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Comadres - Telecable

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percatado de mi presencia. Eso me extrañó, estábamos solas, yo había<br />

hecho ruido (el suelo crujía) y ella no había levantado la cabeza. Me fijé<br />

en lo que estaba haciendo. Parecía estar muy concentrada sobre los diarios<br />

que se amontonaban a su alrededor, no tenía ningún libro, solamente<br />

periódicos. Me llamó la atención esa voracidad lectora de prensa, nada<br />

habitual en una adolescente, suelen tener otras ocupaciones. Los había<br />

cogido todos y buscaba algo en sus páginas, era evidente. Había un aire<br />

en ella que me resultaba familiar, no pude evitar recordar a Perla de<br />

pequeña. Cuanto más la miraba más parecido le encontraba, pero esta<br />

chica era bastante más alta. Sentía latir el viejo volumen en mis manos,<br />

cada vez más fuerte, hasta que me di cuenta de que sólo eran los aldabonazos<br />

de mi corazón. Me estremecí pensando en que cuando marché de<br />

Salitre yo era poco más que ella y ahora podría ser mi hija. Sentí la premura<br />

del tiempo. Y ella también, porque Marta no tardó en avisar que<br />

cerraba. Al comentarle el caso de la que salíamos (la muchacha apenas se<br />

despidió, salió apresuradamente, parecía abstraída) me dijo que seguramente<br />

estaría haciendo un trabajo para clase y lo tendría que entregar esa<br />

tarde, no la conocía mucho, no era usuaria. Pero seguía pareciéndose<br />

demasiado a Perla y no me estaba dejando llevar por la imaginación…<br />

Marta resultó ser locuaz y divertida, y, sobre todo, una fuente de<br />

información inagotable. No era sólo que leyera todo lo que caía en sus<br />

manos, actuaba como una verdadera antena y aunque sobre el mostrador<br />

un cartel imponía silencio con un elocuente dedo sobre la boca, todo<br />

el mundo que frecuentaba la sala aprovechaba para hablar con ella, eso<br />

sí, en voz muy baja. Con lo cual, había desarrollado, además de cara de<br />

póker, un oído privilegiado. Decía que podía oír detrás de las paredes.<br />

Todo lo que sucedía en Salitre era fichado por su eficaz persona. Ardía<br />

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