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sirvió para compren<strong>de</strong>r que había cumplido su<br />
tiempo. Aunque a sus ochenta años había vivido<br />
todo lo que le fue dado vivir, aún conservaba ese<br />
terrible miedo a la muerte que le impedía entregarse<br />
al sueño para no abandonar la existencia. No sé<br />
cómo hice acopio <strong>de</strong> valor y me acerqué a su oído<br />
para pedirle que se fuera tranquila y que se acordara<br />
<strong>de</strong> que ahí estaba yo para cuidar sus huesos.<br />
Al día siguiente vino el alba y Ella se fue. En el<br />
momento en que llegamos para <strong>de</strong>spedirla, todavía<br />
temblaba uno <strong>de</strong> sus <strong>de</strong>dos.<br />
Como en el cementerio <strong>de</strong> San Pedro no había<br />
lugares disponibles, me vi obligado a consultar entre<br />
las personas cercanas hasta encontrar una<br />
bóveda en alquiler, ubicada en el mausoleo particular<br />
<strong>de</strong> una familia <strong>de</strong>sconocida. Así empezó el<br />
cumplimiento <strong>de</strong> nuestro pacto.<br />
Durante los años sucesivos, mis hermanas y yo<br />
visitamos el mausoleo para renovar las flores en<br />
las mañanas <strong>de</strong>l domingo. Cuando entrábamos allí,<br />
mientras duraba el combate con los mosquitos —<br />
pegajosos y tercos—, volvía el motivo <strong>de</strong> meditación:<br />
¿qué clase <strong>de</strong> mujer fue mi madre que se dio<br />
al amor <strong>de</strong> mi padre, un hombre que las tenía a<br />
todas ellas en el alma?<br />
En el fondo <strong>de</strong> una pregunta como ésta se oculta<br />
el <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> saber por qué somos como somos, y<br />
acaso la ilusión <strong>de</strong> cambiar esa circunstancia. Fue<br />
entonces cuando empecé a tejer el sueño <strong>de</strong> reunirlos<br />
a ellos <strong>de</strong>l modo que antes había imaginado<br />
para mí. <strong>Los</strong> tres versos breves <strong>de</strong>l poema volvieron<br />
a mi memoria con inusitada insistencia y me envolvió<br />
el regocijo <strong>de</strong> quienes cumplen una misión<br />
especial.<br />
Llegado el cuarto año <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l entierro fui a<br />
la iglesia para prepararlo todo: revisé cuidadosa-<br />
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