Aibú 4 - Asociación Nacional “Flautistas de Venezuela”

Número 4. Año 2. Segundo trimestre, 2010.
Ensambles de flautas: Cómo obtener resultados eficaces en pocos pasos
María Gabriela Rodríguez..............................................................................4
Souvenir de Praga. Michel Debost........................................................6
Un Sonido que trasciende fronteras:
Entrevista con el Maestro Huáscar Barradas. Javier Montilla.............................8
La flauta dulce y la educación musical
en los niños. Gilberto Márquez................................................................14
Un ensamble de talla internacional: La Orquesta Nacional de Flautas
en la Convención Anual de la Asociación de Flauta de los Estados Unidos.
Javier Montilla....................................................................................................16
Perfil: Rafael “Fallito” Petit: la flauta
de oro de Venezuela. Ella J. Petit................................................20
La flauta ahora suena a tambores venezolanos. Manuel Rojas......................24
Takemitsu y la flauta. Elvis Suárez............................................................25
Guía para una clase magistral exitosa. Javier Montilla...............26
De cursos y concursos. Minerva Moreno.................28
Flauta en digital. Javier Montilla................................................29
Notas finales: Scalattini III. Carmen L. Marulanda...................................30
Revista de la Asociación Nacional “Flautistas de Venezuela”

Editorial
Javier Montilla
Profesor del Sistema de Orquestas
Juveniles e Infantiles de Venezuela.
Flautista de Pabellón sin Baranda,
Dúo con Pedro Andrés Pérez
y Ensamble Maslanka
En abril de 2010 se celebra en nuestro país el Segundo Concurso Nacional
de Jóvenes Solistas de Flauta y Piccolo Yamaha 2010. La primera edición
de este concurso se realizó en 2001 y el ganador fue Alexis Angulo. En
esa ocasión el concurso era solamente para flauta. Esta segunda edición
incluye el piccolo y es patrocinada por Yamaha Musical de Venezuela y
el Sistema de Orquestas Nacionales Juveniles e Infantiles de Venezuela,
y coordinada por la Asociación Nacional “Flautistas de Venezuela”. Los
premios consisten en instrumentos e invitaciones como solista con la Orquesta
Sinfónica de la Juventud Venezolana “Simón Bolívar” y la Orquesta
Latinoamericana de Vientos. El ganador de flauta estrenará una obra escrita
especialmente para esa ocasión por el maestro brasileño Hudson Nogueira,
en Manizales, Colombia. Además se reconoce con una mención honorífica la
mejor ejecución de la obra venezolana para instrumento solo en ambas categorías.
Hablaré en este editorial acerca de los concursos en general y sobre su
importancia en la preparación de estudiantes y profesionales de la flauta.
Los países con larga tradición musical ofrecen variedad de concursos, los cuales
pueden ser por edad o por nivel. También existen concursos que promueven a un
compositor específico. Usualmente tienen varias fases. La primera ronda eliminatoria
tiene varias modalidades: puede ser por grabación, carta de recomendación,
o en vivo. Una segunda ronda puede consistir en la ejecución de flauta sola. La ronda
final consiste en una presentación con piano, y a veces con ensamble u orquesta de
cámara. Por supuesto, el número de fases y los procedimientos pueden variar. Es importante
leer detenidamente las bases de los concursos, e inscribirse y enviar los recaudos
solicitados antes de la fecha tope de entrega, incluyendo el pago de inscripción (cuando
hay). Eso por sí solo es un filtro importante de entrada.
La participación en un concurso requiere de una gran preparación. Generalmente el repertorio
consiste en obras que son contrastantes estilísticamente y muy exigentes musical y técnicamente.
Algunos concursos requieren que el participante ejecute una o todas las rondas de memoria. También
suelen incluir obras compuestas especialmente para el concurso. La dinámica de ejecución del
concurso también varía: algunos son a puerta cerrada, otros detrás de cortina, abiertos al público, o alguna
combinación de los anteriores. El concursante debe considerar cuidadosamente su ejecución con piano,
ya que usualmente el tiempo de ensayo con el o la pianista será muy reducido. Definitivamente, los concursos
son muy útiles por la preparación exhaustiva que demandan de los participantes. Si bien los ganadores de un concurso
se anotan unos puntos muy importantes en sus carreras, todos los concursantes mejoran muchos aspectos de
su ejecución y miden su nivel ante una escala exigente.
En esta edición de Aibú contamos con un artículo escrito por el reconocido maestro francés Michel Debost, quien gentilmente
lo cedió para ser publicado en nuestra revista. En él encontrarán valiosa información acerca de cuáles, según su perspectiva,
son algunos parámetros que los jurados consideran a la hora de seleccionar a los ganadores de un concurso internacional.
Creo que los profesores de flauta en Venezuela están de acuerdo en reconocer que un concurso es un evento necesario
para valorar y promocionar el trabajo de los jóvenes flautistas, así como un entrenamiento de primera necesidad para su
desarrollo integral y para una posterior proyección internacional. De una vez felicitamos a los ganadores del II Concurso
Nacional de Jóvenes Solistas de Flauta y Piccolo Yamaha 2010, y les brindamos nuestro entusiasmo a todos los flautistas
para prepararse y participar en los próximos concursos a realizarse en el país.

En la pasada entrega de
Aibú, tuvimos el placer
de leer una entrevista
al flautista de gran
trayectoria internacional
Pedro Eustache. En
ella, Eustache proponía
un diagrama con forma
de reloj para representar
gráficamente el
grado de desarrollo de
cada una de las habilidades
que comporta el trabajo de un ejecutante. En
este artículo, quisiera tomar esa propuesta como punto
de partida para definir algunos de los parámetros que
deberían formar parte de un diagrama similar, diseñado
para representar visualmente el nivel de logro de
quienes asumen la dirección de un ensamble u orquesta
de flautas.
Desde mi experiencia, hay cinco aspectos que son necesarios
tener en cuenta en el desarrollo de los ensayos para
luego poder tener un resultado exitoso en el momento
de realizar un concierto. Son ellos: la afinación, el pulso, la
articulación, la lectura a primera vista y los matices. Estos
elementos tienen una clara influencia en el montaje de las
piezas y permiten evaluar la labor del director.
La afinación
Ensamble de flautas:
El momento más “sagrado” en un ensayo es el de la afinación.
Puede parecer tonto hablar acerca del estado que
debe reinar en el momento de la afinación, pero este estado
debe ser, en lo posible, de un absoluto silencio y concentración.
La desafinación es lo primero que se nota cuando
una agrupación está en plena ejecución y pone en evidencia
la poca atención del director en este aspecto. Así pues,
debemos tomarnos el tiempo que sea necesario para practicar
la afinación, sobre todo si se trabaja con un grupo de
diferentes niveles. Al convertirse en una rutina, esta práctica
nos da la posibilidad de ampliar nuestro rango sonoro y
la textura del grupo.
4
Cómo obtener resultados
Para esto, hay que apoyarse en la utilización del afinador
como primera herramienta, pero también debemos tomar
en cuenta los timbres de los flautistas, que varían: hay
quienes tienen un timbre más brillante, lo cual dará la sensación
de que está “alto”, y hay quienes tienen un sonido
más opaco u oscuro, que producirá la sensación de estar
“bajo”. Lo que no debemos hacer es dejar de tener una
buena rutina de afinación.
Algunos hábitos que nos pueden ayudar en este sentidoconsisten
en comenzar con un pequeño calentamiento con
notas largas, seguido de la práctica de algunos acordes mayores
y menores, así como de algunos intervalos de tercera,
quinta y octava. La afinación no es completamente perfecta,
pero podemos estar muy cerca y lograr un equilibrio.
El pulso
El pulso es el corazón, el centro, el punto donde todo converge;
por ende, el director es el pulso mismo. Como conductores,
debemos tener muy claro cuál es el tempo que
queremos transmitir y lograr.
Esto depende por supuesto del estudio previo de la obra,
del estilo y de la concepción que tengamos acerca de la
obra. Al principio podemos funcionar como una especie
de “gran metrónomo”, pero lo ideal es que en poco tiempo
los ejecutantes puedan independizarse de la partitura y ver
la batuta, sentir el pulso internamente y fortalecerlo mediante
la repetición, para finalmente dejarse llevar por la
música. No es poco el trabajo que se necesita para que un
grupo se mantenga junto, pero con práctica y disciplina se
logran ejecuciones maravillosas.
La articulación
Personalmente, me considero una maniática de la articulación.
Imaginemos a un orador que quiere dar discurso con
una gran bola de chicle dentro de la boca: no comprenderíamos
las palabras y mucho menos el contenido y sentido del
discurso. Lo mismo sucede en la música: si no se articula
correctamente, no hay claridad. Por esta razón sugiero ser

