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El Crotalón - Biblioteca Virtual Universal

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casa donde no nos diessen [abundantemente] de comer y beber < >, y pessábales porque no<br />

reçibíamos más; tanto era su buen deseo de nos tener. Topábamos cada día a la riqueza y [a<br />

la] mentira por las calles por los lodos arrastradas, baldonadas y escarneçidas, que todos los<br />

hombres < > por nuestra devoción y amistad < > gritaban y corrían, y las echaban de su<br />

conversaçión y compañía como a enemigas de su contento y prosperidad. De lo cual estas<br />

dos falsarias y malas compañeras reçebían grande injuria y vituperio, y con rabia muy<br />

canina buscaban los medios posibles para se satisfazer; juntábanse cada día en consulta<br />

[ambas] y echábanse a pensar y tratar cualesquiera caminos, favoreçiéndose de muchos<br />

amigos que < > traían entre los hombres encubiertos y solapados que no osaban pareçer de<br />

vergüença de nuestros amigos. Estas malditas bastaron en tiempo a juntar gran parte de<br />

gente que por industria de una dueña pariente suya que se llama cobdiçia los persuadieron<br />

ir a descubrir aquellas tierras de las Indias, donde vosotros dezís que íbades caminando, de<br />

donde tanto tesoro salió. Éstas se las enseñaron y guiaron, dándoles después industria,<br />

ayuda y favor como pudiessen en estas tierras traer grandes piezas y cargas de oro y de<br />

plata, y joyas preçiosas que de los de aquella tierra estaban menospreçiadas y holladas<br />

reconoçiendo su poco valor. Estas perversas dueñas los forçaron a aquel trabajo teniendo<br />

por averiguado que estos tesoros les serían bastante medio para entretener su opinión y<br />

desarraigarnos del común conçebimiento nuestra amistad con la cual estábamos nosotras<br />

enseñoreadas en la mayor parte de la gente hasta allí; y ansí fue que como fueron aquellos<br />

hombres que ellas enviaron en aquellas partes y començaran a enviar tesoros de grande<br />

admiraçión, luego començaron todos a gustar y a poseer grandes rentas y hazienda; y ansí<br />

andando estas dos falsas hermanas [con aquella parienta casi] de casa en casa les hizieron<br />

[a todos] entender que no había otra nobleza, ni otra feliçidad sino ser rico un hombre, y<br />

que el que no poseía en su casa [a la riqueza] era ruin y vil; y ansí se fueron todos<br />

corrompiendo y depravando en tanta manera que < > no se hablaba ni se trataba otra cosa<br />

en particular ni en común. Ya, desdichadas de nosotras, no teníamos dónde nos acoger, ni<br />

de quién nos favorezer; ninguno nos conoçía, [ni] amparaba, ni reçebía, y ansí andábamos a<br />

sombra de texados aguardando a que fuesse de noche para salir a reconoçer amigos, no<br />

osando salir de día, porque nos habían avisado algunos que andaban estas dos traidoras<br />

buscándonos con gran compañía para nos afrontar do quiera que nos topassen,<br />

prinçipalmente si fuesse en lugar solo y sin testigos; y ansí nosotras, madre y hija, nos<br />

fuemos a quexar a los señores del Consejo real < >, diziendo que estas falsarias se habían<br />

entremetido en la república muy en daño y corruptela della, y porque a la sazón estaban<br />

consultando açerca de remediar la gran carestía que había en todas las cosas del reino, les<br />

mostramos [con argumentos muy claros y infalibles], ser la causa habernos echado todos de<br />

sí, [la Bondad y Verdad, madre y hija], y haber estas perversas hermanas, Riqueza y<br />

Mentira, y la Cobdiçia; las cuales si se remediaban y se echaban fuera, nos ofreçíamos [y<br />

obligábamos] a volver todas las cosas a su primer valor [y] antiguo, y que en otra manera<br />

verían cómo neçesariamente irían las cosas de peor en peor; y nos quexamos que nos<br />

amenaçaban que nos habían de matar porque ansí éramos avisadas, que con sus amigos y<br />

aliados que eran ya muchos nos andaban buscando procurando de nos haber. Y los señores<br />

del Consejo nos oyeron muy bien y se apiadaron de nuestra < > fortuna y nos mandaron dar<br />

carta de amparo, y < > que diéssemos informaçión cómo aquéllas nos andaban a buscar<br />

para nos afrontar, y que harían justizia. Y con esto nos salimos del Consejo, y yendo por<br />

una ronda pensado ir más seguras por no nos encontrar con nuestros enemigos, fuemos<br />

espiadas y salteadas en medio de aquella ronda, y saliendo a nosotras nos tomaron por los<br />

cabellos a ambas, y truxiéronnos por el polvo y lodo gran rato arrastrando, y diéronnos

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