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Comadres - Telecable

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Me contó todas las mejoras que se habían realizado cuando formaron<br />

parte de la junta. «El presidente era un títere, ellas mandaban, pero los<br />

socios nunca hubieran consentido una mujer al frente de la institución,<br />

bueno, al principio no admitían mujeres para nada». Eso sacaba de quicio<br />

a Manola, que había llegado a encerrarse en el bar (muy propio de ella)<br />

parapetándose con las mesas, cuando, siendo Libertad pequeña, se negaron<br />

a que participara en un torneo de ajedrez de alevines. No me acordaba<br />

de aquello, pero explicaba por qué mis abuelas tenían tanto empeño en<br />

sentarme delante de un tablero. Aquel hombre mezclaba anécdotas de<br />

todas y no fui capaz de saber a cuál de las tres se debía la introducción de<br />

la lotería, que se jugaba desde entonces todos los fines de semana.<br />

Pero lo que más me conmovió fue el episodio de Helena. Él había<br />

conocido bien a Valerio. Aunque toda la vida había trabajado de vendedor<br />

de ropa interior (supongo que de ahí le vendría la labia) presumía de<br />

poeta. «Yo quedaba siempre segundo, detrás de él, en la justas literarias,<br />

Valerio era el mejor de todos. Helena y él formaban una pareja perfecta.<br />

Muchas noches estuvimos hasta altas horas en su casa hablando de poesía,<br />

podían haber detenido a cualquiera, cogieron a Valerio pero igualmente<br />

hubiera sido otro, no creo que quisieran matarle, querían dar un<br />

escarmiento a los intelectuales pero se les fue de las manos. No contaban<br />

con que era asmático. ¿Estuviste alguna vez en una cárcel? ¡Lógico<br />

que pillara una neumonía! Y entonces no era como ahora, se le encharcaron<br />

los pulmones y murió de un acceso de tos. Una muerte horrible.<br />

Helena recibió su cadáver desmelenada, la familia vivía en la Montaña,<br />

tardaron en localizarles y darles aviso, cuando llegaron se encontraron la<br />

capilla ardiente en el Ateneo, el propio alcalde había dado el permiso,<br />

fíjate si tenían vara alta las mellizas». El alcalde era Hilario, al que habían<br />

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