eficaces en pocos pasos
muy estrictos a la hora de pedir y practicar la articulación
durante los ensayos. Nunca será suficiente, sobre todo en
pasajes estacatos o con dos notas ligadas y dos picadas.
Cuando una nota tiene un punto encima se debe exagerar,
ya que según la cantidad de integrantes variará la manera
de articular, y debemos insistir en lograr una ejecución homogénea,
porque estos signos son parte de un lenguaje,
de una idea, y como tales hay que respetarlos y ejecutarlos
fielmente. Así, el oyente podrá entender el discurso musical
en toda su extensión.
Para ejercitar, recomiendo tomarse un momento luego de
la afinación y tocar en grupo alguna escala del método de
Taffanel y Gaubert y practicarla con varias articulaciones.
Lectura a primera vista
En cuanto a la lectura a primera vista, lo que mejor funciona
es la práctica constante. Tomar una obra nueva cada cierto
tiempo y tratar de ejecutarla lo más cercano a la realidad:
agregar nuevos elementos, velocidades y géneros. Hay que
fomentar la lectura de obras tanto clásicas como contemporáneas,
de jazz, latinoamericanas, y obras de corte popular,
para que la capacidad de interpretación también se nutra
y se refleje en el desarrollo musical y estilístico
del grupo.
Matices
Con respecto a los matices, debo decir que siempre
se debe pedir más; sobre todo, más piano. Lamentablemente,
nos ronda una sensación de conformismo
a la hora de lidiar con los matices, los colores,
los reguladores. El matiz es la intensidad con la
que nos expresamos y, después de la afinación, es
el aspecto que distingue una buena ejecución de
una mediocre. Por eso no debemos dejarnos ganar
por el cansancio. Debemos insistir, exagerar y
repetir los pasajes hasta lograr un concepto, ya que
son todos estos elementos los que le dan forma a
la pieza.
María Gabriela Rodríguez
Solista de la Orquesta
Sinfónica Venezuela.
Directora de la Orquesta Nacional
de Flautas de Venezuela.
Profesora de la Academia
Latinoamericana de Flautas.
Flautista del Orfeo Ensamble.
Para finalizar, hay algunos aspectos sobre los cuales vale la
pena reflexionar, ya que los considero valores fundamentales
para que un grupo se desarrolle de manera orgánica.
Estos elementos son tan importantes como los que acabo
de mencionar y tienen que ver con la ética, el respeto, la
buena disposición, la colaboración, la paciencia, la tolerancia
y la puntualidad.
Asumir el reto de conducir una agrupación no es fácil para
un director, ya que esto implica que debe ser el primero en
dar el ejemplo. Claro está, somos humanos, tenemos sentimientos
y nos podemos equivocar, pero nuestro comportamiento
debe ser el reflejo de lo que queremos del grupo
a nivel humano. Esta buena actitud es necesaria para poder
transitar juntos el maravilloso mundo de la música de cámara.
Gestos y detalles tan pequeños como el de llegar un
poco antes de la hora fijada para ensayar y ayudar con el
arreglo de la sala, saludar cordialmente a todos por igual,
respetar el criterio de los demás son acciones que harán
del ensayo un momento especial. Al final estamos allí compartiendo
el gusto por la música y la flauta. Por esta razón
hay que tratar de mantener el mejor ambiente posible antes,
durante y después del ensayo. El resultado no se hará
esperar.
5

Souvenir de Praga
En mayo del 2009 pasé diez días como jurado en el sexagésimo
cuarto Festival Internacional de Música de Primavera de
Praga, cuando de pronto me di cuenta de que yo había ganado
el primer premio de esa competencia cincuenta años
atrás. La competencia del 2009 fue definitivamente internacional;
en ella participaron alemanes, austríacos, franceses,
japoneses, coreanos, rusos, húngaros y, extrañamente, se
puede decir que no hubo casi estadounidenses, británicos
o canadienses.
Solo un participante puede ganar el primer premio, pero todos
los concursantes crecen y por sobre todo aprenden que
su cultura no es la única. Por supuesto, cruzar el Atlántico
es costoso, pero hay ofertas, así que un participante terminará
pagando un poco más de lo que pagaría por un boleto
interno en los Estados Unidos.
Como es de esperar en una competencia internacional, los
miembros del jurado no se comunican entre ellos sino hasta
después de la votación, pero una vez realizada ésta, la mayoría
del jurado estuvo de acuerdo en algo: los 8 ó 10 finalistas
no fueron los que habían tocado más rápido o más fuerte.
Un sonido grande y poderoso no es lo más importante. En
estos días, cualquiera tiene un sonido grande y tarde o temprano
termina aprendiéndose las obras más difíciles. Pero
poca gente pareciera saber cómo tocar suavemente, decir
cosas dulces, lograr un sentido de misterio con la flauta. Las
temáticas frecuentes de los flautistas en la actualidad parecen
ser sobre el rol del cuerpo, el entendimiento holístico,
la proyección y cómo “lograr la meta” a toda costa.
Los constructores de flautas y cabezas nos proveerán con
los instrumentos que suenen más fuerte, con más resonancia
y con ese ruido resultante que se denomina siseo.
İLos flautistas aman ese siseo! Mientras más fuerte mejor
–piensan–, pero la audiencia está esperando experimentar
una mayor variedad de estados de ánimo y no se impresiona
con una sonoridad frenéticamente fuerte.
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Posiblemente uno no puede expresar un pensamiento o
un sentimiento sin haberlo experimentado previamente.
¿Puedes escribir sobre el amor e imitar una emoción lírica
sin haberla vivido? El fin (la música) es más importante que
los medios (la flauta), aun si -en mi visión- una no puede
existir sin la otra. No tenemos que experimentar los mismos
pensamientos o sentimientos; todos somos diferentes,
pero estamos en la obligación de expresar algo.
El programa de la primera ronda de la competencia incluyó
los primeros dos movimientos de la Sonata de Prokofiev.
Todos los cincuenta flautistas de esa ronda podían tocar sin
problemas los pasajes técnicos difíciles. Lo que les faltaba
generalmente era poder expresar el contenido poético de
esta gran obra. La paz bucólica y el buen olor del comienzo,
las pronunciadas notas repetidas del segundo compás, el
lírico vuelo de pájaro del desarrollo y el sarcástico redoblante
en el comienzo de la segunda parte.
Hay un crescendo largo desde ese punto, que dura como
treinta compases; en él podemos dejar salir nuestro amado
siseo hasta los fuertes gritos de los re sobreagudos. Entonces,
en dos o tres compases estamos en el dulce y melancólico
regreso de la idea original, indicada con la dinámica piano,
una especie de suave recuerdo de días que han pasado.
Solo algunos concursantes se preocuparon por expresar el
sentimiento poético general. Estos pocos fueron los más exitosos.
Un gran sonido no es la única opción; es solamente
una de las posibilidades. Por supuesto, es necesario tener
la capacidad de ser escuchado en un tutti orquestal en un
concierto de flauta, pero usualmente el compositor, sea
Mozart o Nielsen, Ibert o Frank Martin, ha provisto al solista
de un acompañamiento ligero o total silencio, momentos
de descanso en donde el poder por sí mismo es redundante,
inclusive fastidioso.
Los concursantes también tenían que tocar de memoria los
cuatro movimientos de la Partita de Bach. Que yo sepa, no

