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Comadres - Telecable

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principio no dudara de mi cordura. No es una garantía haber pasado<br />

veinte años navegando (poor crazy sailor…). Reservó una mesa en un restaurante<br />

cercano. Tenía jornada laboral partida y la sobremesa no podría<br />

prolongarse, pero sería suficiente para el primer día.<br />

Mientras la esperaba, pasé a ver a las abuelas un ratito. Las encontré<br />

excitadas. No me explicaba cómo la incipiente primavera podía alterar<br />

a los espíritus, si no tenían sangre. Pero hay poderes que se escapan<br />

a nuestra percepción. Decidí sacarlas a pasear y con La isla del tesoro bajo<br />

el brazo, me encaminé a la sala de lectura. Mientras me ubicaba cerca de<br />

la ventana (les encantaba calentarse al sol), miré distraídamente hacia las<br />

mesas de consulta.<br />

Era casi la hora de cerrar y no había nadie excepto una chiquilla pelirroja,<br />

de unos quince o dieciséis años (esos le calculé), sentada al otro<br />

extremo. Parecía salida de un anuncio, o por lo menos hubiera podido<br />

dedicarse a hacerlos, tanto por el cuerpo como por la ropa, pero sobre<br />

todo por la cara. Era una teenager alta y proporcionada, con esa exagerada<br />

delgadez que estaba de moda embutir en prendas minimalistas. De mayor<br />

tendría un cuerpo más que sugerente. No le faltaba complemento ni<br />

adorno en el vestir, pese al desgaire que aparentaba, pero le hubiera bastado<br />

con mover la cabeza para cautivar a los más remisos. Una mata<br />

ondulada de color zanahoria enmarcaba el rostro más sugestivo que un<br />

publicista pudiera soñar. Óvalo perfecto, ojos grandes, boca grande, labios<br />

gruesos, dientes blancos, nariz pequeña, pómulos altos, ojos grises, enormes<br />

pestañas, piel blanca y ese aire de lánguida candidez que hacía furor.<br />

Desde luego aquella chica había roto el molde, no podía calcular con exactitud<br />

su edad, seguramente aparentaba más de la que tenía. Cuando logré<br />

abstraerme de su contemplación me di cuenta de que ni siquiera se había<br />

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