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mercancía, gentes pacíficas y plaga - D-Scholarship@Pitt ...

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donde hay más gente para capturar. Gracias a ello logran capturar cuarenta y cinco personas más<br />

en dicha isla y, en el camino de regreso a Portugal, capturan quince pescadores y una mujer.<br />

Al regresar a Portugal, Lanzarote pide al infante sacar los esclavos de las carabelas con el<br />

fin de recibir la quinta parte que se les ha prometido por la expedición. Más en concreto, pide<br />

que los cautivos sean sacados pronto de las naves y repartidos dado que el viaje y el encierro los<br />

está enfermando y matando. Las Casas retoma el relato que hace Eanes de Zurara con respecto a<br />

la petición que Lanzarote hizo al príncipe enfatizando las razones que arguye Lanzarote para<br />

sacar a los cautivos de las naves (Zurara 129-131):<br />

por el luengo el viaje y tiempo que ha andamos por la mar vienen fatigados (los cautivos)<br />

y más por el enojo y angustia, que por verse así fuera de su tierra y traer cautivos y por no saber<br />

cual será su fin, según podéis considerar, en sus corazones traen, mayormente que vienen<br />

muchos enfermos y asaz maltratados (Las Casas 131).<br />

Recordemos que lo que viene haciendo Las Casas es parafrasear los cronistas<br />

portugueses, en este caso a Gomes Eanes de Zurara, llamando la atención sobre los pasajes en los<br />

cuales estos cronistas no sólo presentan los hechos sino que tratan de presentarlos como acciones<br />

heroicas y cristianas. En este caso los argumentos muestran el estado en el que se encuentran los<br />

cautivos pero, al mismo tiempo, la insensibilidad tanto de Lanzarote como del infante al pensar<br />

en la precaria situación de éstos no movidos por la compasión o la solidaridad sino por el<br />

eventual daño que pueden sufrir como botín de guerra.<br />

El príncipe concede lo que pide Lanzarote y ordena que todos los cautivos sean sacados a<br />

un descampado en la villa de Lagos, de dónde son provenientes los expedicionarios. Desde<br />

luego, Las Casas no ve en ello la repartición de los bienes recibidos por servir a Dios sino la<br />

distribución de un botín injustamente obtenido por un conjunto de salteadores. En ese momento,<br />

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