hay que luchar ni con una orquesta ni con un piano en esta
obra profundamente problemática. El asunto radica en la
estructura, construcción dinámica, y en el balance de las
frases.
Un problema común aparece, inclusive en flautistas que
tienen un buen uso de los mecanismos de la respiración:
apenas toman una respiración, la siguiente nota es golpeada,
sin considerar igualar el sonido que precedía a la
respiración, o sin considerar adónde se dirige el fraseo.
En otras palabras, nos preocupamos de cómo respiramos
pero no nos preocupamos suficientemente de cómo soplamos.
En francés le llamamos a eso enfoncer les portes
ouvertes (“empujar con fuerza puertas que ya están abiertas”).
¿Vas a gritar “İTe amo!” con toda la fuerza de tu voz,
cuando el objeto de tu afecto está solo a centímetros de
distancia?
Sabemos lo que la partitura y el compositor nos tienen
guardado y deberíamos pensar: ¿puedo tomar el tiempo
que necesite y pensar sobre la incertidumbre poética solo
porque el ambiente musical me invita a soñar? O me debería
dejar someter por un tempo absolutamente regular
porque el acompañamiento es un ostinato rítmico? ¿Debería
encontrar la manera de que mi sonido sea escuchado
porque mi pobre flauta está en peligro de ser ahogada en
un remolino de agua, o porque la orquesta o el director no
desean permitir la supervivencia del flautista?
Esto es un tema recurrente y de larga discusión en mis
artículos para Flute Talk y también en mi libro. 1 İToca suave!
Michel Debost
Profesor de flauta en el Conservatorio de
Oberlín (Ohio). Graduado en el Conservatorio
Superior de París, y luego profesor del mismo,
después de Jean Pierre Rampal. Ganador de
importantes competencias internacionales.
Fue flautista principal de la Orquesta de París.
¿Pero cómo? Proyecta el sonido en todas las dinámicas.
¿Pero cómo?
El espacio de este artículo es muy pequeño, pero es suficiente
para decirles que es más difícil y exigente tocar suave
que fuerte: p y pp requieren, de hecho, más energía para
compensar el poder natural de un sonido fuerte, en donde
la cuestión es dejarlo que fluya. Decidir dónde aplicar
dinámicas que funcionen con la interpretación es el fruto
del pensamiento y la imaginación.
El líder constante de esta competencia fue el joven ruso
Dennis Bouriakov, quien demostró sus destrezas técnicas
e imaginación musical, no por ser más rápido o tocar más
fuerte, sino por sus sutilezas de color y dinámicas. Él fue
recientemente contratado por la Ópera Metropolitana de
Nueva York. No sé cómo tocó para la audición para ganar
ese puesto, pero mi presunción sería que él no trató de avasallar
al jurado, sino más de seducirlos con su refinamiento.
En mi manera de ver las cosas, las tendencias actuales deben
ser revertidas por los ejecutantes y los profesores. Los
constructores de flautas y cabezas hacen lo que ellos piensan
que vende, o sea, un sonido altamente siseante. Por un
tiempo, hubo un intento en tratar de lograr refinamiento
mediante el uso de flautas y cabezas de madera, esto con
la idea de suavizar la manera de tocar. Ya casi no se ven
esas flautas o cabezas en el medio flautistico. La mayoría se
devolvió a la vieja máquina que saca la arena soplándola.
1 Debost, Michel. “Una flauta sencilla”. Publicado por Dasí-Flautas Ediciones, España, sept. 2008.
Publicación autorizada por Michel Debost, del artículo impreso originalmente en la columna regular “Comentarios de
Debost” en la Revista Flute Talk (EEUU), septiembre, 2009, pags 2, 4 y 30. Traducción por J. M.
Foto (Michel Debost): B. de Wetter-Smith.
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Entrevista
Foto Ramón Castillo
El flautista marabino Huáscar Barradas se ha caracterizado
por la búsqueda de un sonido de trascendencia universal
basado e inspirado en la identidad musical venezolana. Este
es el resultado de mucho tiempo de formación y experiencia
en la música clásica y popular. En esta entrevista conocerán
importantes detalles de su vida artística, así como
también su enfoque pedagógico y sus visiones sobre el futuro
de la música en Venezuela.
Tu formación académica como flautista es conocida; sin
embargo, en los últimos años se te ha visto como un
músico versátil, que puede saltar de la música tradicional
venezolana al pop, por ejemplo. ¿En qué momento
surge esta visión ecléctica y por qué?
Es una información errónea que tiene mucha gente. Yo fui
muy afortunado al poder tocar la música académica y la
popular desde muy pequeño. A los doce años ya estaba tocando
con la “Estudiantina Juvenil del Estado Zulia”, donde
aprendí a tocar la música venezolana, pero a los nueve años
había comenzado en el Conservatorio de Música José Luis
Paz, de Maracaibo, tocando música clásica, y en 1977, cuando
fundamos la “Orquesta Infantil y Juvenil de Venezuela”,
formé parte de ella. Desde los 12 hasta los 17 años, toqué
dos o tres noches a la semana música venezolana con la
Estudiantina y otras dos o tres noches música clásica con la
sinfónica juvenil. La música venezolana y la académica las
aprendí en paralelo. Mi caso, al igual que el de otros músicos,
es similar al de un niño de madre nacida en Maracaibo
y padre alemán, que aprende español y alemán, y escucha
a Beethoven y la Grey Zuliana al mismo tiempo.
Durante esos años también formé parte de un grupo que
se llamaba “Gaita Joven” y a los dieciséis años comencé a
tocar con la “Máxima”, que era un grupo maravilloso de
guaracha que surgió del la división del “Súper Combo Los
Tropicales”, el mejor grupo del momento. Ahí estaban Arge-
8
Huáscar
Barradas
nis Carrullo y otros músicos increíbles, que fueron mis profesores
y mis compañeros al mismo tiempo. Yo formé parte
de “La Máxima” por nueve meses antes de irme a estudiar
a los Estados Unidos.
En los Estados Unidos abandoné un poco la música popular
venezolana y me dediqué a la música académica y a estudiar
el jazz. En Houston, finalmente comencé a entender el
jazz gracias a dos grandes maestros que tuve: Ron Carter,
el bajista estelar de gente como Miles Davis, entre otros, y
el actual decano de la Escuela de Música de la Universidad
de Miami, Shelton Berg. En esa época estudiaba flauta con
Bernard Golberg, uno de los maestros consagrados en los
Estados Unidos.
Luego me fui a Alemania y dejé por mucho tiempo la música
venezolana. Fue a través de un maraquero extraordinario
que conocí en Alemania, Alejandro Ziegler, como retorné
a la música venezolana. Después de cerca de ocho años de
tocarla muy poco, debo decir que fue un reencuentro maravilloso
con la música de mi país. Allá comencé a “matar
tigres” y a tocar conciertos, lo que dio como resultado la
grabación en 1993 de mi primer disco compacto, Huáscar
Barradas y Maracaibo - Folklore from Venezuela, grabado
en Hamburgo. Allí participaron el gran músico, bajista y percusionista
Felipe Rengifo, “Mandingo”, uno de los sobrevivientes
del trágico accidente del grupo “Madera”; el guitarrista
argentino Jorge Galbasini y el cuatrista José Antonio
Zambrano. Ese primer CD tiene su historia, ya que sale de
un demo que hice, en una hora, junto a Domingo Sánchez
Bor en el cello y Jorge Ball en el cuatro, en los estudios de la
Escuela Superior de Música en Frankfurt, donde estudiaba.
Jorge Galbasini, sin preguntarme, tomó esa grabación y se
la envío a un amigo que trabajaba en un sello disquero. Tres
meses después, el presidente de Arc Music, sello especialista
en música folklórica de todo el mundo, lo escuchó y me
llamó desde Londres para grabar un disco, pero había un

Un sonido que trasciende fronteras
grave problema: el grupo que había hecho el demo ya no
existía, porque Domingo Sánchez Bor y Jorge Ball se habían
ido ambos de Alemania. Así fue como terminé grabando
con Galbasini, Mandingo y José Antonio, quienes pasaron
a ser los integrantes de mi primer grupo. Juntos tocamos
unos cuantos conciertos.
Mi retorno a la música popular también se produjo en Alemania.
Estaba tocando música africana con mi amigo camerunés
Sonny Donald, música brasileira con “Rosanna y
Zelia”, una de las mejores bandas brasileñas de la zona, y flamenco
con Jorge Palomo y su hermano, con “Rompeolas”.
Todas esas aventuras musicales influyeron notoriamente
en mi disco Candela. El flamenco lo aprendí con bailaores,
percusionistas y guitarristas españoles en Alemania; en la
calle, porque la música popular se aprende en la calle, en
ningún otro lugar. Todo eso pasaba mientras tocaba Bach,
Mozart y Prokofieff en mi otra vida, la académica. Por eso
la concepción de que yo solo tocaba música clásica es un
poco equivocada.
¿Es posible que la música venezolana sea reconocida e
identificada en cualquier parte del mundo? ¿Qué hace
falta para lograr la internacionalización de la música
venezolana?
Yo no sé si en este momento un ciudadano común en
Nueva York, París, o Moscú pueda reconocer una canción
como venezolana. Por varias razones, no creo que eso haya
pasado ni que esté pasando. En primer lugar, porque el
“
La audición de un músico moderno
debe ser más globalizada;
no podemos seguir siendo músicos
encasillados
”
J.M.
concepto de “música venezolana” es muy amplio. Mucha
gente piensa que la música venezolana es arpa, cuatro y
maracas, y ese es el gran error. La música venezolana para
la gente del sur es el calipso, para los zulianos es la gaita,
para los andinos es el vals y para los de la costa es la música
con tambores en sus diferentes formas. La música venezolana
es tan diversa que es difícil clasificarla y encasillarla.
En Argentina tienen el tango; el mariachi suena a México;
los brasileños tienen el bossa nova y la samba como una
fuente clara de su estilo; los colombianos, el vallenato y los
cubanos, el son cubano. En el caso de nosotros, ¿cuál es el
ritmo venezolano que nos identifica? Allí hay un problema.
Primero tendríamos que escoger ese ritmo, uno o dos, para
poder competir internacionalmente.
En segundo lugar, gran parte de la música venezolana no
es bailable, como decía Aldemaro [Romero]. El merengue
caraqueño no lo puede bailar nadie. La pieza mía Merengmiles,
por ejemplo es imposible de bailar, porque es muy
atravesada: hay que contar para no perderse: 7 x 8, 10 x 8,
5 x 8. Parece una regla matemática (risas). Aldemaro decía
que una música binaria sería más fácil. Yo creo que si se escoge
un ritmo como San Millán o parrandas, o inclusive la
Foto Ramón Castillo
9

