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mercancía, gentes pacíficas y plaga - D-Scholarship@Pitt ...

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príncipe y rey cristiano, y éste en favor de la fe e religión cristiana y culto divino (442 el<br />

subrayado es nuestro).<br />

Las Casas considera que los reinos de Hierusalem y de África han sido concedidos a los<br />

reyes de Castilla y de Portugal para ser recuperados de los infieles moros y turcos quienes los<br />

han usurpado a los cristianos y que, por ello, es lícito hacer uso de la guerra y del sometimiento a<br />

servidumbre con el propósito de recuperar esos reinos. Para Las Casas África designa en este<br />

momento el norte de lo que ahora conocemos como el continente africano, poblado<br />

principalmente por musulmanes. Sin embargo, Las Casas considera que no es lícito declarar la<br />

guerra a todo infiel, algunos de los cuales no han usurpado cosa alguna a los cristianos y, por<br />

ello, no puede hacerse guerra legítima a ellos.<br />

Muy diferente es de las dichas [donaciones y concesiones hechas contra los moros e<br />

infieles que han usurpado tierras] es la donación y concesión, y la razón de ella, que hizo e<br />

hiciere a los reyes cristianos, la Sede Apostólica, de los reinos e tierras que tienen y poseen los<br />

infieles, que nunca la fe rescibieron ni oyeron, ni, si eran cristianos en el mundo, supieron ni<br />

creyeron, como clara parece la razón de la diferencia (445).<br />

Las razones que hacen diferente estas donaciones a las anteriores son cuatro: en primer<br />

lugar, esto infieles no están en tierras o reinos que hayan usurpados a los cristianos; en segundo<br />

lugar, no han hecho daño ni injuria a los cristianos; en tercer lugar, no son enemigos de la fe<br />

católica; finalmente, no ensucian o contaminan con sus vicios las tierras cristianas sino sólo las<br />

suyas. En estos argumentos se nota persistentemente la consideración que hace Las Casas de la<br />

indefensión de la segunda clase de infieles. Ellos no son una amenaza para el mundo cristiano y,<br />

por ello mismo, ellos pueden ser incluidos dentro del mundo cristiano de una manera pacífica, no<br />

obstante sus conductas abyectas.<br />

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