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Comadres - Telecable

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(arriba vivían los dueños) había pasado toda su vida de soltera, esposa y<br />

madre. Pero mientras ella florecía, la dinastía se había ido extinguiendo<br />

y en el último momento se invertiría el orden de las cosas y la casa acabaría<br />

yendo a parar a sus manos. Se la legó el último descendiente, un<br />

señorito al que cuidó desde pequeño y que la tuvo a su lado durante<br />

quince años sin pagarle nada, después de muertos los padres. Porque,<br />

como suele suceder en las mejores familias, aquellos pobres ricos sólo<br />

tuvieron un hijo, que jamás dio palo al agua y se fundió el patrimonio en<br />

juergas y correrías. Contaban que cogía taxis y recorría Toro de francachela<br />

igual durante un mes y cuando no estaba de viaje lo podías encontrar<br />

en el casino y si no sentado en el porche con su batín de rayas,<br />

leyendo. Cuando murieron los viejos se encontró medio arruinado y, por<br />

toda posesión, aquel caserón y un matrimonio de criados con una hija a<br />

los que no podía despedir pero tampoco remunerar en condiciones. Llegaron<br />

a un acuerdo: cuando él muriera, ellos heredarían la casa; hasta<br />

entonces se encargarían de mantenerla y se ocuparían de su persona. Trabajarían<br />

la huerta y él administraría las escasas rentas que aún percibía,<br />

aportando un tanto al mes para manutención. Creo que jamás llegaron<br />

a percibir ni la mitad de lo previsto y algunas épocas tuvieron problemas<br />

para comer todos los días, pero él siempre se sentó a la mesa con mantel<br />

de hilo blanco y cubierto de plata.<br />

De mi tatarabuela Rosaura no se decían más que halagos. Era la<br />

perfecta ama de llaves, llegó a tener varios criados a su cargo en vida de<br />

los señores y aunque al final era ella la verdadera dueña, jamás renunció<br />

al uniforme. Rosendo, el mayordomo en los buenos tiempos, fue mi<br />

tatarabuelo. Parece ser que, pese a trabajar juntos desde jóvenes, se casaron<br />

muy tarde y tuvieron solo una hija, Carola, mi bisabuela. Pero aque-<br />

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