“
La gente, inclusive la gente joven,
sabe que es Huáscar quien está
tocando la flauta. Yo creo que mi
gran logro es sonar como Huáscar.
”
gaita, aunque es en 6 x 8, puedes manejarla para hacerla
realmente bailable. Es lo que hay que buscar: el ritmo que
pudiera ser más fuerte y accesible para el oído internacional.
Por otra parte, los venezolanos no han sido tradicionalmente
emigrantes, como los colombianos, los brasileños,
los cubanos o los argentinos, porque la situación económica
hasta hace 25 años, para no entrar en política, era buena.
Aquí había plata y el venezolano vivía en Venezuela. Ahora
es cuando se nota un gran número de músicos emigrando
a los países del llamado primer mundo, que podrían dar a
conocer nuestra música.
Otra cosa es que Venezuela, como política de Estado, debería
tener “embajadores musicales” que asistan a festivales
internacionales y ofrezcan conciertos en importantes
escenarios y universidades de todo el mundo. ¿Quiénes
serían esos “embajadores musicales”? ¿Reyna Lucero, Reinaldo
Armas o María Teresa Chacín? ¿Alfredo Naranjo, con
su salsa caraqueña, o el Pollo, con el llamado Neo-folklore?
¿Oscar d’ León? ¿El Cuarteto? ¿Guaco? ¿Cuál sería el criterio
para escoger esos embajadores? Eso también es parte
del problema, pero debemos hacerlo.
Por supuesto también está la comercialización, que requiere
una maquinaria, una estructura de mercadeo. En mi caso,
afortunadamente, el sello disquero WEA comenzó a distribuir
mi disco My Favorite Things, actualmente de venta en
los Estados Unidos. Ahora te metes en Amazon.com, pides el
disco y te lo envían a tu casa. Igual puedes bajar mi música
por iTunes o Cdbaby. Pero aún falta mucho por lograr.
Por último, está el problema de que la música
venezolana no llega a las masas. Somos muchos
los que estamos en esa lucha por crear una
música venezolana más accesible. Cuando alguno
de nosotros llegue a Sábado Sensacional
y nos entreguen la primera “Orquídea”, ¡ese
día habrá fiesta en la casa de todos los músicos
venezolanos! (risas).
Yo veo mis conciertos como un show. Me molesta
si no están bien las luces y la producción
en general. No los veo con el concepto de la
música clásica, de un público sentado mirando
sin decir una palabra. Para mí es normal que la
gente hable, se ría y que inclusive se ponga a
10
bailar, especialmente si no estamos tocando en un teatro.
La música es funcional también. En algún momento, al igual
que muchas agrupaciones que interpretan nuestra música
seriamente, quería que solo nos escucharan, pero ahora
manejo un concepto más abierto en cuanto al comportamiento
del público. No me malinterpreten. Por supuesto
que prefiero que me escuchen absolutamente concentrados,
pero no todas se pueden ganar.
La música venezolana de nosotros los flautistas ha pasado a
ser una música muy elitesca y refinada. Una música venezolana
de teatro, cuando la música venezolana es realmente
del pueblo, de la masa. La explicación es que muchos de
nosotros venimos de la música clásica. Pero tenemos que
llegar a la masa, a los barrios para que se den cuentan que
nuestra música también es de ellos y que es tan sabrosa
como cualquier salsa o reggeton. Ese mismo concepto de
apertura lo está aplicando Winston Marsalis en Estados Unidos
con el regreso de las big bands, donde la gente sale a
bailar jazz. En Argentina, en donde Piazzolla hizo el tango tan
sofisticado que pasó del baile a una música de teatro, existe
un movimiento tratando de regresar el tango a los salones
de baile. Ese ha sido el error, o mejor dicho, ese es el desafío.
¿Cómo obtienes un balance en lo que se refiere a la
parte artística (ejecución, creación) con el productor y la
persona que promueve su arte?
Creo que la clave es que desde niño yo era muy enfocado
en las cosas que quería. El hecho de haber vivido en Alemania
por cinco años me cambió la estructura de pensar.
El hecho de vivir en Nueva York, una ciudad donde todo el
mundo es mejor que uno (risas), te hace aprender a luchar
por buscar un puesto en tu carrera y en la vida. Allá hay
trescientos flautistas y todos tocan bien. El hecho de haber
vivido en dos sitios tan competitivos, los seis años y medio
en Estados Unidos y los cinco en Alemania, han marcado
mi estilo de ser y vivir. Estamos hablando de casi doce años
recibiendo palo, porque realmente lo que uno recibe es
Foto Ramón Castillo

palo, y palo parejo (risas) y eso me ha dado
una visión muy clara del negocio de la música.
Cuando llegué a Venezuela, lo primero que
hice fue comenzar a trabajar en un concepto
de música venezolana más universal,
contemporánea e internacional, que fuera
competitiva con otras corrientes de música
en Latinoamérica. Es evidente, por la música
que hago, que estoy tratando de captar
un mercado más amplio. Tú escuchas nuestra
versión de Carmen, con Pipo y Leo, de
Mermelada Bunch, y la jazzista Angela, y te
preguntas: ¿es un calipso?, ¿es una gaita de
tambora?, ¿tiene unos loops en toda la canción?, ¿es Hip
Hop?, ¿qué es realmente? Sigue siendo música venezolana;
con otros elementos, pero todavía venezolana. Tienes
el Joropo bachiano, que está basado en la partita de violín
que J.S. Bach escribió en 1614 y que yo armonicé a lo
Huáscar. Te puedo poner una versión del Bolero de Ravel
funky, muy particular, con cambio de métrica y tambores
venezolanos, o la versión nueva de Florentino y el Diablo,
que es un joropo-rock donde contrapuntean un rockero y
un llanero. De hecho es una canción que ahorita yo la oigo
y es muy pesada, una canción que la puedes poner en Hot
94, en la Mega, en 92.9 [estaciones juveniles de radio en
Caracas]. Trabajo en una música que traspase.
Y para que la música traspasara, creé mi propia empresa,
la cual ha crecido desde cero a lo que es actualmente: capaz
de producir grandes y pequeños eventos pero con calidad
y precisión alemanas (risas). Tengo también que saber
cómo se maneja la radio. Resumiendo: tengo una empresa
productora, Huascarflauta Producciones C.A., y un sello disquero
que se llama HB Records, Huáscar Barradas y Maracaibo
(mi banda con sus diferentes combinaciones: en trío,
cuarteto, quinteto y sexteto, y combinaciones con diferentes
cantantes) y Huáscar Solo, para cuando me invita a tocar
alguna orquesta o agrupación. Era necesario que yo creara
esa infraestructura para poder crecer. Aparte soy co-dueño
de HT audio, que es una empresa de sonido. Todas se crearon
como una necesidad. Yo pienso que el mercadeo es absolutamente
necesario.
Quiero compartir esta anécdota con ustedes: cuando yo estudié
con [Aurele] Nicolet en el 91-92, quedé marcado una
vez que él me dijo: “Mira, tú eres un gran flautista. Tienes
un buen sonido, tienes articulación, control. Eres brillante.
Pero solamente eres un flautista… Tú no eres un artista”.
Esas fueron las palabras más duras que he recibido en mi
vida. Y lo cuento porque Nicolet me vio un poco relajado
Foto Ramón Castillo
y quizás poco enfocado. Después un día me dijo: “Yo fui
muy fuerte contigo porque mientras más nivel tienen los
alumnos, mas exigente tienes que ser con ellos”, cosa que
también piensa otro de mis Maestros, [Peter Lukas] Graf, y
estoy absolutamente de acuerdo con ambos.
Desde esa época yo he luchado fuertemente para no ser un
flautista. Yo quiero ser músico, quiero ser considerado un
artista y por eso lucho muchísimo. En mis discos yo hago
los arreglos, compongo la música, superviso la grabación
y mezcla, me meto en el diseño, y sé a quién quiero llegar
y el porqué y para qué de la producción. Por supuesto,
la flauta es importante, pero me enfoco en la música. Me
gusta tocar, pero también producir, arreglar, componer, orquestar
mi obra Pacificando junto a los cantos de las ballenas,
terminar el primer y el tercer movimiento del concierto
de flauta. Quisiera tener más tiempo para crear y producir.
Estoy buscando una identidad como compositor.
Yo me siento orgulloso de que cuando se escucha un disco
mío en la radio, se puede reconocer que quien toca no es
Toñito, uno de nuestros grandes ídolos, que no toco como el
extraordinario Luis Julio [Toro]. La gente, inclusive la gente
joven, sabe que es Huáscar quien está tocando. Yo creo que
mi gran logro es sonar como Huáscar. No toco como Néstor
Torres, como Dave Valentin, como Hubert Laws, toco como
Huáscar. Y es maravilloso cuando Néstor Torres viene y me
dice: “Maestro, ¿cómo está? ¡Qué maravilla sus discos!”, o
cuando un Paquito de Rivera expresa que le gustan mis producciones,
o Jorge Pardo, en Madrid, me dice “Maestro” –y
yo le digo: “Más Maestro serás tú” (risas)– y me comenta
que tiene mis discos y que le encanta Candela. O cuando
a mil personas que yo ni siquiera conozco les gusta lo que
estamos haciendo. De eso me siento súper orgulloso. Entonces
yo creo que en ese punto, hay una evolución en el
hecho de ser no solo un flautista. Ha sido lo más importante
y por ese lado estoy muy contento.
11

