La superación del dogmatismo surrealista en los ... - Cybertesis
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B<strong>en</strong>jamin se ubica d<strong>en</strong>tro de la verti<strong>en</strong>te materialista histórica y es conci<strong>en</strong>te<br />
de <strong>los</strong> riesgos que la exist<strong>en</strong>cia coloca <strong>en</strong> las vidas de <strong>los</strong> individuos, <strong>en</strong> la<br />
medida que lo transcurrido ⎯la tradición⎯ como <strong>los</strong> pres<strong>en</strong>tes<br />
⎯receptores⎯ viv<strong>en</strong> mom<strong>en</strong>to a mom<strong>en</strong>to una situación int<strong>en</strong>sa con<br />
principio definido pero con final de mom<strong>en</strong>to de llegada incierta: Todo este<br />
proceso se da <strong>en</strong> una sociedad <strong>en</strong> conflicto, por lo mismo, cambiante y con<br />
una humanidad que avanza ⎯<strong>en</strong> términos de la época y de la ideología <strong>del</strong><br />
autor hacia un final y resolución de la historia. 78<br />
Hay un cuadro de Klee que se llama Angelus Novus. En él está<br />
repres<strong>en</strong>tado un ángel que parece como si estuviese a punto de<br />
alejarse de algo que mira atónitam<strong>en</strong>te. Sus ojos están<br />
desmesuradam<strong>en</strong>te abiertos, abierta su boca, las alas t<strong>en</strong>didas. El<br />
ángel de la historia ha de t<strong>en</strong>er ese aspecto. Ti<strong>en</strong>e el rostro<br />
vuelto hacia el pasado. En lo que a nosotros nos aparece como<br />
una cad<strong>en</strong>a de acontecimi<strong>en</strong>tos, él ve una sola catástrofe, que<br />
incesantem<strong>en</strong>te apila ruina sobre ruina y se las arroja a sus pies.<br />
Bi<strong>en</strong> quisiera demorarse, despertar a <strong>los</strong> muertos y volver a<br />
juntar lo destrozado. Pero una tempestad sopla desde el Paraíso,<br />
que se ha <strong>en</strong>redado <strong>en</strong> sus alas y es tan fuerte que el ángel ya no<br />
puede plegarlas. Esta tempestad lo arrastra irresistible hacia el<br />
futuro, al que vuelve las espaldas, mi<strong>en</strong>tras el cúmulo de ruinas<br />
crece ante él hasta el cielo. Esta tempestad es lo que llamamos<br />
progreso. (B<strong>en</strong>jamin, 1998: 53-54)<br />
Definitivam<strong>en</strong>te, <strong>en</strong> palabras de B<strong>en</strong>jamin, hay un constante avance dado <strong>en</strong><br />
la historia, el cual, como explica con propiedad, está signado por un pasado<br />
determinante si<strong>en</strong>do el pres<strong>en</strong>te construido a partir de él y un futuro que<br />
necesariam<strong>en</strong>te posee cierta incertidumbre <strong>en</strong> la medida que las sociedades<br />
78 Esta concepción rebasa las divisiones históricas <strong>del</strong> colectivo humano: es el hombre que<br />
abandona las sombras siniestras de la esclavitud, <strong>en</strong>caminándose hacia las tierras<br />
prometidas de la libertad si<strong>en</strong>do el historiador, qui<strong>en</strong>, como individuo ubicado <strong>en</strong> la<br />
sociedad, realiza una labor autoconsci<strong>en</strong>te, pues sabe que el pres<strong>en</strong>te se apoya <strong>en</strong> el tiempo<br />
ya experim<strong>en</strong>tado tanto como <strong>los</strong> logros futuros dep<strong>en</strong>d<strong>en</strong> <strong>del</strong> s<strong>en</strong>tido, dirección y<br />
certidumbre de todo lo anterior.<br />
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