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Espíritu es un don del Padre por<br />
petición del Hijo y enviado para<br />
glorificar al Hijo. Es en este aspecto<br />
donde podemos decir que<br />
el Espíritu Santo no ha venido<br />
para hablar de sí mismo, sino<br />
para guiarnos a la Verdad y Glorificar<br />
al Hijo<br />
Decimos:<br />
“Creo en el Espíritu Santo, Señor<br />
y dador de vida, que procede<br />
del Padre y el Hijo, que con el<br />
Padre y el Hijo recibe una misma<br />
adoración y gloria y habló por los<br />
profetas...”<br />
La presencia del Espíritu Santo<br />
es determinante para la vida<br />
de la Iglesia, hoy y en toda su<br />
historia. Fijémonos en lo siguiente:<br />
• Se perdonará al que peque<br />
contra El Padre, lo mismo al<br />
que lo haga contra el Hijo,<br />
pero no así al que peque contra<br />
el Espíritu Santo.<br />
• El Espíritu de Dios se movía al<br />
inicio en las aguas fecundándolas<br />
con toda clase de vida.<br />
• El Espíritu Santo habló a través<br />
de los profetas para enseñar<br />
y prevenir a los hombres<br />
de la ira del Señor.<br />
• Ungió a Nuestro Rey Jesucristo<br />
descendiendo sobre él en<br />
forma de paloma cuando fue<br />
Bautizado por el Bautista.<br />
• Llenó con su poder a los Apóstoles<br />
en <strong>Pentecostés</strong> y gracias<br />
a su predicación y testimonio<br />
hoy conocemos a Jesús.<br />
• Iluminó a los Evangelistas y<br />
autores sagrados.<br />
• Entra a morar en el cristiano<br />
por el Bautismo.<br />
• Marca con su sello en la Confirmación.<br />
MARZO • ABRIL • AÑO 2009 7<br />
• Unge a los diáconos, presbíteros<br />
y obispos con una marca<br />
indeleble.<br />
• Lleva nuestras oraciones al<br />
Padre.<br />
• Inspiró e inspira el Magisterio<br />
de la Iglesia.<br />
• Es quien convierte el pan en<br />
vino en la Eucaristía.<br />
• Por su medio tenemos los<br />
Carismas que nos mantienen<br />
fieles.<br />
• Habita en nosotros y nos guía<br />
hacia la salvación.<br />
Hoy la Iglesia vive y se mueve<br />
por el Espíritu Santo. Él, no corrige,<br />
no aconseja, no sentencia,<br />
Intercede. No sabe sino hacer<br />
favores y regalos. Sabiendo todo<br />
esto, creo que es justo que comencemos,<br />
los laicos de nuestra<br />
Iglesia Católica, a tomar la<br />
iniciativa y dejar de ir a la zaga<br />
de los evangélicos; comenzando<br />
una etapa donde adoremos a la<br />
Santísima Trinidad dentro de la<br />
Renovación Carismática Católica.<br />
Es hora que nuestros Ministerios<br />
de Música creen canciones<br />
y alabanzas de adoración al Espíritu.<br />
¡Es el momento para que<br />
en nuestras asambleas y grupos<br />
de oración equilibremos un poco<br />
nuestra Adoración!<br />
“Nadie va al Padre sino a través<br />
del Hijo, pero tampoco nadie<br />
va al Hijo sino a través del Espíritu<br />
que convence de pecado” (Jn<br />
16,8-9); así también debemos<br />
“adorar” al Espíritu Santo. Quiero<br />
dejar en claro que no estoy restándole<br />
importancia a Jesús nuestro<br />
Señor, sino dándole al Espíritu<br />
Santo la adoración y gloria que le<br />
corresponde, como lo dice el Credo,<br />
junto al Padre y al Hijo.