El Crotalón - Biblioteca Virtual Universal
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sin libertad cada día padeçer. Pero lo que más nos afligía era el faltarnos armas con que<br />
pelear, porque esta ventaja tienen de su naturaleza todos los animales, que a todos dio<br />
armas naturales naçidas consigo para se defender de sus enemigos y de aquellos que los<br />
quisiessen dañar: al león dio uñas, esfuerço y destreza, a la sierpe dio concha, a las aves dio<br />
uñas y vuelo, y al caballo herraduras y dientes con que se defienda, y ansí al ratón dio uñas<br />
y dientes con que hiera, y a cada cual animal en su naturaleza armó, y a la rana, por<br />
hazernos el animal más simple y miserable, le dexó sin armas algunas con que se pudiese<br />
defender de quien le procurasse dañar.<br />
MIÇILO. A mí me parece, gallo, que en todo eso proveyó naturaleza con gran prudencia<br />
porque quiso criar la rana simple y sin perjuizio y daño, ansí la crio sin enemigo que la<br />
dañasse; y porque alguna vez se podía ofreçer que con furia la acometiesse otro algún<br />
animal la proveyó de ligereça para nadar, y el salto para huir. ¿Qué culpa tiene naturaleza si<br />
vosotras enruináis la simpleza con que ella os crió?<br />
GALLO. Tú tienes mucha razón, [porque en el mundo no hay animal que no haya<br />
corrompido con su maliçia las leyes que su naturaleza le dio]. Y ansí por vernos confusas<br />
en este caso sin poder alcançar a sabernos dar remedio, acordóse que nos socorriéssemos<br />
del consejo y ayuda de çiertos géneros de pescados que en aquel lago andaban en nuestra<br />
compañía, y prinçipalmente de unos grandes barbos que allí se criaban y a éstos nos fuemos<br />
contándoles nuestra miseria; y ellos, como es gente muy honrada y bien inclinada, y<br />
trabajan vivir sin perjuizio de nadie, que hasta hoy no se quexó dellos alguna naçión, por<br />
esta causa pareçióles tan mal la traiçión que nuestras ranas hiçieron a los ratones que casi<br />
con disimulaçión se determinaban ver de nosotras vengados los ratones; pero ya por la<br />
estrecha antigua amistad que por la contina vivienda entre nosotros había nos estimaban por<br />
parientes y naturales, y ansí se dolieron de nuestra neçesidad y se profirieron a nos<br />
favoreçer con consejo y fuerças. Y puestos en esta determinaçión se levantó un barbo<br />
ançiano y de buen consejo y nobleza y ante todos propuso ansí: «Honrada gente, [vezinas,<br />
amigas y parientas], a mí me pessa haber de seguir y favoreçer en esta empresa parte tan sin<br />
razón y justiçia, pues vosotras habéis injuriado y ofendido a vuestros amigos vezinos y<br />
comarcanos tan sin os lo mereçer; yo nunca pensé que vuestra simpleza tuviera<br />
acometimiento de tanto doblez, ni sé quién os dio lengua ni alma para fingir, ni manos para<br />
ansí dañar con [tal alevoso] engaño. ¿Quién no se fiara de vuestra flaqueza, pensando que<br />
vuestra humildad sería tal como la mostráis? ¡Cuán justo fuera favoreçer antes en vuestro<br />
castigo que a vuestra defensa! Pero de hoy más neçesitáis nos a vivir con vosotras con<br />
aviso, y por venirnos a demandar socorro, porque es la ley de los nobles no le negar a<br />
cuantos afligidos le pidan, es razón que se os dé, y ansí es mi pareçer que ante todas cosas<br />
tratemos de os dar armas con que peleéis y os defendáis, porque çiertamente os tienen en<br />
esto gran ventaja los ratones en dientes y uñas; por lo cual, habiéndolo mirado bien, es mi<br />
consejo que hagáis capaçetes de las cáxcaras de huevos que se pudieren haber, que muchas<br />
hay en este lago, que los pescadores las echan por çebo para nos pescar, y estas cáxcaras<br />
puestas en la cabeza os será alguna defensa para las heridas, y por lanças llevaréis unos<br />
yuncos que hay en esta ribera, que tienen buenas puntas con que podáis herir, que nosotros<br />
con nuestros dientes os los cortaremos cuantos tengáis neçesidad, y vosotras trabajad por os<br />
hazer diestras con estos yuncos como podáis con destreza herir; aprended con la boca y<br />
manos como mejor os aprovechéis dellos. Saldréis al campo con estas armas, y si os<br />
viéredes en aprieto recogeros heis al agua; estaremos muchos de vuestros amigos a la costa