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sentía una extraña seguridad. Tal vez por eso lo<br />
elegí en la mañana para que me acompañara a la<br />
salida. Ese día, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que me levanté sentí que<br />
tenía que ir don<strong>de</strong> Pajarito con alguna disculpa.<br />
Bajamos. No nos habíamos dicho nada hasta el<br />
momento <strong>de</strong> tener su casa enfrente nuestro.<br />
—¡Qué casa tan estrecha y tan fría! —dijo el<br />
Pana<strong>de</strong>ro, mirando la fachada.<br />
Tenía razón. Muchos años <strong>de</strong>spués me tomé el<br />
trabajo <strong>de</strong> ir con un metro para conocer las dimensiones<br />
exactas <strong>de</strong>l frente: tres metros y veinte centímetros.<br />
<strong>La</strong> puerta gris <strong>de</strong> dos alas mi<strong>de</strong> noventa y<br />
siete punto dos <strong>de</strong> ancha; entre la puerta y la ventana<br />
hay un espacio <strong>de</strong> setenta centímetros; la ventana<br />
mi<strong>de</strong> un metro y cinco y <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la ventana<br />
hay un espacio <strong>de</strong> treinta; antes <strong>de</strong> la puerta, a la<br />
izquierda, hay una franja <strong>de</strong> diecisiete punto ocho.<br />
El frente <strong>de</strong> la casa es <strong>de</strong> color gris, la ventana<br />
está sin pintar. Hace tal vez veintiocho o veintiséis<br />
años vi la casa por primera vez y en todo este tiempo<br />
no ha sido pintada nunca.<br />
Cuando llegamos a la ventana, Pajarito nos miraba<br />
ceñudo. <strong>Los</strong> pelos <strong>de</strong> sus cejas eran largos y<br />
canosos (ahora lo son más). Sentí un vacío en el<br />
estómago al <strong>de</strong>cir:<br />
—Cuatro manzanitas <strong>de</strong> las <strong>de</strong> dos por cinco.<br />
No podía soportar sus ojos. Para mí era como si<br />
su mirada adquiriera fuerza corporal y, posándose<br />
sobre mi cabeza, me oprimiera contra el suelo. Pana<strong>de</strong>ro,<br />
a mi lado, miraba hacia el fondo <strong>de</strong> la casa,<br />
la oscuridad y un rayo <strong>de</strong> luz contra el patio <strong>de</strong> la<br />
izquierda eran lo único que se podía ver <strong>de</strong>trás <strong>de</strong><br />
la mujer, <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> los frascos con algunas baratijas<br />
<strong>de</strong> dulce. Pajarito caminó hacia el mostrador,<br />
tomó un pedazo <strong>de</strong> papel <strong>de</strong> envolver; abrió un frasco,<br />
sacó las cuatro manzanitas, las puso en el pa-<br />
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