15.05.2013 Views

Comadres - Telecable

Comadres - Telecable

Comadres - Telecable

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

gramador genial, difícil de seguir en sus razonamientos, pero debía de<br />

resultar convincente porque Perla, por lo menos, lo tuvo claro (me confesaría<br />

que el vino contribuyó a la lucidez). Al fin y al cabo aquel hombre,<br />

además de un adelantado a su tiempo, también era un vividor, la<br />

imagen del cliente del futuro. No era el momento de quedarse atrás. Así<br />

fue como la Maison Platée abandonó su imagen de puticlub de toda la<br />

vida para convertirse en un ciber saloon, donde los clientes departían<br />

simuladamente con vaqueras del Far West, mesoneras medievales, conocidas<br />

modelos, camioneras, moteras y todas las fantasías que eran capaces<br />

de desatar.<br />

El interior había sido compartimentado en cabinas individuales,<br />

orientadas a un espacio central donde, en lugar del latón y la cretona, el<br />

PVC y los halógenos creaban un ambiente ciberespacial, de altos vuelos…<br />

Los visitantes enfundaban sus trajes en un mono de navegación virtual,<br />

que incluía un casco que les permitía la visión tridimensional y un guante<br />

electrónico interactivo, y viajaban al universo de su propia imaginación.<br />

Todo muy caro, muy novedoso, muy higiénico… y lleno siempre hasta<br />

la bandera. Cuando Justo marchó de Salitre, un par de años después,<br />

Perla empezaba a tener muchos ceros a la derecha en su cuenta corriente.<br />

Valtueña barrio cambió mucho. Ahora tiene asépticos escaparates<br />

con luces de neón azules y rojas, matones a las puertas, seguridad,<br />

higiene y aceptan la visa. Pero aún recuerdo su sordidez fétida cuando<br />

Perla, Margarita, Camelia y yo íbamos a escondidas tras salir de clase.<br />

Las mujeres nos saludaban desde los portales y a veces nos daban chucherías<br />

o alguna moneda, tirándonos de las coletas; los hombres nos<br />

chistaban y nos hacían escorribandas y así llegábamos a la Maison Platée,<br />

entre risas y empujones, sofocadas y excitadas.<br />

[154]

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!