuando la gente lo mira aparece sobre él un sentido de vergüenza por sus pasadas malas<br />
acciones, porque siente que todos conocen sus anteriores malos caminos y la sangre afluye a<br />
su rostro, y luego se vuelve pálido de nuevo. Hay en su cara tres venas, una a la derecha, una<br />
que sube al puente de la nariz y una tercera que se une a ellas y desde ellas se ramifica hacia<br />
abajo. Estas venas forman las figuras de las letras que están trazadas sobre su cara.<br />
Habitualmente están hacia afuera de manera prominente, temblorosa, pero cuando él es<br />
penitente y gradualmente se acostumbra a andar en el camino de la verdad, ellas se calman. El<br />
misterio de estas letras se halla contenido en la palabra Kariv (“cerca”), que significa que ha<br />
estado lejos de la santidad. Aunque también hay otras venas en su rostro, éstas no se salen<br />
afuera, excepto cuando él anda por las sendas torcidas y de iniquidad. Aquí también la<br />
simiente de David es lo inverso de otros hombres, apareciendo primero en la forma de<br />
Hombre y luego en la de León y finalmente separándose y tomando la forma del “otro lado”.<br />
3. Cuando un hombre abandona los caminos de la Torá y sigue por caminos de<br />
iniquidad, el espíritu Santo, que primero residía en su yo interior, retira su influencia de él y<br />
otro espíritu ocupa su residencia allí, con otra forma que se imprime en los lineamientos<br />
exteriores y se manifiesta allí a la visión de los sabios en la forma de un Buey. Cuando miran<br />
a la persona así poseída, ven mentalmente esta forma y observan en ella dos venas rojas,<br />
granulosas en el lado derecho de la cara, y tres en el izquierdo. Estas son las letras simbólicas<br />
645 Salmos LXXXI, 6.<br />
646 I Samuel XVI, 7.<br />
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