¿Qué rutina de estudio sigues para mantenerte en forma
y asumir tus retos artísticos?
La rutina es básica. Mi profesor en Alemania, Michel
Schneider, me decía: “Algún día no vas a poder estudiar
casi; estudia mucho ahorita y prepárate”. Y realmente, ya
yo no estudio ni el 30 por ciento de lo que estudiaba, pero
hasta los 34 años de mi vida estudié demasiado. Demasiadas
escalas y horas encerrado en un cuarto. Venía desde
niño de una escuela muy dura. En Maracaibo, Eulogio Gómez,
mi profesor, era un profesor muy duro. Mi profesor en
Nueva York, Bernard Golberg, es de la escuela de [Marcel]
Moyse, muy, muy exigente. Yo pasé como un año sin tocar
ni una canción. Lo que hacía era tocar Escalas y Arpegios de
Moyse, y todos los estudios que existen en la tierra. Yo no
quiero tocar eso más nunca en mi vida (risas).
Sin embargo, hay un libro que yo recomiendo mucho que
se llama Check Up de Graf. Tuve la oportunidad de estudiar
en Suiza con él dos veranos. Graf y Robert Aitken fueron
los que me enseñaron realmente cómo funciona la flauta.
Yo antes necesitaba 2 ó 3 semanas de estudio para recuperarme
cuando tomaba algún descanso. Ahora, si no toco en
dos semanas (como, por ejemplo, durante las vacaciones
navideñas), me recupero en tres días. Puedo regresar a un
70 por ciento de donde estaba antes del descanso y por lo
tanto puedo salir a tocar con o sin micrófono rápidamente.
Pero es por el conocimiento de la rutina de cómo hacerlo.
Y la rutina es muy fácil, está en Check Up: escalas básicas,
ejercicios de sonido, articulación, lectura a primera vista.
Como yo tuve la suerte de estudiar con Nicolet, Graf, Michel
Schneider, un especialista del barroco con el que aprendí
mucho, con Golberg, con Robert Aitken, con Miriam Nastassi,
que es actualmente la Rectora de la Escuela Superior de
Música en Freiburg, con Michael Kofler, que es una estrella,
flautista principal de la Filarmónica de Munich, y muchos
más, aprendí de todos a optimizar mi tiempo. Hay que
administrar el tiempo, de manera que si tienes una hora,
debes repartirla entre las bases para tocar la flauta correctamente:
5 minutos de ejercicios de respiración y soporte, 5
de escalas y arpegios, 5 de notas largas inteligentes, 5 de articulación,
5 de técnicas modernas, etc., etc., pero siempre
hiper concentrado para tener resultados inmediatos.
Ya yo no hago notas largas como antes. Las notas largas que
hacía antes no se parecen en nada a las que hago ahora. Yo
he desarrollado mi propio sistema de notas largas, que yo
siempre enseño. Lo he enseñado en Ecuador, Perú, Colombia,
Estados Unidos y Alemania. Aquí en Venezuela enseño
poco por mi agenda tan ocupada. Además en Caracas los
flautistas jóvenes no parecen estar muy interesados en lo
que puedo aportar, con sus excepciones. En el interior es
muy diferente.
12
“
Yo pienso que la clave es trabajar
en función de lograr la excelencia
en lo que tú haces
”
Pero tú enseñaste en la “Infantil” y en el “Sistema”…
Claro, y por cierto, estoy muy orgulloso de Gabriel Cano,
María José León y otros que estudiaron conmigo. Lo que
pasa es que llegó un momento que yo comencé a trabajar
más por mi carrera y dejé de dar clases. Yo decidí en un
momento que lo que quería hacer con mi vida era luchar
por hacer conocer la música venezolana. Lo que dije en la
primera pregunta: lograr que en Moscú, en Brasil, en Nueva
York, oigan algo y digan: “ese es un flautista de Venezuela,
que toca una música diferente, contemporánea, ilimitada,
con tambores y loops. Una vaina rara pero me gusta”.
En el disco nuevo, Reinvención, se ve mucho de eso. Está
lleno de melodías bonitas y debajo de ellas hay un ritmo
pegajoso, sabroso. Ese es el sonido. Mezcla pura pero ¡que
sepa a Venezuela! A esta altura de mi carrera hay mucho
de lo pensado. Hay una parte de inspiración y hay otra en
la que estoy creando el sonido Huáscar, que lo vengo trabajando
desde Candela para acá. Candela es mi disco más
trascendental. De allí en adelante tú notas la evolución en
las siguientes producciones.
Anécdota: conozco a Emmanuel Pahud, quien era mi compañero
de competencia en Ginebra en 1993, creo. Él ganó
y yo perdí en la primera ronda, pero igual nos conocemos
y nos respetamos. Él me escribió hace poco y me dijo que
tenía un disco mío y que le encantaba. Eso me pareció increíble.
Él y muchísimos flautistas en todo el mundo empiezan
a enterarse de nosotros los flautistas venezolanos. Eso
es algo maravilloso. Estar en contacto con tantos buenos
flautistas alguna vaina me dejó (risas). Yo tengo un dicho
que siempre les comento a los niños: “solo rodéate de los
mejores”. Yo considero que algunos de los músicos de mi
banda son de los más brillantes de Venezuela y de eso me
siento muy orgulloso. Yo desde niño creía en eso. Mi meta
en Estados Unidos era Nueva York, porque ahí están los mejores.
Fui a Europa a estudiar con los mejores también. En
fin, ahora yo practico en una hora lo que antes practicaba
en 3, o más. Ya sé lo que hay que hacer y cómo mejorarlo.
¿Como profesor, qué crees que no debe faltar para fomentar
una educación integral en los alumnos?
Yo creo que una de las cosas en la que nosotros los flautistas
tenemos problemas es que debemos tener una visión más
armónica. Por ejemplo, uno de mis grandes errores es haber
creído que tocando bien la flauta iba a ser un gran músico. Y
por eso al comienzo te comenté la crítica de Nicolet. Mi frus-

