Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
las pistolas, que consistía en una especie de regadera a pedal. Parece fantástico<br />
al pensarlo ahora, incluso tengo dificultad para reproducir su funcionamiento,<br />
para describir su apariencia. Era todo tan familiar que resultaba<br />
hasta normal, aunque habitual no era, desde luego.<br />
Pero la casa emanaba también una luz interior. Sus ocupantes eran<br />
cigarras y hormigas; trabajadoras y voraces consumidoras del ocio; disciplinadas,<br />
pero a la vez alejadas de la rutina; serias aunque capaces de<br />
llorar de risa; prácticas, pero se la jugaban a diario por sus convicciones.<br />
Eran, éramos, además uña y carne, agua y sed; una magnífica escala de<br />
elementos distintos, pero complementarios, células que constituían un<br />
único organismo. «La unión hace la fuerza», repetíamos, y nos apoyábamos<br />
unas en otras para disimular las cojeras.<br />
Frente a las inclemencias externas (las meteorológicas y las políticas)<br />
habían construido un palco resguardado, un paraguas polícromo<br />
bajo el que crecí, convencida de que todo era posible, de que todo era<br />
válido, que cualquier objetivo era alcanzable, incluso, sobre todo, para<br />
una mujer. Su obsesión era formarse, informarse, conocer, saber, entender<br />
el sentido profundo, descubrir la cara oculta de la luna. «Que no nos<br />
den gato por liebre, que nos llevan engañando toda la vida, Reyna. Hay<br />
otra Historia con mayúsculas, la que hacemos pero no escribimos las<br />
mujeres, porque la oficial se escribe desde el poder y el poder es masculino».<br />
Estaban convencidas de estar viviendo un tiempo revolucionario<br />
para las féminas, que durante siglos no habían tenido derecho a la educación,<br />
ni al voto, ni a beneficiarse del progreso o de los rendimientos<br />
del trabajo. Y en una centuria se habían dado pasos decisivos, veían el<br />
futuro prometedor…<br />
[39]