$ 1.200 - Revista Pentecostés

TESTIMONIOS PARA LA GLORIA DE DIOS
carreta o a caballo, pues el camino
no está muy habilitado para
vehículos.
–Es que la persona que le va a
colaborar ya esta aquí y se vino y
se regresa con usted.
–¿...?
–Es Jesús.
–Plop... Oooh, (en que forro
me metí)…
Cuento corto, me fui con mi
cargamento de cuadernillos,
Nuevo Testamento, folletos y un
cuanto hay. No sabía qué iba a
hacer con todo eso.
Para más remate, no había
conversado con mi esposo, pues
hasta el día de hoy sigo mis impulsos.
No tenía idea de cómo iba a
reaccionar. No sabía como le iba
a contar lo que se avecinaba. No
sabía si había niños para primeras
comuniones, bautizos, matrimonios,
confesiones o lo que
sea.
Lo único claro era que mi hija
con cuatro años y medio, aún no
estaba bautizada (que tete más
grande.)
Pero “mi ayudante” se porto
de maravillas.
Mi esposo se fascinó con la
idea; me ayudó a invitar a todos
los vecinos a participar en la misión
y los niños venían todos los
días a catecismo.
Fue algo nunca vivido por mí.
Fue un encuentro maravilloso con
Jesús. Nunca antes había rezado
tanto, preparándome para entregar
las lecciones a los niños.
Lo único que recordaba en
esos momentos era que mi madre
siempre decía, “Señor pon
palabras en mi boca para entregar
tu mensaje” (ella era Metodista
Pentecostal) y así lo empecé
a hacer.
Para la misión llegó a nuestra
casa una gran comitiva acompañando
al padre. Matrimonios, catequistas,
jóvenes. Con guitarras,
cantos y alegría inmensa, desde
que nos levantábamos hasta que
nos acostábamos.
Todos colaboraban en los
quehaceres antes de reunirnos a
orar y planificar el día.
Los vecinos aportaron con
pollitos, carne, verduras, papas,
tortillas, fruta. En fin todos los
días el Señor proveía.
El día domingo al culminar la
misión, llegaron las carretas engalanadas,
los huasos a caballo
MARZO • ABRIL • AÑO 2009 33
con sus mejores pintas, las mujeres
y los niños rebosantes de alegría
a participar de esta primera
gran fiesta con Jesús. La misa
empezó a las 10 de la mañana.
Se celebraron tres matrimonios.
No recuerdo cuantos bautizos,
pero si muchas Primeras Comuniones.
Después del almuerzo campestre,
la procesión. Realmente
quedé con gusto a poco.
La Secretaria Parroquial fue la
madrina de nuestra hija y el Padre
Jorge el padrino, pues nuestra
hija tuvo la libertad de elegir
ella misma a sus padrinos.
Esto ocurrió en el mes de enero
de 1973 y hasta el día de hoy
se celebra misión en el campo, ya
existe una capilla y personas que
la atienden.
Yo estoy hoy muy lejos de ese
lugar, vivo en la tercera región y
esto ocurrió en la octava.
Mi compadre y mi marido ya
se encuentran en la Pascua del
Señor y mi comadre es mi hermana,
mi amiga, mi todo. La segunda
madre más amada de mi hija
y mi yerno y mis nietos también
le dicen madrina. Sigue viviendo
en la Octava Región, pero todos
los años viene a vernos a la tercera
región y yo viajo a verla.
Y el amigo que conocí hasta
el día de hoy sigue a mi lado.
Y yo… aquí me tienen. En la
Renovación Carismática caminando.
Que bueno es el Señor y que
insolitos sus llamados.
eliSaBetH BilBao S.
rCC San Pedro aPóStol
de HUaSCo