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PENTECOSTÉS • N° 222
LA IGLESIA
SOPLO DEL ESPIRITU
El Concilio
Vaticano II y
ecumenismo
Luz Larraín
El Concilio Vaticano II es uno de los hechos históricos que marcaron
el siglo XX. Lo convocó el Papa Juan XXIII sin consulta previa
luego de 3 días de oración que lo llevaron a tomar conciencia de que
la Iglesia necesitaba urgentemente una actualización. Este pontífice
había sido elegido, según se dice, como un Papa de transición, del
cual nadie esperaba un pontificado descollante.
El anuncio del Concilio se llevó a cabo en enero de 1959, y el mismo
Papa presidió la primera de sus cuatro sesiones , falleciendo un
año después. Su sucesor, Pablo VI, fue quien, en 1965 lo clausuró.
Participaron en el Concilio 2.450 obispos, siendo los únicos faltantes
los 200 del bloque comunista chino, por lo cual se convierte en el
más numeroso y universal.
Estuvieron además presentes, en calidad de consultores, reconocidos
teólogos y los abades de grandes congregaciones, quienes
no participaban en el aula, pero fueron de gran importancia en las
comisiones subsiguientes. Hubo igualmente consultores provenientes
de congregaciones ortodoxas y protestantes, observadores laicos y
periodistas.
Concluyó con un cuerpo de 16 documentos acerca de la Iglesia,
la liturgia, la libertad religiosa, el ecumenismo y la renovación y la
tradición.
Efectos
El mismo objetivo del Concilio hacía prever cambios notorios. Su
impulso renovador, junto con anunciar una primavera de la Iglesia,
trajo a corto plazo desestabilizaciones, como la deserción de un gran
número de sacerdotes y la disminución de las vocaciones .
Sin embargo el reconocimiento de los ministerios laicales y de la
importancia de los laicos, la apertura al mundo y el énfasis en la ne-