You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
cula: Eduardo sentado en un rincón, escuchando<br />
la canción como si se tratara <strong>de</strong> la síntesis <strong>de</strong> su<br />
existencia, y Dalia Rosa y yo bailándola por puro<br />
pretexto, yo para tratar <strong>de</strong> acercarme a su cuerpo<br />
y a sus labios y ella para satisfacerlo a él. Así entendí<br />
que no hay nada más <strong>de</strong>solador que el abrazo<br />
<strong>de</strong> una mujer que te <strong>de</strong>sprecia. Si amaba a Eduardo,<br />
era lógico que me <strong>de</strong>spreciara a mí, porque yo<br />
era el otro lado <strong>de</strong> su ser. En vano luché por alcanzar<br />
sus labios o el aliento <strong>de</strong> su cuerpo, ella trazaba<br />
un muro invisible entre los dos que me sumía<br />
en la indignidad, pues mi insistencia era humillante.<br />
Obviamente no pu<strong>de</strong> soportarlo y salí <strong>de</strong> allí<br />
odiándome, buscando un lugar imposible para escon<strong>de</strong>rme<br />
<strong>de</strong> mí mismo.<br />
Me refugié en la virtud <strong>de</strong>l trabajo y allí rumiaba<br />
la pregunta: ¿por qué, si <strong>de</strong>cidí sepultar en la sombra<br />
todo lo que Eduardo representa, profeso tanta<br />
admiración por él y, en esa medida, odio todo lo<br />
que soy, lo que está en mi condición?<br />
No habíamos cumplido dieciocho años todavía<br />
cuando:<br />
—Eduardo, el <strong>de</strong> Joaquín, se enfrentó a una banda<br />
<strong>de</strong> malevos en Gerona y ya ha matado a cuatro<br />
<strong>de</strong> ellos; los otros tres juraron que lo seguirían a<br />
don<strong>de</strong> fuera.<br />
Algo en mi interior se rompió, como si <strong>de</strong> repente,<br />
en mitad <strong>de</strong> un sueño, lanzaras un pedazo <strong>de</strong><br />
tu cuerpo al abismo, mientras el otro te parece <strong>de</strong>spreciable<br />
a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> ajeno. “Desaparecerá unos meses<br />
y los tomará, tras su regreso silencioso”, me<br />
dije, pero estaba equivocado:<br />
—Parece que a Eduardo lo encontraron muerto<br />
en Cali. Es necesario que alguien acompañe a Sara<br />
para reconocerlo y traer el cadáver.<br />
—Yo voy con ella —propuse—, siento que ése es<br />
mi <strong>de</strong>ber.<br />
65