15.05.2013 Views

El Crotalón - Biblioteca Virtual Universal

El Crotalón - Biblioteca Virtual Universal

El Crotalón - Biblioteca Virtual Universal

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Fin del deçimoquinto canto del gallo.<br />

Argumento del deçimosexto canto del gallo<br />

En el deçimosexto canto que se sigue el auctor, en Rosicler hija del rey de Siria,<br />

describe la feroçidad con que una muger acomete cualquiera cosa que le venga al<br />

pensamiento si es lisiada de un lasçivo interés, y concluye con el desçendimiento del<br />

infierno imitando a Luçiano en los libros que de Varios diálogos intituló.<br />

GALLO. ¿Qué has, Miçilo, que tales voces das? Despierta y sosiega tu coraçón que<br />

pareçe que estás alterado.<br />

MIÇILO. O gallo, en cuánta congoja y afliçión me vi, y de cuánta miseria has usado<br />

comigo en me despertar, porque soñaba que era llevado por todos esos lugares espantosos<br />

de penas y tormentos que propusiste en el canto de ayer, y soñaba que por la gran actividad<br />

y fuerça que tiene aquel açérrimo y espantoso calor con que abrasa el fuego infernal era<br />

imposible entrar allí alguno sin se contaminar, ahumar, chamuscar o quemar; y ansí en<br />

sueño me vi en un gran campo tan rodeado de llama que el resuelgo me faltaba, que por un<br />

momento que tardaras se me acabara el vivir.<br />

GALLO. Pues oye agora y verás cuánta differençia hay de verlo a soñarlo, como de lo<br />

fingido, < > sombra a lo verdadero y real; verás con cuanta façilidad se ofende Dios<br />

mientra viven los malos aquí, y con cuánto rigor se satisfaze la suma justiçia después; verás<br />

la maliçia humana cuán en el estremo se colocó en el sexo femenil, y los homiçianos y<br />

inçestuosos en el rigor que van a pagar. Y venidos, pues, donde dexamos el canto de ayer,<br />

si bien me acuerdo, te dixe que por importunidad de mi ángel proponía Rosicler la pena que<br />

padeçía allí, y ansí la desdichada nos dixo: «Sabréis que éste es el lugar donde son<br />

atormentadas las almas miserables de los avarientos usureros, cambiadores, renoveros,<br />

negoçiadores, que a tuerto y a derecho no hazen sino llegar gran suma de dineros para<br />

satisfazer su insaçiable cobdiçia; y cada día son traídas aquí éstas y otras muchas almas de<br />

otros diversos géneros de pecadores, las cuales con gran tormento son aquí picadas tan<br />

menudas como sal con unas hachas y segures sobre mi cuerpo, como sobre un taxón. Bien<br />

podéis pensar el dolor que me hazen cada vez que hieren sobre mí.» «Dinos agora la causa<br />

de tanto mal», dixe yo, «porque según he oído dezir descansan los afligidos dando parte a<br />

otros de su passión, prinçipalmente si presumen que en alguna manera los que se le oyeren<br />

sienten su mal.» Respondióme la desventurada alma: «¡Ay! que a las infernales almas es al<br />

revés, porque después que entramos aquí, cada momento se nos ofreçe a la memoria la<br />

culpa y causa de nuestra infeliçidad con que nos atormenta más Dios. Pero por os<br />

complazer yo os lo quiero dezir aunque augmenta las llagas y renuévasse el dolor<br />

recontando la causa del mal; pero el mal no se puede augmentar a quien tiene el supremo<br />

que se puede padeçer, como yo. Pues sabed que yo fue hija de Narçiso, rey de Damasco y<br />

de toda la Siria, prinçipalmente de aquella próspera y deleitosa provinçia decapolitana, que<br />

ansí se llama por las diez ricas çiudades y antiquíssimas que en ella hay: Damasco,<br />

Philadelphea, Scitoplis, Gadara, Hipodron, Pella, Galasa, Gamala y Jope; yo era por

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!