15.05.2013 Views

Comadres - Telecable

Comadres - Telecable

Comadres - Telecable

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

abofeteaba los sentidos. El autor parecía arrojar más que extender la pintura<br />

sobre ellos, pero el efecto era impactante, no se podía negar. Pensé<br />

que yo no sabía pintar, pero me hubiera gustado tener un rincón como<br />

aquel, tal vez para escribir. Escribir…<br />

Demasiados recuerdos a flor de piel, no podía volver abajo, no quería<br />

ver a nadie y además allí no había baño, así que seguí subiendo. Entré<br />

en su dormitorio, no me importó que alguien me pudiera ver. Necesitaba<br />

empaparme de vida cotidiana, hurgar en las vidas ajenas ya que había<br />

renunciado a la propia. Me tiré encima de la cama, identificando sus olores,<br />

el hueco de sus cuerpos en el colchón; apropiándome del calor de<br />

sus confidencias, de la calidez que emanaba cada objeto. Abrí los armarios<br />

y palpé la ropa, tenían un libro en la mesita de noche y un barco de<br />

cristal en la cómoda, entre espejos y fotografías, la mayoría recientes. La<br />

cabecera de la cama la ocupaba un enorme tapiz, sin duda originario del<br />

país natal de ella, y en las otras paredes colgaban los cuadros del pater<br />

familias, eran inconfundibles.<br />

Encontré el baño y una vez aliviada decidí seguir la inspección. No<br />

me apetecía regresar al salón, demasiado bullicio en ese estado. Había<br />

una pequeña cocina separada por una barra del salón, en cuyo centro una<br />

escalera de caracol conducía a la buhardilla. La subí con precaución para<br />

no golpearme la cabeza. A la derecha estaba el dormitorio y a la izquierda<br />

una puerta cerrada. El dormitorio de la feliz pareja parecía desnudo, frente<br />

al abigarramiento del otro. Tan sólo una enorme cama redonda en el centro<br />

y un espejo que cubría el techo y que ponía el mundo patas arriba.<br />

Sorprendente.<br />

Acostumbrada a las estrecheces del camarote o el anonimato de los<br />

hoteles, no creía que pudiera existir algo así. Pero claro, pensé, si yo<br />

[23]

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!