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Comadres - Telecable

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Al pisar firme, me alejé del barco sin despedirme de Cocó. Y cuando<br />

lo volví a ver, como dije, en Canales, diez años después, ni siquiera hubiera<br />

podido jurar que era él aquel elegante caballero de aspecto venerable,<br />

anticuado traje de raya, jazmín en la solapa, chaleco, sombrero, bufanda<br />

y bastón, que caminaba feliz y sonriente al lado de un efebo mulato,<br />

vestido de cuero negro, que hubiera podido ser su nieto, si hubiera tenido<br />

descendencia. Cocó… Tampoco llegué a saber si se había instalado allí<br />

o estaba de paso, si aquel chico era su amante o un ligue ocasional.<br />

Enmudecí y él pasó a mi lado sin verme, habíamos cambiado<br />

tanto… No me importó, jamás llegamos más que a cruzar aquellas dos<br />

benditas palabras, no hubiera sabido qué decirle para identificarme.<br />

Cuando ya estaba lejos pero aún podía oírme, le grité a pleno pulmón:<br />

«¡Merçi, monsieur!». Vi como se daba la vuelta y, a pesar de las dioptrías,<br />

la distancia y el contexto, me reconocía en aquella figura de mujer plantada<br />

en la acera de enfrente (quizá no conocía a tantas) que levantaba la<br />

palma de una mano mientras se llevaba la otra al corazón.<br />

Durante un instante eterno el tiempo se detuvo, volvimos a intuirnos,<br />

a vernos en aquella desgraciada noche, a avivar las imágenes que en<br />

la cama alimentaron tantos desvelos, intentando expulsarlas con los ojos<br />

abiertos, sin poder evitar que el sueño les abriera de nuevo la puerta. Los<br />

coches pasaban, el semáforo abrió varias veces, pero no cruzamos, ninguno<br />

dio el paso que no quería dar. Lentamente, sin dejar de clavar en<br />

mí sus ojillos, levantó el bastón, se quitó el sombrero e inclinó la cabeza<br />

en una marcada reverencia. Se dio la vuelta, cogió al chiquillo (que nos<br />

miraba alternativamente, fascinado) del brazo y se marchó.<br />

Seguramente él, como yo, había querido borrar aquella página del<br />

libro de su vida. Yo, como él, quería convencerme de que no había exis-<br />

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