3. Insumisión Popular - Iaeden

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Insumisión popular 1830-1848 85 cuenta las actuaciones de los caudillos regionales, apoyados y seguidos por jornaleros y gente empobrecida; no se atienden las discusiones sobre las elecciones cantonales y presidenciales así como la conveniencia de elegir entre un militar o un civil; ni la necesidad de un Estado centralizado o de corte federal 86 o la implantación de medidas económicas que oscilaban entre proteccionismo o liberalismo. Todo lo cual se discutía no sólo en el seno de las clases dirigentes sino también por el pueblo, que al escuchar las consideraciones sobre éstos y otros temas decidía seguir el rumbo del orden o la desobediencia, en busca de salidas hacia la estabilidad social. Sin embargo, el panorama descrito sobre el pueblo es de minusvalía y de invisibilidad; el de dejarse llevar por lo que decidieran los hombres aptos y propicios, según la cartilla de la ciudadanía; el pueblo ni siquiera tenía cuerpo propio para accionar ideas, al decir del historiador Salcedo Bastardo. La influencia de las clases dominantes durante el siglo XIX, para consolidar una estructura interna que tendiese al orden, pasaba por la necesidad de plantear la ruptura respecto del período anterior, esto es, el colonial 87 . Sin embargo, las medidas implementadas no tenían 86 “La imagen que tiende a darse del federalismo latinoamericano es la de haber sido una copia del modelo norteamericano, un injerto mal logrado en una tradición erróneamente considerada de corte centralizador derivado del régimen colonial. Probablemente, por no decir seguramente, esta imagen negativa del federalismo depende del hecho de que se tiende a proyectar hacia el pasado una realidad del presente caracterizada (…) por una inclinación de los gobiernos federales a concentrar en sus manos competencias que corresponden a los estados. Diferente puede ser, en cambio, nuestra imagen del federalismo de hoy si proyectamos sobre el presente las formas que tuvo en el pasado. De su estudio emerge que no sólo existen antecedentes y motivaciones históricas precisas para el federalismo en América Latina, sino también que cada país que lo adoptó tuvo la capacidad de saber traducirlo en una racionalidad constitucional en la cual el principio federal norteamericano sirvió, a lo más, como escribe Bidart Campos, de ‘fuente normativa”, Marcello Carmagnani, “Conclusión: el federalismo, historia de una forma de gobierno”, en Marcello Carmagnani (coord.), Federalismos latinoamericanos:México/Brasil/Argentina, p. 397. 87 “El poder de las clases dominantes se construye a través del control del Estado, que se convierte en el instrumento de acción directa para la aplicación de determinadas medidas económicas favorables a sus intereses. El sistema político que se impone expresa precisamente la ‘alianza’ de las dos clases: terratenientes y comerciantes. Se trata de una etapa de transición orientada al fortalecimiento de los vínculos con el sistema capitalista, cuya expansión hacia las zonas periféricas, requiere la conformación de un tipo de Estado no interventor en la economía, pero capaz de garantizar el desarrollo de nexos económicos entre las naciones metropolitanas y los países dependientes. Paz y unidad se convierten en dos factores esenciales para afincar las bases de la nueva Nación, sobre cuya estructura tradicional se aplicarán algunas reformas relativas al funcionamiento políticoadministrativo, libertad de tránsito, de comercio, reducción de cargas impositivas, disminución Insumision popular.indd 85 28/08/2010 04:54:03 p.m.

86 Aura Rojas correspondencia con los sectores más vulnerables del edificio social pues se buscaron soluciones que tendían a consolidar la preeminencia y permanencia de los sectores dominantes y de quienes venían y aspiraban un ascenso en términos sociales. Es así como los esfuerzos prepiciaban: …el reestablecimiento de la base agropecuaria y la constitución de formas de gobierno y marcos jurídicos propios que permitieran, por vía de la integración, ejercer un control efectivo sobre el territorio venezolano, elementos en los cuales se apoyaría la articulación con las áreas de desarrollo capitalista una vez roto el nexo colonial. En cuanto al primer orden de problemas, en lo esencial la acción se dirigió a liberalizar la economía, a reconstruir el capital y a fijar la mano de obra. En este sentido, a partir de la ruptura del nexo colonial fueron tomadas medidas para modificar el régimen tributario colonial –abolición de la alcabala, de los diezmos y primicias y del estanco del tabaco–; para promover la circulación de la riqueza y fortalecer la formación de capitales –prohibición de constituir nuevos vínculos y mayorazgos y la redención de censos, distribución de pequeños créditos a los productores en 1830 y, a partir de 1839, los primeros intentos de establecer un sistema bancario–; y para aliviar la escasez de mano de obra se intentó mantener la esclavitud mediante la recolección de esclavos liberados y se implementaron diferentes medidas de carácter coercitivo para fijar la mano de obra libre dispersada por la guerra y, en general, por las condiciones de trabajo 88 . Es así como el proyecto nacional que pretendía consolidarse intentó hacer prevalecer como base ideológica de toda la población venezolana valores tales como el patriotismo, la independencia, la igualdad, la fraternidad y la libertad; valores que debían ser manifestados por quienes, en especial, tenían la obligación de someterse a los dictámenes de las clases dominantes; dicho en otras palabras, era el pueblo quien debía manifestarse del poder económico detentado por la Iglesia y el estímulo a la construcción de algunas obras de infraestructura como vías de comunicación, puertos, etc.”, Catalina Banko, El capital comercial en La Guaira y Caracas (1821-1848), pp. 121-122. 88 Josefina Hernández de Ríos, “El proceso de conformación fraguado y crisis de la formación social venezolana”, en Formación histórico social de Venezuela, pp. 103-104. Insumision popular.indd 86 28/08/2010 04:54:03 p.m.