tración más grande es que no toco casi el piano. Si me encontrara
a un genio ahorita y me dijera que me quiere conceder
un deseo, yo no le pediría una caja de oro; yo solo le pediría
que pudiera tocar como Oscar Peterson, Chick Corea, Daniel
Barenboim, Chucho Valdéz y Martha Argerich en la misma
persona (risas). Con ese don, yo podría componer y producir
más rápido, porque me siento muy limitado.
Yo pienso que como los flautistas tenemos tantos problemas
por resolver –el problema de la potencia, de un sonido
bonito, de la afinación, de la articulación– se nos olvida
un poquito la importancia de la armonía y su implicación
total en la música. Esa es una de mis grandes limitaciones,
solo que tengo la fortuna de trabajar con músicos tan extraordinarios
que me sigo alimentando todos los días de ellos.
Yo me he puesto a estudiar armonía. Viejo como estoy
ahora, me fui a estudiar con Gerry Weill hace tres años. Estuve
un año y pico estudiando con Gerry, y creo que lo que
me enseñó me volteó la vida, porque yo tenía todos esos
estudios pero ahora los entiendo mucho mejor.
La otra cosa que falta es que los músicos oigan más música.
Normalmente se preocupan por el sonido, por que salga
perfecto, pero no oyen un disco de otras cosas. Hay que oír
La consagración de la primavera, hay que oír las sinfonías
de Beethoven, y hay que oír también a Chano Domínguez, a
Madonna, a Sting. Tienes que oír de todo. Ese es un problema.
La audición de un músico moderno debe ser más globalizada;
no podemos seguir siendo músicos encasillados.
Hay escuelas en Estados Unidos que están desarrollando un
concepto de músico integral que no existía. Quizás ese es
uno de los grandes defectos del “Sistema”. Lo digo como
una crítica positiva, constructiva. Probablemente a estas alturas
el Maestro José Antonio [Abreu] le ha dado un vuelco
a eso. Hace veinte años a nosotros no nos dejaban tocar
guarachitas (risas), quizás porque se dedicaban primero a
enseñarnos el dominio técnico y la disciplina. Ahora estamos
tratando de tener músicos más integrales. Parte de
los cursos que yo doy se basan en hacerles entender a los
músicos clásicos la importancia de poder interpretar otras
corrientes musicales, sea música venezolana, latinoamericana,
pop, o cualquier otra tendencia urbana.
En Venezuela y en otros países, mis cursos no son dedicados
solamente a la interpretación de la flauta. En Alemania,
en el Festival Internacional de Flautistas en Hamburgo en
el 2004, estuve dictando un taller sobre interpretación de
la música latinoamericana a unos cuantos europeos. Igual
pasó en los Estados Unidos en la NFA [Asociación Nacional
de Flautas de los Estados Unidos], donde traté de darles la
metodología de cómo interpretar “correctamente” la músi-
ca popular. La gente me preguntaba cómo hacia tantos trucos.
Les traté de explicar, pero no tengo ningún libro para
enseñárselo. Algunas cosas las inventé en mi búsqueda personal.
Yo siempre enseño todo lo que aprendo o descubro.
Compartir mis conocimientos es muy importante para mí.
¿Qué consejo les darías a las futuras generaciones de
flautistas en Venezuela?
El mayor consejo es más espiritual que musical. Yo pienso
que uno de los errores que tenemos los latinoamericanos,
o nuestros padres –aunque ese no fue mi caso– es que
el éxito se mide por la cantidad de dinero que ganamos.
Ni siquiera se basa en qué tan bueno eres en tu arte sino
en cuánto te pagan por hacerlo. El dinero determina qué
tan pendejo eres y si tendrás una vida “mejor” en los patrones
de conducta de la vida moderna. El dinero viene por
añadidura cuando eres exitoso en lo que haces. Hay que
lograr ser virtuoso en lo que haces y lo demás viene solo. Yo
pienso que la mentalidad es trabajar en función de lograr
la excelencia en lo que tú haces. Si tratas de ser un flautista
excelente debes trabajar duro para llegar a serlo y punto.
Yo pienso que los padres venezolanos y latinoamericanos
deberían dejar a sus niños ser lo que ellos quieran ser.
Mira a Andrés Galarraga: un gordito que comenzó a jugar
y después de muchas prácticas de bateo, agarrando
rollings todos los días, a los 22 años ya estaba en las grandes
ligas. Ahora es millonario, querido por la gente, no se mete
con nadie y es uno de los venezolanos más admirados en
todo el mundo. Andrés no ha llegado lejos con la ayuda de
ningún político, sino con trabajo y excelencia. 80% trabajo
y 20% talento. Esa es mi fórmula personal y créanme algo:
¡el 80% lo he sudado!
13

La flauta dulce
y la educación musical en los niños
Actualmente en el planeta, y desde hace muchos años, infinidad
de especialistas en pedagogía, psicología y sociología
coinciden en que la enseñanza de la música desde
temprana edad es de suma importancia para el desarrollo
del ser humano.
La música llega a nosotros de diferentes maneras; nos alegra
o entristece; nos conmueve y nos motiva; produce efectos
indescriptibles en nuestro estado de ánimo. La música
no es específicamente sonido y ritmo, ni otra manera de
decir lo que sentimos, como es el caso de las canciones. La
música es una combinación de elementos que forma parte
de nuestra naturaleza, una manera de escuchar y ser escuchados.
En cualquier sociedad forma parte de nuestras
vidas y de nuestra historia. Como bien se ha dicho muchas
veces, la música es un lenguaje universal.
Este lenguaje o este modo de comunicarnos es desarrollado
a través del cuerpo que baila, canta o se expresa con
las manos a través de instrumentos musicales.
A través de la audición y el movimiento, la actividad musical
en la niñez puede estimular la relación y la importancia
de la distancia física entre los dedos de una mano, lo
emocional (individual o entre varias personas) y el placer
de estar presente o participar en el momento musical.
La música es un ejercicio físico, emocional, social, y más
aun... espiritual.
14
La flauta dulce
Las flautas siempre han estado presentes en la historia del
hombre. En todas las culturas las ha habido en diferentes tipos
y tamaños y han sido empleadas con variados propósitos:
en rituales y ceremonias, en la labor solitaria de los
pastores (para evitar el fastidio y orientar a los rebaños) y
sobre todo, para hacer música y alegrar el espíritu.
Quizás la más conocida de todas ha sido la flauta dulce soprano,
la cual fue tan popular durante la Edad Media y el
Renacimiento europeo como instrumento solista. Con frecuencia
protagonizó y llevó la voz principal en las agrupaciones
de entonces, conformadas por pocos instrumentos
como el laúd y la viola da gamba, generalmente acompañados
con percusión.
Sin embargo, la configuración más importante para la flauta
dulce fue la conformada por integrantes de su propia familia,
compuesta por versiones de flautas con diferente
tamaño para un registro más agudo o más grave: sopranino,
soprano, alto, tenor y bajo, básicamente.
Durante el período barroco, la familia de las flautas dulces
declinó. La flauta dulce alto sobrevivió gracias a que importantes
compositores como Purcell, Alessandro Scarlatti,
Teleman, Handel, Vivaldi, Bach y Jacob Van Eyck, entre otros,
escribieron piezas para ser interpretadas como solista o en
grupos de cámara. El repertorio más amplio para este instrumento
proviene justamente de esta época, en la que muchos
de sus ejecutantes alcanzaron niveles de virtuosismo.
Los modelos actuales de la flauta dulce están construidos
a partir de modelos del Renacimiento que fueron perfeccionados
luego entre finales del siglo XVI y los primeros decenios
del XVIII.
Con la llegada del formato grande orquestal, a mediados de
éste último siglo, y debido a su baja sonoridad, el instrumento
fue relegado hasta prácticamente desaparecer, al igual
que sus contemporáneos: el harpsichord y la viola da gamba.
Vuelve a la vida en 1920 gracias a Arnold Dolmetsh, un
anticuario inglés que construyó y restauró ejemplares antiguos,
con la finalidad de interpretar lo más fielmente posible
música anterior a 1750. El hermoso sonido de la flauta

dulce, la simplicidad de su construcción y la facilidad de
aprendizaje entusiasmaron rápidamente a muchos músicos
amateurs. Durante el resto del siglo XX, especialmente entre
las décadas de los 50 y 70, la flauta dulce reencontró un
nuevo espacio en la escena musical y muy particularmente
en el área de la enseñanza y la pedagogía musical.
La educación musical en los niños
La flauta dulce es un instrumento económico. Tiene dos
octavas completas con todos sus tonos y semitonos. Es
pequeña y fácil de transportar. En el mercado pueden conseguirse
modelos modernos de plástico bastante afinados,
lavables y resistentes a los golpes y a la humedad. Estas
características propician el acercamiento del niño de hoy
al mundo de la música y su lenguaje, a través de un instrumento
relativamente fácil de tocar.
Cuando el niño lo tiene en sus manos por primera vez,
no tiene la menor idea de cómo se toca, por supuesto.
Sin embargo, con una instrucción relativamente corta, al
iniciarse en la posición de los dedos en la flauta, rápidamente
aprende a coordinar y sincronizar los movimientos
de la mano. Este ejercicio de digitación, bien orientado,
estimula y ayuda notablemente al desarrollo de la motricidad
fina en los niños.
Simultáneamente con la digitación, el niño
debe incorporar lo que los músicos de instrumentos
de viento llamamos la “articulación”,
la cual está vinculada directamente con la
pronunciación clara y distintiva de las sílabas
y la palabra hablada. Cuando producimos el
sonido en la embocadura del instrumento,
utilizando el aliento y la lengua, lo que técnicamente
llamamos “articulación” no es más
que la “administración” del aire expelido y el
“ataque” de las notas.
Más allá de los detalles técnicos, el momento
más grato para el docente y para el pequeño
alumno que se inicia surge sin lugar a dudas
en el instante en que éste descubre, con un
placer indescriptible, que puede producir con
Gilberto Márquez
Músico venezolano:
flautista, compositor y docente.
Director y productor audiovisual:
Cine, Video y TV.
el instrumento sonidos claramente definidos y gratos al
oído. Esta experiencia en el niño -la respuesta sonora generada
por su propio aliento- es el primer elemento de motivación
para dar los siguientes pasos, a través de los propios
recursos y medios que comienza a descubrir.
Una incorrecta posición de la mano o tensiones en el brazo
pueden dar lugar a problemas técnicos más adelante; por
tanto, durante esta etapa podemos corregir, mejorar y fomentar
hábitos saludables para respirar correctamente
y mantener una posición corporal adecuada tanto de pie
como sentados.
La educación musical debería ser considerada como parte
del aprendizaje general en los niños. No necesariamente
debe orientarse a que sean músicos. La vivencia musical es
básicamente compartir y experimentar. Ayuda a desarrollar
la autoestima, la atención, la memoria, la lectura y la
disciplina de estudio. El dominio de un instrumento musical
puede ser una herramienta muy adecuada para mejorar la
forma en la que el cerebro procesa el lenguaje, la motricidad
y la expresión de los sentimientos. Nos integra como
seres vivos. Si además incluimos el juego en la enseñanza y
el aprendizaje, definitivamente la música será en el niño un
ejercicio espiritual para toda la vida.
Publicado en la revista In Crescendo, año X – Nº 10 – Diciembre 2008, editada por la Orquesta Sinfónica Municipal de
Caracas.
15

