$ 1.200 - Revista Pentecostés

LO BUENO Y LO BELLO
Jorge Díaz Guido
DONACIÓN
DE ÓRGANOS
En los últimos días hemos
sido testigos de la conmovedora
pasión de una familia
cristiana que esperó y esperó,
hasta que la hermana muerte
cortó el hilo de la vida de Felipe
Cruzat. Seguimos paso a paso
lo que los medios nos dieron a
diario.
Me pregunté: Soy donante?
Mi respuesta fue: No soy
donante y luego justifiqué que
no era donante porque ya era
viejo y seguramente no sirvo
como tal. La verdad es que no
soy donante por negligente,
por ignorante, por dejado.
No tengo que explicar lo de
negligente.
No soy donante por ignorante:
La verdad es que yo no
sabía que podía serlo: hasta
que ví y escuché al Señor Cardenal
y supe que si soy donante
doy parte de mi vida por mi
hermano y no le doy un poquito
de vida ni un pedacito
de vida, sino que le doy la vida
completa, total.
MARZO • ABRIL • AÑO 2009 23
Junto con dar de comer al
hambriento, vestir al desnudo
y dar agua al sediento, Mateo
25 (31- 46),estoy dando la vida
al hermano y el Señor cuando
separe la paja del trigo me juntará
con el trigo. Me colocará
en el redil de las ovejas. Is 58
(7) - Heb 13 (3) - Stgo 1 (15-17)
- Mt 10 (40-42) - Jn 5 (29). La
convocatoria será contundente:
“Vengan ustedes, los que
han sido bendecidos por mi Padre;
reciban el Reino que está
preparado para ustedes desde
que Dios hizo el mundo”.
No soy donante por ser dejado,
o sea, por ser flojo. Para
dejar de serlo, redactaré hoy
mismo una carta a mis hijos diciéndoles
que SOY DONANTE,
pidiéndoles que respeten mi
voluntad. Los médicos sabrán
si sirvo o no sirvo. Tal vez mis
hijos crean conveniente seguir
mis pasos y tendremos una familia
de donantes de órganos.
Felipe Cruzat no morirá de
nuevo.