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Comadres - Telecable

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impotente, pero conseguí darle una patada en la espinilla de la que me<br />

enorgullezco, sangraba y todo. Y le mordí un dedo con tanta fuerza que<br />

partí un diente, mira». Era verdad, lo tenía roto. Él, a cambio, le dio dos<br />

tortazos que la sentó en el suelo. Después, entre imprecaciones y juramentos,<br />

cojeando, la ayudó a levantarse y entraron en casa. Mientras la<br />

dejaba llorar mansamente, Manfredo sirvió whisky para los dos. No hacía<br />

falta pedir explicaciones, sobradamente sabía las que se esperaban.<br />

Empezó a hablar remontándose a sus orígenes, como si pudiera<br />

justificar aquellas filmaciones haber nacido en un pueblo, en una familia<br />

de siete hermanos, ser pobre. Manfredo nunca se resignó a esa suerte.<br />

Fue el único de los siete que alcanzó el bachillerato. «Este vale», dijo el<br />

maestro. Para ello tuvo que ir a vivir a Salitre a casa de unos tíos. Las<br />

estrecheces que pasaba también aquel hogar le obligaron a arrimar el<br />

hombro. Con apenas doce años ya sacaba para sus gastos ayudando en<br />

un almacén a descargar camiones. Con catorce trabajaba de estibador falseando<br />

la edad. Con dieciséis le conocimos nosotras puliendo en el instituto.<br />

El resto de su historia es conocida. Hasta el momento del viaje,<br />

aquel misterioso paréntesis de siete años que le cambió la vida. Por<br />

entonces ya había vendido La Veleta. La escasa visión práctica de Manfredo<br />

le había generado deudas muy superiores a los beneficios. A esas<br />

alturas, el invernadero, con la cosecha a punto de recoger y vendida anticipadamente,<br />

se convirtió en su única esperanza de librar los préstamos.<br />

Pero algún desaprensivo (fiador, enemigo, conocido o simple ladrón)<br />

había entrado una noche en la instalación, reduciendo a la nada la esperanzadora<br />

y frondosa plantación de cannabis xátiva. Se desvaneció su<br />

última esperanza y no le quedó más remedio que poner pies en polvorosa<br />

con el crédito de la tarjeta, el metálico que le había dado Perla y un<br />

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