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3. Insumisión Popular - Iaeden

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Aura Rojas<br />

que individualidades hacían para acusar a personas que normalmente eran<br />

tenidos como sospechosos o propensos al desorden; esto es, individuos<br />

poco amantes de la institucionalidad y con poco sentido patriótico, pero<br />

también debido a características sociales y raciales que supuestamente<br />

acompañaban a la gente ignorante, floja o libertina. De los indígenas hemos<br />

visto como siempre se les acusa de ser bebedores consuetudinarios; de los<br />

esclavos sus actitudes proclives a la vagabundería y al ocio. La necesidad de<br />

lucha por espacios de libertad y el reconocimiento de derechos, tales como<br />

la propiedad, eran vistos más bien como manifestaciones inoportunas y<br />

criminales. Pero lo contenido en las leyes no les impedía a sectores como<br />

los indígenas y los esclavos procurar rendijas para la consecución de<br />

derechos que consideraban justos. Aunque dichas manifestaciones fuesen<br />

consideradas, de buenas a primeras, como actos de desobediencia al orden<br />

legal, los funcionarios, vecinos y ciudadanos trataban de accionar las vías<br />

legales para contenerlos, es evidente cómo éstos se muestran vigilantes<br />

ante cualquier rumor de desorden. Sin embargo, el imaginario prejuiciado<br />

de estos sectores da cuenta de planes subversivos que anunciaban muerte,<br />

destrucción y caos.<br />

Una denuncia que hizo el juez de Primera Instancia del Primer<br />

Circuito de Barinas, José E. Morales, en 1844, señalaba que por noticias de<br />

una allegada, a este funcionario lo iban a deponer de forma violenta, por<br />

lo cual al enterarse del supuesto plan de conspiración en su contra, hizo<br />

salir a toda su familia fuera de la ciudad. El cabecilla había sido identificado<br />

como Nicolás Pumar, cuyas intenciones también consideraban el saqueo.<br />

Inmediatamente se inician las averiguaciones, y el que supuestamente había<br />

dado la noticia negó haber hecho tales comentarios, pues se trató sólo de<br />

una conversación sobre los partidos eleccionarios a la que le imprimió<br />

toques de chanza y jocosidad.<br />

El rumor se había esparcido de todas maneras, por lo que se ordenó<br />

librar inquisitorias entre los habitantes de Barinas, incluso circuló un impreso<br />

en el que se aseguraba la salida del juez por mala administración; no obstante<br />

el juzgado consideró esto como obra de<br />

…dos o tres mal-contentos en quienes se han ejecutado las penas pecuniarias<br />

que se les han impuesto por otros jueces (…) Con todo, como en el dicho<br />

impreso se anuncia una conspiración que la ley de la materia castiga con<br />

pena de muerte en su artículo 10 (…) como además la misma Ley contra<br />

Insumision popular.indd 236 28/08/2010 04:54:13 p.m.

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