15.05.2013 Views

Comadres - Telecable

Comadres - Telecable

Comadres - Telecable

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Era maestro y estaba fascinado por aquel matriarcado. Conquistó<br />

a mamá leyéndole las meteduras de pata de los alumnos. Trabajaba en<br />

una recopilación de disparates que tenía pensado publicar y todos los<br />

días incorporaba alguno nuevo, de sus clases o recibido por correo, pues<br />

tenía establecida una retícula por toda la provincia. Ella se reía mucho, le<br />

hizo un sitio en el corazón y los tres años que estuvieron juntos (seis<br />

meses de noviazgo) fueron muy felices. No llegó a conocerme.<br />

Libertad, en honor a su nombre, parecía estar siempre ausente. El<br />

enorme peso de las abuelas y su propia tragedia personal la enmudecieron.<br />

Era callada y reservada, pero, gracias a las enseñanzas de su padre,<br />

fue la más manitas de las cuatro. Mamá era la que cuidaba la hacienda,<br />

como les gustaba decir. No se le resistían enchufes, plomos, cañerías,<br />

tejas… lo mismo pintaba la fachada que plantaba tomates o levantaba<br />

un tabique. Quizá como una forma de perpetuar aquella sociedad que<br />

habían fundado a medias, puso en práctica todas las técnicas aprendidas<br />

de su padre (y se ocupó de transmitirmelas, nunca se lo agradeceré<br />

bastante; buena falta me harían después esos rudimentarios conocimientos<br />

para pelear con aquellas grasientas, oxidadas y obstinadas<br />

maquinarias).<br />

Desplegaba una frenética y constante actividad, pero no articulaba<br />

palabra. No hacía falta. Se conocían tan bien que la adivinaban y en<br />

público bastaba con que mirara a alguna de las tres para que enseguida<br />

intervinieran: «Libertad lo que cree es que…» o «Libertad opina…». Parecía<br />

que no fuera libre para hablar por sí misma, pero lo que ocurría en<br />

realidad era que había elegido el silencio. Y ellas respetaban su decisión.<br />

A mí me costó mucho entender aquel mutismo, saber que podía<br />

pero no quería hablar, que no existía ninguna tara, ningún defecto físico<br />

[50]

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!