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la casa y a quienes entraban en ella, <strong>de</strong>spertando<br />
un bullicio vigoroso y <strong>de</strong>sbocado, en el rostro <strong>de</strong>l tío<br />
se iban operando cambios que yo percibía casi sin<br />
compren<strong>de</strong>r: los ojos se iban hundiendo en las<br />
cuencas; la piel se iba pegando a los huesos, arrugándose,<br />
pali<strong>de</strong>ciendo; la respiración se iba haciendo<br />
más lenta; el aura <strong>de</strong> su cuerpo se tornaba<br />
opaca. Era como si a cada minuto estuviera más<br />
lejos, más solo. Ahora imagino la sensación <strong>de</strong> mi<br />
recuerdo como si me encontrara, en ese momento,<br />
en la puerta <strong>de</strong> un laberinto, don<strong>de</strong> sólo podía entrar<br />
el tío Toño, mientras yo lo observaba irse. Mi<br />
madre subía cada cierto tiempo con una taza <strong>de</strong> café<br />
y una pastilla, o con un plato <strong>de</strong> sopa para darle.<br />
—A ver, Antonio, déjeme sentarlo para que se<br />
tome esta sopita. Abra la boca, mijo, yo se la voy<br />
dando <strong>de</strong>spacio.<br />
En el tono <strong>de</strong> su voz había mucha ternura para<br />
el tío, y una tranquila aceptación <strong>de</strong> la muerte, tan<br />
profunda, que a mí se me borraban los temores <strong>de</strong><br />
su cercanía.<br />
Afuera me dijo:<br />
—Tal vez mañana se muere. Mejor, ya es hora<br />
<strong>de</strong> que <strong>de</strong>scanse, está sufriendo mucho.<br />
Sin embargo, yo sabía que él estaba tranquilo y<br />
feliz, preparando un viaje. Cuando volví al bor<strong>de</strong> <strong>de</strong><br />
su cama, me miró sostenido, tanto que la luz <strong>de</strong><br />
sus ojos tocó mis huesos, y me dijo:<br />
—Me voy para El Carmen. Mañana o pasado mañana<br />
me levanto y me voy. Quiero sembrar un maicito<br />
para que su mamá nos haga arepas <strong>de</strong> chócolo.<br />
Al día siguiente, en el momento en que mi madre<br />
lo cargaba para que <strong>de</strong>scansara <strong>de</strong> la cama, partió,<br />
así como me lo había prometido.<br />
Años <strong>de</strong>spués yo era un adolescente que quería<br />
experimentarlo todo y veía en el trabajo <strong>de</strong> la pa-<br />
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