3. Insumisión Popular - Iaeden

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Insumisión popular 1830-1848 133 Tal es el tenor de los reclamos, ya no del pueblo, sino de algunos representantes de las clases económicas y sociales más favorecidas: la igualdad de las clases y la libertad para elegir de forma universal. Abogaban por el sostenimiento de un verdadero gobierno “republicano, popular, representativo, alternativo y responsable”. Este sentimiento fue calando en la conciencia de los habitantes de Chaguaramas, El Sombrero, Barbacoas, Tucupido, Chaguaramal, Valle de la Pascua, Lezama, Barlovento, San Rafael de Orituco, Río Chico, Panaquire, Tacarigua, Curiepe, entre otros pueblos. De las declaraciones tomadas a varios presos complicados por su participación en esta revolución, se desprende que las motivaciones variaban entre las ya señaladas diferencias de clases, las condiciones precarias de vida, el reparto de tierras entre los pobres y la libertad absoluta extendida incluso a los esclavos. El 3 de noviembre de ese año se emitió un indulto por el Ejecutivo Nacional que permitió poner fin a la revuelta y proporcionó elementos reveladores sobre el cariz social que la acompañaba. Largas listas de encausados y sobreseídos por pertenecer a las clases sociales más desfavorecidas se fueron acumulando en la Secretaría de Interior y Justicia al tiempo que el movimiento era cercado y reducido; los líderes locales y regionales fueron, en general, condenados a la pena del último suplicio, aunque sólo se tiene noticia de la efectiva ejecución de Simón Flores, alias el Calvareño. Muchos fueron expulsados de la república, otros fueron condenados a cumplir condenas entre 8 a 10 años por conspiración. Volviendo a las motivaciones de los alzados entre la gente del pueblo, encontramos que los relatos dan cuenta de que lo que se quería era “…destruir a los actuales gobernantes” 159 , según lo expusieron 77 detenidos. Agapito Tablero señaló que Juan Bautista Echeandia les informo que “…era un engaño el que se nos estaba haciendo, que lo que querían eran esclavizarnos y que era preciso sacar el limpio el partido liberal 160 ”. Mateo Sojo aseguró que el movimiento era “…para defender el partido liberal de Guzmán”; este hombre de más de 60 años, aunque no sabía leer ni escribir y en muchas ocasiones no entendía las motivaciones de los líderes, aseguraba: 159 “Causas seguidas en el Tribunal de Primera Instancia del Tercer circuito de Caracas, por el delito de conspiración” (1846), Ibídem, t. CCCXXXIX, f. 118. 160 Ibídem, f. 123. Insumision popular.indd 133 28/08/2010 04:54:06 p.m.

134 Aura Rojas El mismo Echeandia hacia citar a los vecinos a sus casas y después se ponía a persuadirlos, leyendo unas veces unas gacetas en que se decía una porción de cosas que muchos no entendían y otras amenazando con que mataría, quemaría las casas y haría huir la gente y que el Gobierno que existía iba a coger toda la gente de color y a embarcarla para la Inglaterra 161 . José Jesús Rengifo alegó que la idea era “…sostener el partido liberal a favor de Antonio L. Guzmán y contra los oligarcas”; Ramón Hernández se unió al grupo de Echeandia porque le habían asegurado que el partido liberal “… era muy bueno y que íbamos a gozar de muchos fueros”, agregó además que cuando elevaran como presidente a Guzmán “…se le daría dinero a todos los pobres y cogería a todos los grandes del otro partido para ponerlos a servir”; otros reos que declararon fueron José Félix Rondón, Juan de Mata Madera, Francisco Hernández (esclavos), quienes adujeron haber sido obligados por Juan María Echeandía bajo amenazas de muerte, palos, etc.; no todos participaron de las acciones pues eran más bien enrolados como soldados de tropa que otra cosa; parece evidente que efectivamente su accionar fue bajo coacción de los sublevados, engañados en la especie de que todo el país estaba con el Partido Liberal; lo más resaltante es que el mismo argumento de Napoleón Arteaga en Barinas sobre la venta de la gente de color a los ingleses fue usado por Echeandía para convencer o “persuadir” a la gente del pueblo de Río Chico, lo cual podría entenderse si lo hubiesen esparcido entre los esclavos, pero fue un argumento que avaló el Concejo Municipal de la zona. En su declaración un anciano que tomó parte en la facción dice que oyó decir entre la gente del pueblo que “…los guzmancistas iban a acabar con los que se llaman oligarcas” 162 . Los acusados de complicidad en grado de participación directa en las acciones de la Revolución Liberal provenían en su mayoría de la gente sencilla, tal como lo reseña una lista de media filiaciones de los prisioneros levantada por el Tribunal de Primera Instancia del Primer Circuito en Caracas; eran 55 detenidos sólo en las bóvedas de La Guaira, en la que se reseñan la edad, patria o lugar de origen, vecindad, profesión, empleo y 161 Ibídem, fs. 125-vto./126. 162 “Expediente relativo a las causas seguidas a varios reos de conspiración” (1846), Ibídem, t. CCCXL, f. 3. Insumision popular.indd 134 28/08/2010 04:54:06 p.m.