Un ensamble de talla internacional
La Orquesta Nacional de Flautas en la Convención Anual
de la Asociación Nacional de Flauta de los Estados Unidos
16

J. M.
La Asociación Nacional de Flautas de los Estados Unidos realiza
anualmente una convención de flautistas de alcance internacional.
En esos cuatro días no solo se reúnen los mejores
ejecutantes del mundo para interpretar obras del repertorio
tradicional de la flauta y obras nuevas, sino también
compositores, investigadores, constructores de flautas,
vendedores de partituras y prácticamente todo el que esté
relacionado con la flauta.
El año pasado la Orquesta Nacional de Flautas de Venezuela
fue invitada a realizar un concierto en el marco de la trigésima
séptima convención en la ciudad de Nueva York. Para
esa ocasión, la ONF preparó una lista musical con obras de
su repertorio conocido y otras nuevas. Su directora artística,
María Gabriela Rodríguez, convocó a una selección de integrantes
regulares e invitados, incluyendo estudiantes y profesores,
para representar al país en tan importante evento.
Además se contó con la participación de dos brillantes
solistas internacionales para una de las obras venezolanas
más conocidas. Me refiero a Marco Granados y Dennis
Bouriakov, quienes interpretaron una versión escrita por
Raimundo Pineda de “El Diablo Suelto”, de Heraclio Fernández,
para dos flautas y ensamble de flautas. Esta pieza fue
dirigida por el propio Pineda.
17

Las expectativas del concierto por parte del público eran
muy altas, ya que la ONF había participado en dos convenciones
anteriores (en Chicago en 1997 y en Atlanta en 1999)
y realizó unos conciertos inolvidables, bajo la dirección
artística del maestro Víctor Rojas. Igualmente en esta ocasión,
el resultado fue exitoso y la orquesta obtuvo elogios
por parte de un público satisfecho con creces. De hecho,
el maestro inglés Trevor Wye, emocionado por el nivel demostrado,
extendió una invitación para participar en la
Convención de la Sociedad Inglesa de Flauta en el 2010, en
la ciudad de Manchester, la convención de flauta más importante
en Europa.
Los integrantes de la orquesta tuvieron la oportunidad de
conocer flautistas de todas partes y de asistir a numerosos
eventos que van desde competencias, conferencias, masterclases,
recitales, conciertos, además de acceder a las
tiendas, las cuales ofrecen una gran variedad de flautas,
partituras, libros y accesorios.
He aquí las impresiones de algunos de los miembros sobre
el concierto de la ONF. Con respecto a las expectativas, nos
comenta Jesús Muñoz: “La gente estuvo muy atenta con la
participación de la Orquesta. En los pasillos del hotel nos
preguntaban cuándo íbamos a tocar. Cuando tocamos las
piezas venezolanas la gente bailaba. Me gustó mucho que
la gente haya quedado contenta con nuestra participación”.
Sahily Hernández dijo que “la Orquesta superó todas las expectativas.
La gente reconocía y esperaba con ansias la representación
de nuestro país desde la última oportunidad
en la ciudad de Atlanta”. Leticia Toro comentó lo siguiente:
“Fue un momento muy emocionante. A medida que
tocábamos iban llegando más y más personas que querían
escuchar nuestra música. Finalmente recibimos muchos
aplausos y ovaciones de parte de los oyentes y de los maes-
18
tros presentes, lo cual nos hizo corroborar que habíamos
alcanzado nuestra meta con mucho éxito”.
Casi todos los miembros de la ONF encuestados manifestaron
su admiración por el legendario Sir James Galway,
quien fue el flautista homenajeado en esta ocasión. Carlos
Fuguet dice que siempre lo ha impresionado. Leonardo Pedroza
manifestó que “la expresividad y sus matices fueron
increíbles”. Leonardo Matos comprobó el altísimo nivel del
maestro, a quien considera una estrella de Hollywood en
el campo musical, y a la vez estaba sorprendido por su humildad
y sencillez. Sahel Jiménez comparte que el maestro
tiene un gran sonido.
Los solistas invitados por la Orquesta, Marco Granados y
Denis Bouriakov, también lograron impactar a los miembros
de la Orquesta. “Escuchar a Marco Granados con la ONF en
vivo y directo es muy emocionante” (Crisbeth Rodríguez).
“Marco Granados demostró no solo ser uno de los mejores
flautistas del momento, sino también una magnífica
persona” (María Gabriela Núñez). Y con respecto a Denis
Bouriakov opinaron: “Es un joven de corta edad y un talento
excepcional” (Fátima Velásquez). “Me impresionó por su
facilidad para tocar piezas tan complicadas técnicamente”
(Alexis Angulo). “Escucharlo fue magnífico: su sonido, su
postura y posición del instrumento. Todo era excelente”
(Leticia Toro).
El área de ventas de la convención es un sitio muy visitado
por los flautistas para probar y comprar instrumentos y
todo lo relacionado a la flauta. Aquí les transmito algunas
de las preferencias de miembros de la ONF. “Me gustaron
las flautas contrabajos que se tocan paradas. También el
piccolo Nagahara que llega hasta el do grave” (Leticia Toro).
“En la feria de la convención había muchos instrumentos

peculiares, pero me gustaron en particular unas pequeñas
flautas transversas como de estilo chino confeccionadas
en vidrio con ornamentos variados” (Fátima Velásquez).
“Probé la mayoría de los instrumentos, Muramatsu, Nagahara,
Sankyo, Pearl, etc., y de distintos materiales como oro
18k y platino, pero en realidad la que más me fascinó fue
la flauta de ébano” (Ernesto Matos). “Me gustaron las flautas
Muramatsu y Nagahara” (María Gabriela Núñez). “Me
gustó la Altus AS-1607, por su sonido particular” (Juan Pablo
Alfonzo). “Probé muchos instrumentos, pero siempre
me he inclinado por la marca Powell” (Carlos Fuguet). “Me
gustaron las flautas Muramatsu por su potencia y color”
(Sahily Hernández). “Un piccolo de vidrio, era muy lindo...
También las flautas Muramatsu me parecieron bellísimas,
con solo soplar un poco sale un gran sonido. Había flautas
de colores; nunca las había visto, aunque su sonido era
muy plástico” (Arysbell Arismendi). “Me gustó la flauta contrabajo
por sus sonidos súper graves. La estructura del instrumento
me parece curiosa por lo grande y complicada”
(Jesús Muñoz).
Definitivamente el evento más relevante de la convención
fue la ejecución de una obra dirigida por Sir James Galway,
que invitaba a formar el ensamble de flautas más grande
del mundo con el fin de implantar un Record Guinness. La
obra, “Galway Fantasie”, compuesta por David Overton,
contó con una participación de 1989 flautistas tocando al
mismo tiempo, logrando así el record mundial.
Estas convenciones son una gran oportunidad para conocer
flautistas, obras, aprender técnicas diversas, escuchar
conferencias y paneles de discusión sobre temas variados,
además de que existe la posibilidad de participar en las
diferentes categorías de concursos. Para la Orquesta Nacional
de Flautas significó otra vez mostrar el nivel de los
flautistas venezolanos y su capacidad de hacer aportes en la
formación de un sonido especial, además de plantear nuevas
obras para la literatura.
Es posible visitar la página web de la Asociación Nacional
de Flauta de los Estados Unidos a través de la dirección:
http://www.nfaonline.org. Se puede también chequear la
página de Records Guinness y escuchar al ensamble más
grande del mundo de flautas: http://community.guinnessworldrecords.com/_Flute-Ensemble-New-York-City/video/846019/7691.html
19

