3. Insumisión Popular - Iaeden

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Insumisión popular 1830-1848 99 el populacho, siendo además que los líderes le indicaban al pueblo que se apertrecharse con armamento, a saber, “…lanzas, puñales o garrotes”; todo lo cual desató confusión y enfrentamiento entre las partes. Concluye este episodio con la celebración del cabildo abierto que mencionamos, en el que el populacho acusaba al gobernador de “faccioso, tirano y opresor del pueblo”; se desprende así una motivación de mayor peso para que el populacho se manifestara abiertamente en contra del gobierno regional. Ramón Fuenmayor, ante las acusaciones y tal agitación, reflexiona sobre el “verdadero sentido de pueblo”, el cual se contraponía a la idea según la cual el pueblo no sólo representa una entidad geográfica determinada, sino que también, según el imaginario dominante, era la reunión de ciudadanos y no del populacho: …el día 11 de noviembre fueron citados por los Alguaciles, a orden del Jefe Político Celis para concurrir a la casa de la Maroma, donde estaban reunidos en Cabildo Abierto (…) que llegaron allí algunos de los testigos, creyendo que iban ser presos (…) que los Alguaciles llevaban lista de los vecinos que se hacían concurrir a dicha casa, resultando de este número dos esclavos y un hijo de familia (…) que la reunión se dirigía principalmente a dar a Celis la investidura de Gobernador; que luego se dispuso firmasen todos (…) muchos de los concurrentes iban armados, ya se ve, como que pertenecían a la facción de la tarde y noche del día anterior, de cuyo modo es que debe entenderse la espontaneidad de la concurrencia de los ciudadanos que quiere suponer (…) para que jamás pueda engañarse al mundo sustituyendo una miserable facción que obró a la sombra de la fuerza armada a lo que es y debe llamarse pueblo 100 . El gobernador Ramón Fuenmayor informa al gobierno superior que la conmoción que se había generado entre el populacho había estado atizada por el escrito que circulaba entre ellos y por todo Maracaibo; el propio procurador municipal, quien debía ocuparse de las causas por los excesos de la libertad de imprenta, no había tomado cartas en el asunto 101 . Asegura que esta revolución no contaba con las simpatías de “…la mayoría de la población (…) que está fiel a sus juramentos y entusiasmada con la posición de unas instituciones que les garantizan bienes de un inmenso 100 Ibídem, f. 279-vto. Cursivas nuestras. 101 “Conspiración del 10 de noviembre en Maracaibo” (1835), Ibídem, t. CVII. Insumision popular.indd 99 28/08/2010 04:54:04 p.m.

100 Aura Rojas valor”; a pesar de lo relatado en el expediente anterior, consideraba como reales responsables al comandante de Armas y su guarnición de la columna de Boyacá, quienes sedujeron al populacho y lograron la manifestación tumultuaria en la que pedían la deposición del gobernador. Sin embargo, el pueblo maracaibero no sólo había participado en la revolución viendo la actitud de los militares alzados; el escrito titulado “Casio y Bruto”, así como la participación de los acólitos del partido llamado Tembleques, habían aportado sus ideas e intereses a objeto de que se produjera no sólo el pronunciamiento del pueblo y del resto de los vecinos, sino también para que se reconocieran los liderazgos políticos de quienes conformaban el mencionado partido, utilizando argumentos violentos para ello. La responsabilidad de varios militares de tropa no era, en todo caso, incierta; un expediente instruido en contra de Carlos Sandoval por intento de seducción a una tropa en Maracaibo, arrojó suficientes elementos para encausar al capitán Andrés Escarra, pues habían estado celebrando reuniones en una “guarapería” que funcionaba en la casa de Sandoval, en donde se suponía organizaban los “anárquicos planes” apoyados por veintisiete o treinta individuos de tropa 102 . Sandoval era solo un representante del pueblo que había decidido apoyar la Revolución de las Reformas; quienes en realidad estaban liderando el movimiento en Maracaibo eran los hermanos Cecilio, Manuel y Mariano Bravo, entre otros; los cuales habían dejado de ser caudillos locales para convertirse en militares en ejercicio a lo interno de este proceso revolucionario. La capacidad de penetración en la población maracaibera había sido medianamente exitosa pues se apoderaron del almacén de pólvora y pertrechos, también lograron capitalizar la simpatía de buena parte del pueblo. Al calibrar esta situación, el gobernador temía armar a las milicias ordinarias y la de los vecinos pues podrían volverse contra ellos, y como consecuencia se generaría una guerra civil: “No quiero ni debo pensar en llamar esta milicia al servicio, porque componiéndose ella de la gente del pueblo y por consiguiente del mismo partido invasor, es darle armas para hacer la guerra…” 103 . 102 “Causa seguida a Carlos Sandoval por seducción de la tropa de Maracaibo” (1835), Ibídem, t. CVIII. 103 Ibídem, f. 411. Insumision popular.indd 100 28/08/2010 04:54:04 p.m.

