15.05.2013 Views

Comadres - Telecable

Comadres - Telecable

Comadres - Telecable

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

las familias. Sucedió el primer sábado de marzo, en pleno efluvio de alcohol,<br />

tortilla y pasión. La curva de la felicidad ascendió hasta su máximo<br />

nivel. Y después todo acabó. Fue la última primavera que pasé en Salitre,<br />

hasta el retorno del 2000.<br />

Aquel día de <strong>Comadres</strong> habíamos quedado temprano, como siempre,<br />

para no perder salto de comba, menuda escuela tenía en casa. Estuvimos<br />

todas en el ayuntamiento, en sitio preferente. Aquel año oficiaba Lola<br />

de alcaldesa y nos habíamos puesto de tiros largos para el acto. Estuvieron<br />

las cámaras y la entrevistaron, en ningún momento perdió aquella<br />

magnífica serenidad que la acompañaba. A medida que mi abuela iba<br />

avanzando en su discurso, los nervios dieron paso al orgullo, a la emoción.<br />

«Tienes las mejores comadres del mundo», me susurró Perla al<br />

oído. Su aliento me estremeció, sentí el calor de su cercanía y una descarga<br />

eléctrica me aumentó la frecuencia cardíaca. Estaba mirando a Lola,<br />

cuya intervención continuaba, y me sorprendí pensando que quizá aquello<br />

había sentido bajo la escalera por mi abuelo, cuando Eros los ensartó<br />

en un apagón. Me incliné hacia ella con las mejillas ardientes y le escondí<br />

un beso detrás de la oreja. «Tú eres la mejor comadre del mundo…», le<br />

dije en un murmullo.<br />

Nos miramos, pero no nos vimos. Fue un encuentro fugaz, un choque<br />

de planetas predestinados por su trayectoria. En nuestro microcosmos,<br />

éramos estrellas tan cercanas que la colisión fue inevitable. Ella fue<br />

abrasada por el tizón de mis ojos y yo me hundí en el lago esmeralda de<br />

los suyos. En un instante eterno algo cambió para siempre entre nosotras,<br />

pero aún nos negábamos a entender lo que sentíamos. Roto el<br />

hechizo por los aplausos, nos sonreímos, sin saber muy bien qué hacer<br />

ni qué decir.<br />

[209]

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!