<strong>Insumisión</strong> popular 1830-1848 133<br />

Tal es el tenor de los reclamos, ya no del pueblo, sino de algunos<br />

representantes de las clases económicas y sociales más favorecidas: la<br />

igualdad de las clases y la libertad para elegir de forma universal. Abogaban<br />

por el sostenimiento de un verdadero gobierno “republicano, popular,<br />

representativo, alternativo y responsable”. Este sentimiento fue calando en<br />

la conciencia de los habitantes de Chaguaramas, El Sombrero, Barbacoas,<br />

Tucupido, Chaguaramal, Valle de la Pascua, Lezama, Barlovento, San<br />

Rafael de Orituco, Río Chico, Panaquire, Tacarigua, Curiepe, entre otros<br />

pueblos. De las declaraciones tomadas a varios presos complicados por su<br />

participación en esta revolución, se desprende que las motivaciones variaban<br />

entre las ya señaladas diferencias de clases, las condiciones precarias de<br />

vida, el reparto de tierras entre los pobres y la libertad absoluta extendida<br />

incluso a los esclavos.<br />

El 3 de noviembre de ese año se emitió un indulto por el Ejecutivo<br />

Nacional que permitió poner fin a la revuelta y proporcionó elementos<br />

reveladores sobre el cariz social que la acompañaba. Largas listas de<br />

encausados y sobreseídos por pertenecer a las clases sociales más<br />

desfavorecidas se fueron acumulando en la Secretaría de Interior y Justicia<br />

al tiempo que el movimiento era cercado y reducido; los líderes locales y<br />

regionales fueron, en general, condenados a la pena del último suplicio,<br />

aunque sólo se tiene noticia de la efectiva ejecución de Simón Flores, alias<br />

el Calvareño. Muchos fueron expulsados de la república, otros fueron<br />

condenados a cumplir condenas entre 8 a 10 años por conspiración.<br />

Volviendo a las motivaciones de los alzados entre la gente del<br />

pueblo, encontramos que los relatos dan cuenta de que lo que se quería era<br />

“…destruir a los actuales gobernantes” 159 , según lo expusieron 77 detenidos.<br />

Agapito Tablero señaló que Juan Bautista Echeandia les informo que<br />

“…era un engaño el que se nos estaba haciendo, que lo que querían eran<br />

esclavizarnos y que era preciso sacar el limpio el partido liberal 160 ”. Mateo<br />

Sojo aseguró que el movimiento era “…para defender el partido liberal<br />

de Guzmán”; este hombre de más de 60 años, aunque no sabía leer ni<br />

escribir y en muchas ocasiones no entendía las motivaciones de los líderes,<br />

aseguraba:<br />

159 “Causas seguidas en el Tribunal de Primera Instancia del Tercer circuito de Caracas, por el delito<br />

de conspiración” (1846), Ibídem, t. CCCXXXIX, f. 118.<br />

160 Ibídem, f. 12<strong>3.</strong><br />

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