El Crotalón - Biblioteca Virtual Universal
El Crotalón - Biblioteca Virtual Universal
El Crotalón - Biblioteca Virtual Universal
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
un corredor que para este caso habíamos quitado unas tablas del suelo, y como él entró por<br />
allí [con intinçión de se recoger hasta ver el suçeso], al primer passo cayó en un corral, de<br />
donde no podía salir por estar çerrado al rededor; y luego yo vestiéndome de todos los<br />
vestidos de mi galán, que me conoçían ya porque en ellos me crié, y despedidos de la<br />
huéspeda los unos a los otros no nos vimos más hasta hoy. De aquí nos fuemos a Sevilla y a<br />
Valençia, donde hize lançes de grande admiraçión.<br />
MIÇILO. Espantado me tienes, o gallo, con tu osadía y atrevimiento con que acometías<br />
semejantes hazañas, que la flaqueza de ser muger no te encogía el ánimo a tener temor al<br />
gran peligro en que ponías tu persona.<br />
GALLO. ¿Qué dices, Miçilo, flaqueza y encogimiento de ánimo? Pues más de veras te<br />
espantarás de mí cuando yo fue Cleopatra, si me vieras con cuánto estado y magestad me<br />
presenté ante Julio Çésar cuando vino en Egipto en seguimiento de Pompeo, si vieras un<br />
banquete que le hize allí para le ganar la voluntad; y que si me vieras en una batalla que di a<br />
Octaviano Çésar junto al promontorio de Leucadia, donde estuvo la fortuna en punto de<br />
poner en mi poder a Roma. En la cual mostré bien con mi ardid y desenvoltura varonil la<br />
voluntad y ánimo que tuve de vençer las banderas romanas y llevar delante de mi trihunfo<br />
al çésar vençido. Todo esto quiero dexar para otro tiempo en que tengamos más lugar, y<br />
agora quiero te dezir de cuando fue monja, lo cual por ser ya venido el día en el canto que<br />
se sigue proseguiré.<br />
Fin del séptimo canto del gallo.<br />
Argumento del octavo canto del gallo<br />
En el octavo canto que se sigue el auctor se finge haber sido monja, por notarles algunos<br />
intereses que en daño de sus conçiençias tienen. Concluye con una batalla de ranas en<br />
imitaçión de Homero.<br />
GALLO. Si despertasse Miçilo holgaría entretenerle en el trabajo gustando él de mi<br />
cantar, porque la pobreza çiertamente nos fatiga tanto que con dificultad nos podemos<br />
mantener, y no sé si le soy ya algo odioso, porque algunas mañanas le he despertado algo<br />
más temprano que él acostumbraba, por lo cual padeçíamos mucha más hambre, y agora<br />
porque esta maçilenta loba no nos acabe de tragar, tómome por ocasión para atraerle al<br />
trabajo contarle mi vida miserable, donde pareçe que ha tomado hasta agora algún sabor, y<br />
plega a Dios que no le enhade mi dezir, porque aunque sea a costa de mi cabeza quiera él<br />
trabajar y ambos tengamos que comer.<br />
MIÇILO. ¿Qué dizes, gallo?, ¿qué hablas entre ti? ¿No me has prometido despertar cada<br />
mañana, y con tu graçioso cantar ayudarme en mi trabajo contándome tu vida?<br />
GALLO. Y ansí lo quiero yo, Miçilo, hazer, que no quiero yo por ninguna ocassión<br />
quebrantar la palabra que te di.