La superación del dogmatismo surrealista en los ... - Cybertesis
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LXIII. En efecto, puede <strong>en</strong> ocasiones ser necesario que el Autor<br />
de la naturaleza muestre su omnipot<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> la producción de<br />
f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>os que se sal<strong>en</strong> <strong>del</strong> curso normal y ordinario. (…) Esas<br />
excepciones son a propósito para despertar la admiración de <strong>los</strong><br />
hombres y elevar<strong>los</strong> al conocimi<strong>en</strong>to <strong>del</strong> Ser Divino (…).<br />
(Berkeley, 1984: 111)<br />
Para Berkeley, es el ord<strong>en</strong>, la prueba de magnific<strong>en</strong>cia de su Dios algo que<br />
no le impide a dicho Dios el poder alterar el ord<strong>en</strong> <strong>del</strong> cosmos si lo desea. El<br />
paso de una concepción racional y jerárquica a otra, <strong>en</strong> la que lo extraño y la<br />
aus<strong>en</strong>cia de ley se legitiman, no es inexplicable <strong>en</strong> la medida que estamos<br />
analizando no el cambio de estatus <strong>del</strong> mundo <strong>en</strong> que nos <strong>en</strong>contramos, sino<br />
la evolución teórica de una idea que para desarrollarse necesita de un<br />
determinado <strong>en</strong>torno económico y cultural, que le permitió revisar<br />
paradigmas y responder a las exig<strong>en</strong>cias de su mom<strong>en</strong>to.<br />
LXV. A todo lo cual respondo <strong>en</strong> primer lugar que la conexión<br />
<strong>en</strong>tre las ideas no implica la relación de causa a efecto, sino la<br />
que hay <strong>en</strong>tre el signo y la cosa significada (…) El fuego que<br />
veo no es causa <strong>del</strong> dolor que experim<strong>en</strong>to al tocarlo con <strong>los</strong><br />
dedos; es solo una señal que se advierte.(…) En segundo lugar,<br />
(…) esto es lo que yo <strong>en</strong>ti<strong>en</strong>do que se quiere significar cuando<br />
se dice que conoci<strong>en</strong>do la figura, estructura y funcionami<strong>en</strong>to de<br />
las partes internas de un organismo, natural o artificial, podemos<br />
conocer sus aplicaciones y propiedades, como también la<br />
naturaleza de las cosas.” (Berkeley, 1984:112-113)<br />
Reaparece la cuestión capital: si existiría una jerarquía <strong>en</strong>tre las ideas: según<br />
el s<strong>en</strong>tido <strong>del</strong> que prov<strong>en</strong>gan <strong>los</strong> estímu<strong>los</strong>, <strong>los</strong> p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>tos que<br />
organizamos <strong>en</strong> base a el<strong>los</strong>, etc. Este p<strong>en</strong>sar de lo es<strong>en</strong>cial y de su<br />
correlato empírico nos distinguiría de la irracionalidad <strong>del</strong> bruto 10 . El obispo<br />
10 Basta observar la paradoja <strong>surrealista</strong>: la necesidad de fundam<strong>en</strong>tar sus acciones mediante<br />
manifiestos, buscando la adhesión de seres consci<strong>en</strong>tes y responsables. Así es desde que<br />
apareció el discurso teórico <strong>en</strong> el quehacer humano, estableci<strong>en</strong>do conv<strong>en</strong>ciones y<br />
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