La superación del dogmatismo surrealista en los ... - Cybertesis

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15.05.2013 Views

prioriza la tradición clásica latina más que la griega con las humanidades y artes y la filosofía, relación de jerarquía vertical y por lo mismo, dogmática. Así, el espíritu es lo real, la acción y la idea, es el instrumento, el signo. El hombre socializa mediante la inteligencia, el lenguaje, el cuerpo, etc. Es una constatación del autor y no un postulado dogmático y vertical. CXLVII: La existencia de Dios es más evidente que la del hombre (…) porque es evidente que, al influir sobre otras personas, la voluntad humana no consigue otro efecto que el movimiento de los miembros del cuerpo; pero solo de la voluntad del Creador depende de que un movimiento determinado vaya seguido de ideas que se despiertan en una mente distinta (…) (Berkeley, 1984: 180) El hombre se mueve en un cosmos cerrado y evidente, y detrás de ese mundo de inmanencias está el Dios Creador. Se avizora ya el plano de lo indecible... se va acercando el final de la argumentación, pues precisado el problema, expuesta la teoría, avanzando el terreno de lo teológico, a medida que se acerca la imagen (acústica o visual), según el credo, comienza lo indecible, la imprecisión de contornos, el silencio. CXLIX. En consecuencia, para todo el que sea capaz de hacer una ligera reflexión, es cosa muy evidente la existencia de Dios, esto es, de un espíritu que se halla íntimamente presente en nuestras almas, produciendo en ellas toda esa variedad de ideas que de un modo continuo nos impresionan. Ser Supremo del cual dependemos enteramente y en el que vivimos; nos movemos y somos” (Berkeley, 1984: 182) El paradigma de absoluto en nuestro autor es Dios, que en tanto perfecto, da pauta de lo que es suprema belleza, supremo bien y suprema verdad. Este religión. El judaísmo, como la religión protestante prioriza la relación entre teología y ciencia. 54

Dios da normas de ética y estética, que al pensarse, deberían, dentro de las posibilidades y contingencias del mundo concreto, guiar nuestras vidas. Sólo así la vida verdadera y justa, es también bella (siendo la generación de belleza mediante el arte una ocupación humana más, en la creación). CLVI. (…) Y habiendo mostrado la falsedad o vacuidad de aquellas frías especulaciones que constituyen la principal preocupación de muchos filósofos, los que me hayan leído estarán mejor dispuestos a mirar reverentes y abrazar las verdades del Evangelio, cuyo conocimiento y cuya práctica son la más alta y estimable perfección de la naturaleza humana” (Berkeley, 1984, 189) Con este último párrafo concluye el tratado de Berkeley, párrafo que podríamos entender, según plantea nuestro trabajo, como ética a modo de estilo, una concepción teológica que condiciona el quehacer social, cultural y estético del hombre. 1.2.2 El concepto de estética en Kant Mis únicos compañeros serán el bosque, la playa y el lago Ahora bebo sabiduría de la jugosa capa del abeto, Ahora bebo la verdad del tronco reseco del abedul Ahora bebo poder de la yerba más pequeña y tierna Un poderoso protector me tiende, piadoso, la mano 55 Edith Södergrand La acepción de “estética” empleada en la Critica del Juicio –obra que analizamos—se relaciona con el arte, en el sentido actual de belleza artística, a diferencia del sentido con que se emplea dicho termino en la Critica de la Razón Pura –relacionada con las sensaciones, con las

Dios da normas de ética y estética, que al p<strong>en</strong>sarse, deberían, d<strong>en</strong>tro de las<br />

posibilidades y conting<strong>en</strong>cias <strong>del</strong> mundo concreto, guiar nuestras vidas.<br />

Sólo así la vida verdadera y justa, es también bella (si<strong>en</strong>do la g<strong>en</strong>eración de<br />

belleza mediante el arte una ocupación humana más, <strong>en</strong> la creación).<br />

CLVI. (…) Y habi<strong>en</strong>do mostrado la falsedad o vacuidad de<br />

aquellas frías especulaciones que constituy<strong>en</strong> la principal<br />

preocupación de muchos filósofos, <strong>los</strong> que me hayan leído<br />

estarán mejor dispuestos a mirar rever<strong>en</strong>tes y abrazar las<br />

verdades <strong>del</strong> Evangelio, cuyo conocimi<strong>en</strong>to y cuya práctica son<br />

la más alta y estimable perfección de la naturaleza humana”<br />

(Berkeley, 1984, 189)<br />

Con este último párrafo concluye el tratado de Berkeley, párrafo que<br />

podríamos <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der, según plantea nuestro trabajo, como ética a modo de<br />

estilo, una concepción teológica que condiciona el quehacer social, cultural<br />

y estético <strong>del</strong> hombre.<br />

1.2.2 El concepto de estética <strong>en</strong> Kant<br />

Mis únicos compañeros serán el bosque, la playa y el lago<br />

Ahora bebo sabiduría de la jugosa capa <strong>del</strong> abeto,<br />

Ahora bebo la verdad <strong>del</strong> tronco reseco <strong>del</strong> abedul<br />

Ahora bebo poder de la yerba más pequeña y tierna<br />

Un poderoso protector me ti<strong>en</strong>de, piadoso, la mano<br />

55<br />

Edith Södergrand<br />

<strong>La</strong> acepción de “estética” empleada <strong>en</strong> la Critica <strong>del</strong> Juicio –obra que<br />

analizamos—se relaciona con el arte, <strong>en</strong> el s<strong>en</strong>tido actual de belleza<br />

artística, a difer<strong>en</strong>cia <strong>del</strong> s<strong>en</strong>tido con que se emplea dicho termino <strong>en</strong> la<br />

Critica de la Razón Pura –relacionada con las s<strong>en</strong>saciones, con las

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