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en deseos de explayarse sobre el asesinato, pero no la dejé. Le pedí, por<br />
favor, que no me diera más detalles; había agotado el cupo del morbo.<br />
Hablamos de política (habría elecciones en verano y el alcalde, que<br />
ya llevaba gobernando cuatro legislaturas se presentaba a la reelección),<br />
de problemas domésticos (vivía con sus padres, ya mayores) y de su exnovio,<br />
un topógrafo con el que había mantenido relaciones durante casi<br />
cinco años. Me preguntó qué iba a hacer a partir de entonces, de qué me<br />
iba a mantener si ya no me quedaba dinero y no pensaba volver a embarcar.<br />
Le contesté que no lo sabía, por eso estaba allí. Necesitaba su ayuda,<br />
pero no tenía referencias, la experiencia en la mar no me serviría en tierra.<br />
No me importaba cualquier trabajo, siempre que no fuera manual.<br />
Estaba dispuesta a trabajar en una oficina, abriendo puertas en una consulta,<br />
paseando ancianos, lo que fuera. Fue a ella a la que se ocurrió. «¿No<br />
dices que hablas varios idiomas? Tú no le das importancia, pero aquí se<br />
cotiza mucho. Tengo una idea genial». Se ofreció a llamar a una editorial<br />
que sabía que necesitaba traductores. Le pedí que lo hiciera aquella<br />
misma tarde, necesitaba dinero y, sobre todo, sentirme útil de nuevo.<br />
Ansiaba tener algo concreto, material, a qué dedicarme. Algo más<br />
que esa pasta negra que se me ponía en el estómago cuando me asomaba<br />
al balcón del pasado, y que se iba espesando, extendiendo, invadiéndome<br />
hasta arrojarme al abismo de cabeza. Me urgía recuperar la<br />
actividad, concentrarme y evadirme al mismo tiempo. Y traducir freelance<br />
era perfecto. Le dije que la adoraba, y nos dimos un beso. Corrió<br />
porque ya abría tarde y prometió llamarme de noche con lo que hubiera.<br />
No se me olvida que aquel día aproveché la tarde para ir a la peluquería,<br />
llena de gozosas expectativas. Allí tampoco se hablaba de otra<br />
cosa, pero seguí sin prestar atención. Desde el informe de Clotilde nadie<br />
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