15.05.2013 Views

Comadres - Telecable

Comadres - Telecable

Comadres - Telecable

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

deseo y un volcán estallaba al contacto con sus muslos. En el paroxismo<br />

de la pasión, hubiéramos podido tirarnos al suelo como perras en<br />

celo, pero tuvimos un atisbo de lucidez para pensar que alguien podía<br />

entrar y nos bastó la pared. Menos mal que había bastantes servicios y<br />

aquel estaba aislado, por tanto un poco más limpio. Cuando nos miramos<br />

al espejo, turbadas, todo estaba brillante y húmedo: las pupilas, los<br />

labios y los cuerpos, aquellos dos viejos conocidos recién estrenados.<br />

Salimos abrazadas con fuerza, pegadas, por miedo a perdernos recién<br />

encontradas.<br />

También las prostitutas celebran <strong>Comadres</strong>, ese día cerraba la Maison<br />

Platée, así que allá nos fuimos, a la Violeta, nuestro nido de amor, lo<br />

que habría de ser nuestro refugio los días venideros. Después sería un<br />

contacto más relajado, más delicado, más juguetón, pero aquella primera<br />

noche nos devoramos con una urgencia avasalladora, como queriendo<br />

compensar el tiempo perdido, agotar aquel caudal inacabable de placer<br />

descubierto. Quedamos dormidas de madrugada, enredadas en brazos y<br />

sábanas, deshechas como la cama, exhaustas. Pura felicidad, amor inmaculado.<br />

Nunca había podido olvidar aquellas tres semanas. Aún duraba el<br />

crudo y prolongado invierno que nos hizo refugiarnos en aquella habitación,<br />

pero además éramos reacias a hacer público lo que ya debía de<br />

ser notorio, por lo menos para la madre de Perla y sus chicas, aunque no<br />

nos decían nada. No salíamos ni para comer, en realidad no teníamos<br />

hambre, nos consumíamos en nuestra propia hoguera. Hubiéramos firmado<br />

la extinción en esas condiciones. La Carriles estaba emocionada y<br />

nos regaló una caja de bombones gigantes, que era nuestro único refrigerio<br />

cuando el desfallecimiento nos atacaba.<br />

[211]

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!