<strong>Insumisión</strong> popular 1830-1848 85<br />

cuenta las actuaciones de los caudillos regionales, apoyados y seguidos por<br />

jornaleros y gente empobrecida; no se atienden las discusiones sobre las<br />

elecciones cantonales y presidenciales así como la conveniencia de elegir<br />

entre un militar o un civil; ni la necesidad de un Estado centralizado o de<br />

corte federal 86 o la implantación de medidas económicas que oscilaban<br />

entre proteccionismo o liberalismo. Todo lo cual se discutía no sólo en el<br />

seno de las clases dirigentes sino también por el pueblo, que al escuchar las<br />

consideraciones sobre éstos y otros temas decidía seguir el rumbo del orden<br />

o la desobediencia, en busca de salidas hacia la estabilidad social.<br />

Sin embargo, el panorama descrito sobre el pueblo es de minusvalía<br />

y de invisibilidad; el de dejarse llevar por lo que decidieran los hombres<br />

aptos y propicios, según la cartilla de la ciudadanía; el pueblo ni siquiera<br />

tenía cuerpo propio para accionar ideas, al decir del historiador Salcedo<br />

Bastardo.<br />

La influencia de las clases dominantes durante el siglo XIX, para<br />

consolidar una estructura interna que tendiese al orden, pasaba por<br />

la necesidad de plantear la ruptura respecto del período anterior, esto<br />

es, el colonial 87 . Sin embargo, las medidas implementadas no tenían<br />

86 “La imagen que tiende a darse del federalismo latinoamericano es la de haber sido una copia del<br />

modelo norteamericano, un injerto mal logrado en una tradición erróneamente considerada de<br />

corte centralizador derivado del régimen colonial. Probablemente, por no decir seguramente,<br />

esta imagen negativa del federalismo depende del hecho de que se tiende a proyectar hacia<br />

el pasado una realidad del presente caracterizada (…) por una inclinación de los gobiernos<br />

federales a concentrar en sus manos competencias que corresponden a los estados. Diferente<br />

puede ser, en cambio, nuestra imagen del federalismo de hoy si proyectamos sobre el presente<br />

las formas que tuvo en el pasado. De su estudio emerge que no sólo existen antecedentes y<br />

motivaciones históricas precisas para el federalismo en América Latina, sino también que cada<br />

país que lo adoptó tuvo la capacidad de saber traducirlo en una racionalidad constitucional en<br />

la cual el principio federal norteamericano sirvió, a lo más, como escribe Bidart Campos, de<br />

‘fuente normativa”, Marcello Carmagnani, “Conclusión: el federalismo, historia de una forma de<br />

gobierno”, en Marcello Carmagnani (coord.), Federalismos latinoamericanos:México/Brasil/Argentina,<br />

p. 397.<br />

87 “El poder de las clases dominantes se construye a través del control del Estado, que se convierte en<br />

el instrumento de acción directa para la aplicación de determinadas medidas económicas favorables<br />

a sus intereses. El sistema político que se impone expresa precisamente la ‘alianza’ de las dos clases:<br />

terratenientes y comerciantes. Se trata de una etapa de transición orientada al fortalecimiento<br />

de los vínculos con el sistema capitalista, cuya expansión hacia las zonas periféricas, requiere la<br />

conformación de un tipo de Estado no interventor en la economía, pero capaz de garantizar el<br />

desarrollo de nexos económicos entre las naciones metropolitanas y los países dependientes. Paz<br />

y unidad se convierten en dos factores esenciales para afincar las bases de la nueva Nación, sobre<br />

cuya estructura tradicional se aplicarán algunas reformas relativas al funcionamiento políticoadministrativo,<br />

libertad de tránsito, de comercio, reducción de cargas impositivas, disminución<br />

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