La superación del dogmatismo surrealista en los ... - Cybertesis
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intenciones, tanto de los autores franceses como de aquellos que recibieron y reelaboraron sus discursos desde América latina. ¿Supera el surrealismo, el dogmatismo estético stalinista, optando genuinamente por la opción de la heterodoxia? (Breton, 2002: 184-185) en Latinoamérica, toda opción que se declare socialista (libertaria, en los días finales del surrealismo) se ve en la necesidad de tener una postura autocrítica sobre los alcances de sus compromisos. El surrealismo, ciertamente, atravesó diversas etapas y si bien, cometió errores, su acto mas lucido fue optar por la divergencia. Llevado por las circunstancias vividas, Westphalen superó las intransigencias dogmáticas del propio surrealismo en América latina (Westphalen, 1996: 243) Si el producto de esa superación, es la negación de la negación dialéctica o simplemente un logro distinto e independiente es algo que la historiografía y la crítica posteriores definirán. ¿Los referentes estéticos del surrealismo y su propuesta poética (Breton, 2002: 34-35) están saturados de ideología europeísta etnocéntrica? (Westphalen, 1996: 249). Breton se nutrió de la cultura erudita europea o por lo menos, a partir de la existencia de una tradición estética definida, elaboró su discurso. El inconsciente del hombre en el que él pensaba era el de un ser culto y formado por la sociedad. Más allá de sus elogios de la locura e insana, el producto surrealista y sus consumidores ocupan un lugar definido en la dinámica económico-socio-cultural de la modernidad contemporánea. Un matiz distinto de dicha modernidad se vive en nuestro hemisferio. Aquí, con otros referentes, se piensa en otro idioma, incluso en otro dialecto, se vive otra historia. ¿Cuán seria fue la asimilación surrealista 206
del idealismo hegeliano y cuán independiente es el arte, de los discursos filosóficos? (Breton, 2002: 186). Una de las críticas válidas que se puede dirigir a las formulaciones contenidas en los manifiestos parisienses es acerca del rigor con que se desarrolló el fundamento propiamente filosófica y metatextual de la “revolución” surrealista. Breton fue ante todo un literato (aunque a él le hubiese pesado esta definición) y sin embargo, a pesar de las limitaciones, su discurso fue abono para tierras distantes que produjeron sus propios, diversos, frutos. ¡Sin el gesto surreal no podríamos explicar todo el arte de la segunda mitad del siglo XX! Afirmamos esto, sin dejar de notar que la modificación de las tecnologías de la información y comunicación ha modificado los modos de vida a nivel global y con ello las formas de producir, emitir y consumir arte. ¿Necesita el arte de la vanguardia? (Breton, 2002: 29) En un mundo como el actual, debemos preguntarnos por el rol de la vanguardia, sí ésta existe o sí debe seguir existiendo. También cabe interrogarse sí es el formalismo estético reaccionario o sí por el contrario todo arte/ poesía es revolucionario, por el solo hecho de serlo (Westphalen, 1996:266-267) En nuestro mundo cibernético, el desarrollo tecnológico actual, define la vigencia (Breton, A., 2002: 44) de los postulados vanguardistas y cómo se asumen estos en referencia a sus fundamentos. El reconocerse dentro de la tradición de la heterodoxia permite al surrealismo y sus variantes (Westphalen, 1996: 264-265) el ser una opción válida en un contexto caótico con pocas soluciones ante las múltiples necesidades. 207
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<strong>del</strong> idealismo hegeliano y cuán indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te es el arte, de <strong>los</strong> discursos<br />
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dirigir a las formulaciones cont<strong>en</strong>idas <strong>en</strong> <strong>los</strong> manifiestos parisi<strong>en</strong>ses es<br />
acerca <strong>del</strong> rigor con que se desarrolló el fundam<strong>en</strong>to propiam<strong>en</strong>te fi<strong>los</strong>ófica<br />
y metatextual de la “revolución” <strong>surrealista</strong>. Breton fue ante todo un literato<br />
(aunque a él le hubiese pesado esta definición) y sin embargo, a pesar de las<br />
limitaciones, su discurso fue abono para tierras distantes que produjeron sus<br />
propios, diversos, frutos. ¡Sin el gesto surreal no podríamos explicar todo el<br />
arte de la segunda mitad <strong>del</strong> siglo XX! Afirmamos esto, sin dejar de notar<br />
que la modificación de las tecnologías de la información y comunicación ha<br />
modificado <strong>los</strong> modos de vida a nivel global y con ello las formas de<br />
producir, emitir y consumir arte. ¿Necesita el arte de la vanguardia?<br />
(Breton, 2002: 29) En un mundo como el actual, debemos preguntarnos por<br />
el rol de la vanguardia, sí ésta existe o sí debe seguir existi<strong>en</strong>do. También<br />
cabe interrogarse sí es el formalismo estético reaccionario o sí por el<br />
contrario todo arte/ poesía es revolucionario, por el solo hecho de serlo<br />
(Westphal<strong>en</strong>, 1996:266-267) En nuestro mundo cibernético, el desarrollo<br />
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postulados vanguardistas y cómo se asum<strong>en</strong> estos <strong>en</strong> refer<strong>en</strong>cia a sus<br />
fundam<strong>en</strong>tos. El reconocerse d<strong>en</strong>tro de la tradición de la heterodoxia<br />
permite al surrealismo y sus variantes (Westphal<strong>en</strong>, 1996: 264-265) el ser<br />
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