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Comadres - Telecable

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Roja. Luego el trabajo nos separa y a la noche siempre hay algo que<br />

hacer. Pero es bueno empezar el día con una sonrisa, si bien es cierto que<br />

a este paso acabaremos el año con dos tallas de más.<br />

Aunque la mayoría de los días trabajo en casa, no me importa<br />

madrugar, así cuando llega Perla ya estoy levantada y almorzamos juntas,<br />

a ella le sirve de cena. Suele traer los diarios y anécdotas frescas,<br />

parece mentira el excelente humor que gasta a esas horas, debería de<br />

estar agotada. Cuando marcha Marta, Perla se va a la cama. Nos duchamos<br />

juntas y yo me vuelvo a echar otro poco con ella, la acurruco entre<br />

mis brazos y la arrullo hasta que se duerme, ronronea como una gata.<br />

Luego me levanto y me encierro a traducir hasta las tres o las cuatro, que<br />

se despierta y comemos. Si puedo librarme, solemos dedicar las tardes a<br />

pasear, leer, ir al cine, al teatro, a conciertos. Eso el tiempo que nos deja<br />

libre Avalón. No puedo pedir más satisfacciones, mayor dicha, me considero<br />

bienaventurada después de todo lo acontecido en estos cincuenta<br />

años (y un día). Tal vez sea atea, entre otras razones, porque creo que no<br />

puede existir mejor vida que ésta, infierno y gloria al alcance de la mano.<br />

El último regalo ya está colgado en la pared, un estallido de color<br />

al lado de la fotografía sepia que «distrajimos» del Ateneo. Es una foto<br />

nuestra, de este verano. Se nos ve a las cuatro preciosas, casualmente<br />

salimos todas bien. Hacía mucho calor, llevamos vestidos flojos y el<br />

viento nos ondea las telas y agita el pelo. Caminamos riendo a lo loco,<br />

cogidas del brazo por el gran dique, nos la sacó Erik sin que nos diéramos<br />

cuenta. Entre el cielo y la mar sólo cuatro mujeres y una estrecha<br />

franja de tierra que se prolonga hasta el horizonte infinito. Está encuadrada<br />

con pasta de papel prensado, son páginas de periódicos del 2000<br />

(«repetidos, Reyna, no pongas esa cara, que estaban tirados en la morgue<br />

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