El Crotalón - Biblioteca Virtual Universal
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Santo cuanto más trabajábades en su imitaçión. Las baptistas procurar exçeder a las otras en<br />
el ayuno contino, en el vestido poco, en la penitençia y sanctidad; y las evangelistas<br />
procurar llevar ventaja a las otras en el recogimiento, en la oraçión, en el amor que tuvo a<br />
su maestro, en aquella virginidad santa por la cual le encomendó Cristo su Madre Virgen.<br />
Pero como toda vuestra religión era palabras y vanidad, ansí vuestras obras eran profanas y<br />
de mundo, y ansí ellas tenían tal premio y fin mundano, porque si vosotras os matáis a<br />
chapinazos sobre cuál de los dos san Juanes fue mejor, y vosotras no tenéis ni seguís punto<br />
de su bondad, seríades como son dos negras esclavas de dos señoras que se matassen a<br />
puñadas sobre cuál de sus amas era más hermosa, y ellas dos quedassen negras como un<br />
tizón; o como dos romeros que muy hambrientos y miserables con gran enojo se matassen<br />
sobre cuál es el más rico desta çiudad, y ellos quedassen muertos de hambre sin que<br />
ninguno les dé un pan que comer.<br />
GALLO. De lo que yo sentí entonçes desta gente tengo por opinión que naturaleza hizo<br />
este género de mugeres en el mundo por demás, y por esta causa las echó en los<br />
monesterios como quien las arrima a un rincón, y como ellas se ven tan fuera de cuenta<br />
trabajan con estas industrias de Sathanás darse a entender; y ansí el primer pensamiento que<br />
la monja conçibe entrando en el monesterio es que le tienen usurpado el reino y que se le<br />
tienen por fuerça, y que por eso la metieron como en prisión allí; y seríale más conveniente<br />
y provechoso hazerse entender que aquella es casa de < > locos, donde fue lançada porque<br />
está sin seso desde que naçió, porque acá afuera no haga mal. Pues sabrás, que yo fue<br />
enferma de un çaratán de que en los pechos fue herida, de que padeçí mucha passión hasta<br />
que la muerte me llevó; y luego mi alma fue lançada en un cuerpo de una rana en el lago de<br />
Genesareth que está en Palestina, donde por ir tan acostumbrada a parlar no hazía sino<br />
cantar a la contina, prinçipalmente cuando quería llover por dar plazer al labrador que lo<br />
tiene por señal. En aquella vida vivía yo en algún contento por la gran libertad de que<br />
gozamos todas allí, tratábanos muy bien un benigníssimo rey que teníamos, manteníanos el<br />
lago en toda paz y tranquilidad, aunque algo contra la condiçión que yo había tenido acá,<br />
pero la nueva naturaleza me mudó. No hazíamos sino salir a la orilla al sol y estendernos<br />
con mucho plazer, y a su hora tornarnos a entrar en toda quietud. Y como en ningún estado<br />
en esta vida falte miseria, tentaçión y trabajo, y creo que el demonio entiende en<br />
desasosegar toda criatura que en el mundo hay, ansí nos dio a nosotras un desasosiego el<br />
mayor que se puede encareçer; y sabrás que como es cosa común, teníamos alrededor de<br />
nuestro lago mucha copia de ratones que se vienen por allí a vivir de los pueblos<br />
comarcanos en sus cuevas y choças, por vivir en más seguridad; y éstos por ser gente de<br />
buena converzaçión hizieron con nosotras gran vezindad, y nosotras los tratamos a la<br />
contina muy bien. Suçedió que un día quiso (que no debiera) un hijo de su rey, con algunos<br />
otros de sus principales y vasallos, passar a la otra parte del lago a visitar çiertos parientes,<br />
amigos y aliados que vivían allá, y por ser muy largo el lago tenía gran rodeo y trabajo y<br />
aun peligro para passar, y comunicando su voluntad un día con çiertas ranas del lago, ellas,<br />
o por enojo que tuviessen dellos, o por mala inclinaçión, pensaron hazerles un gran daño y<br />
burla, y fue que ellas se les ofreçieron de los passar sin lissión, si fiándose dellas se subían<br />
sobre sus lomos, que cada una dellas tomaría el suyo sobre sí y ansí nadando los passarían a<br />
la otra parte, y que por más asegurar[los] atarían las colas dellos a las piernas traseras de las<br />
ranas, porque si se deleznassen del cuerpo no peligrassen en el agua. Ansí ellos confiados<br />
de su buena oferta vinieron hasta unos veinte de los prinçipales de su vasallaje, quedando<br />
sus criados y familiares a la orilla mirando la lastimosa tragedia; y cuando las ranas