<strong>Insumisión</strong> popular 1830-1848 99<br />

el populacho, siendo además que los líderes le indicaban al pueblo que<br />

se apertrecharse con armamento, a saber, “…lanzas, puñales o garrotes”;<br />

todo lo cual desató confusión y enfrentamiento entre las partes. Concluye<br />

este episodio con la celebración del cabildo abierto que mencionamos, en<br />

el que el populacho acusaba al gobernador de “faccioso, tirano y opresor<br />

del pueblo”; se desprende así una motivación de mayor peso para que el<br />

populacho se manifestara abiertamente en contra del gobierno regional.<br />

Ramón Fuenmayor, ante las acusaciones y tal agitación, reflexiona<br />

sobre el “verdadero sentido de pueblo”, el cual se contraponía a la idea según<br />

la cual el pueblo no sólo representa una entidad geográfica determinada, sino<br />

que también, según el imaginario dominante, era la reunión de ciudadanos<br />

y no del populacho:<br />

…el día 11 de noviembre fueron citados por los Alguaciles, a orden del<br />

Jefe Político Celis para concurrir a la casa de la Maroma, donde estaban<br />

reunidos en Cabildo Abierto (…) que llegaron allí algunos de los testigos,<br />

creyendo que iban ser presos (…) que los Alguaciles llevaban lista de los<br />

vecinos que se hacían concurrir a dicha casa, resultando de este número dos<br />

esclavos y un hijo de familia (…) que la reunión se dirigía principalmente<br />

a dar a Celis la investidura de Gobernador; que luego se dispuso firmasen<br />

todos (…) muchos de los concurrentes iban armados, ya se ve, como que<br />

pertenecían a la facción de la tarde y noche del día anterior, de cuyo modo es que<br />

debe entenderse la espontaneidad de la concurrencia de los ciudadanos que quiere suponer<br />

(…) para que jamás pueda engañarse al mundo sustituyendo una miserable facción que<br />

obró a la sombra de la fuerza armada a lo que es y debe llamarse pueblo 100 .<br />

El gobernador Ramón Fuenmayor informa al gobierno superior<br />

que la conmoción que se había generado entre el populacho había estado<br />

atizada por el escrito que circulaba entre ellos y por todo Maracaibo; el<br />

propio procurador municipal, quien debía ocuparse de las causas por los<br />

excesos de la libertad de imprenta, no había tomado cartas en el asunto 101 .<br />

Asegura que esta revolución no contaba con las simpatías de “…la mayoría<br />

de la población (…) que está fiel a sus juramentos y entusiasmada con la<br />

posición de unas instituciones que les garantizan bienes de un inmenso<br />

100 Ibídem, f. 279-vto. Cursivas nuestras.<br />

101 “Conspiración del 10 de noviembre en Maracaibo” (1835), Ibídem, t. CVII.<br />

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