Perfiles
Rafael “Fallito” Petit: la flauta de oro
El 27 de enero de 1940 nace en la calle Libertad de la ciudad
de Coro Rafael Ángel Petit, a quien desde los primeros días y
de acuerdo con la atávica costumbre de los corianos, bautizamos
con el diminutivo de “Fallito”.
A los dos meses es de haber muerto papá, Rafael Ángel Pulgar
Petit, nuestra abnegada madre, Carmen Simona Petit
Chirinos, afrontó con valentía la llegada de ese bebé, que
fue prácticamente adoptado por sus hermanos Carmencita,
Hugo José, Ella Josefina, Leonides Estonia y Analida, quienes
no escatimamos esfuerzo y afecto para consentirlo y compensar
en parte la orfandad paterna.
La niñez y preadolescencia la vivió en el barrio Monteverde,
al suroeste de la ciudad. Allí cultivó amistades de las que se
siente orgulloso, a tal punto que cuando le preguntan su lugar
de nacimiento, responde sin titubeos: barrio Monteverde.
Desde los siete años de edad ejecutaba la flauta rústica, una
flautita que Hugo le había traído de Caracas. Recuerdo que
la primera pieza musical que interpretó en un acto cultural
realizado en el grupo escolar “Juan Crisóstomo Falcón” fue
20
“Préstame tu máquina”,
con la cual
cosechó nutridos
aplausos.
La facilidad con la
que aprendía las melodías
que escuchaba comenzó a inquietarnos, porque
no mostraba el menor interés por estudiar música. Lo hizo
gracias a la insistencia de Hugo y a la voluntad de mamá,
quien bajo el inclemente sol coriano de las dos de la tarde,
salía a buscarlo por los llanos y El Potrero, donde practicaba
el béisbol con muchachos de su edad, para que fuera a clases.
Fallito fue un niño inquieto, travieso y en oportunidades se
jubilaba de la escuela. Afortunadamente, como él mismo
expresa, tuvo maestras a quienes respetaba y a quienes recuerda
con afecto y gratitud: Chila de Brett, Dilia Curiel y Epifanía
Ugarte. Ellas, con su atención y carácter, lograron disciplinarlo
y crear en él principios fundamentales para hacerle
frente a la vida con decisión y responsabilidad.
Simultáneamente con los estudios de Educación Primaria,
inició formalmente sus estudios flautísticos en la Escuela de
Música “Elías David Curiel”. Al comienzo fue el único alumno
de Antonio Vasalo, joven profesor italiano recién llegado
al país. Este profesor se dedicó a proporcionarle al díscolo
alumno las herramientas básicas para su formación musical.
Muchas veces Antonio le daba “cacería” a Fallito en los llanos
donde jugaba pelota, y en la “parrilla” de su bicicleta lo llevaba
para impartirle la clase. Por supuesto que la reprimenda
durante el trayecto no faltaba. Antonio se quejaba, porque si
su único alumno no asistía, no se justificaba el cargo y corría
el riesgo de un despido inmediato.
Fue así como puso en práctica todos los recursos metodológicos
a su alcance y en el acto de fin de curso el alumno se
lució con la ejecución de hermosos fragmentos de obras del

de Venezuela
repertorio clásico. Esa presentación constituyó el fruto del
esfuerzo del maestro, quien se sintió por demás orgulloso
de su trabajo y del alumno. Hugo, emocionadísimo, felicitó a
Fallito con estas palabras: “¿Te fijas? Ya sabes lo que es leer
música...”
Antonio Vasalo gozó siempre de nuestro reconocimiento.
Años después lo encontramos en Caracas: era el primer flautista
de la Orquesta Sinfónica de Venezuela, cargo que desempeñó
por 15 años, y también fue flautista de la Orquesta
de Chucho Sanoja.
Fallito, por su parte, respetaba y admiraba a Hugo, su hermano
mayor, músico militar que dirigió bandas marciales en
varios estados del país y en Caracas, donde fue director de la
banda de las Fuerzas Armadas. No es de extrañar que el hermanito
siguiera el ejemplo. A los 15 años ingresó a las Fuerzas
Armadas y se constituyó en primera flauta de la banda de
la Escuela Militar de Venezuela.
En su extenso recorrido musical fue primer flautista de la
banda de conciertos del estado Miranda, bajo la dirección
del profesor Juan Bautista Carreño; primer flautista de la
banda del estado Lara, dirigida por el profesor Buenaventura
Salas; director de la estudiantina de la Escuela de Formación
de Oficiales de las Fuerzas Armadas de Cooperación, y cofundador
musical del liceo militarizado “Francisco de Miranda”,
con sede en el Fuerte Tiuna.
Rafael “Fallito” Petit, “la flauta de oro de Venezuela”, ha
acompañado a las más altas figuras artísticas del país: Alfredo
Sadel, Alí Primera, Héctor Cabrera, Rosa Virginia y María
Teresa Chacín, Mirla Castellanos, Lila Morillo, José Luis Rodríguez,
Antonio Heredia y Mario Suárez, entre otros. También
compartió con Billo Frometa y su orquesta. Solos de flauta
en piezas como “La casa de Femando”, “Temperamento sentimental”
y “Canciones de Tenerife”, evidencian la magia de
la flauta de Fallito.
Ella Josefina Petit
Licenciada en Educación, locutora
de radio, cronista, pintora.
Fue coordinadora de las
Orquestas Jueveniles e Infantiles
del Estado Falcón.
En el memorial de este artista coriano se destaca el haber
acompañado a Alfredo Sadel en la grabación de su primer
disco de 45, de música Venezolana. Los temas “Di” y “Cuenta
mi alma” marcaron el inicio de la exitosa trayectoria artística
del inolvidable tenor venezolano.
La vida musical de Fallito se desarrolló fundamentalmente
en Caracas, con ocasionales “escapadas” a otros estados del
país y a otros países del área. En todas sus presentaciones
exaltó la música venezolana, especialmente la falconiana.
Con la flauta de Fallito, trasciende los linderos del terruño la
obra de nuestros compositores Rafael Sánchez López, Román
González, Juan Manuel Navas, Roberto Gilson, Gilberto Riera,
Néstor González, Benjamín Mora, César Arteaga Castro, Germán
Coronel, Rafael Sánchez, Alirio Navarro Alemán y tantos
corianos que cultivaron el arte musical y cuya obra enaltece
nuestro gentilicio. También tuvo Fallito la oportunidad de
grabar el joropo “Alma coriana”, con letra de papá y música
de José Ángel Montero.
En Caracas formó un grupo musical con el nombre de “Los
Flamantes” y difundió nuestra música, tanto en centros noc-
21

turnos capitalinos de importancia, como a través de los medios
radiales y televisivos. En esas presentaciones se recuerdan
los programas grabados con Simón Díaz, Víctor Morillo y
Reinaldo Armas. Con “Los Flamantes” grabó varios LP, pero
su primer trabajo de este tipo lo constituyó “Fallito se pasó
de swing”, el cual marca una nueva etapa en su carrera de
éxitos en el campo musical.
Merece especial mención el trabajo realizado con el “Catire
Carpio”, con quien compartió años de fructífera labor artística
en locales de la capital, en el interior del país y numerosos
LP, en los cuales “la flauta de oro de Venezuela” hace gala de
su virtuosismo y calidad interpretativa.
En la presentación del CD, “De nuevo con Fallito Petit”, el
profesor y poeta Hugo Fernández Oviol formula el siguiente
comentario: “Fallito es un mago de la flauta. Cuando en
Coro había casi desaparecido este instrumento, refugiado
entonces en la intimidad hogareña de Don Eugenio Grand y
del Maestro Roberto Gilson, Fallito se hizo flautista, pese a
la atracción irresistible de las caimaneras del llano, de la llamada
incitante de las huertas de Coro y de las zambullidas refrescantes
de “La Peñita” en el Malecón de Caujarao. Desde
entonces ha paseado su flauta por toda la geografía venezolana
y más allá de las fronteras patrias. La música nacional
desgranó sus armónicos arpegios en ciudades y pueblos, y
todos supieron de los éxitos y la alegría de Fallito. Este CD
evidencia la misma maestría del Fallito de siempre. De nuevo
Fallito extrae de su flauta gratas sonoridades que dicen de la
22
cumbre de su madurez y dejan constancia de la exquisitez de
su arte”.
La calidad poética y musical de este artista se manifiesta en
melodías cuyas letras son fieles exponentes de su sensibilidad.
En tal sentido, ha escrito canciones para sus hijos, para
sus amigos, para ciudades y pueblos de sus afectos como
Barquisimeto, donde se residenció varios años. Allí trabajó en
centros nocturnos, formó parte de grupos musicales como
“Los Juancheros” y cultivó valiosas amistades, entre quienes
recuerda a Amílcar Segura, al compositor y cantante Antonio
Heredia y al maestro Antonio Carrillo, autor de “Como llora
una estrella” y otros conocidos temas. Cumarebo, Cabure y
otras poblaciones del estado fueron tambien fuente de inspiración
para sus producciones musicales, algunas inéditas.
Cinco hijos conforman la prole de Rafael “Fallito” Petit: Carmen
Estonia, la mayor, Rafael Ángel y Romer David, de su
unión matrimonial con Romelia Martínez, herederos de la
pasión musical de su padre. Del segundo matrimonio con Judith
Amaya, procreó a Hugo Rafael y José Ángel.
Numerosos reconocimientos ha recibido nuestro biografiado
en su extenso recorrido musical: Premio “Espectáculo”
en Perú; Botón de Oro “Antonio Carrillo”, otorgado por
la Alcaldía del Distrito Crespo del estado Lara; Orden “Juan
Crisóstomo Falcón” y “Don Cheché Acosta Fuguet”, otorgadas
por la Alcaldía del municipio Miranda del estado Falcón;

econocimiento de la EFOFAC; numerosas placas y diplomas,
aparte de los homenajes que le han rendido los habitantes
del barrio Monteverde, quienes han acogido a Fallito con
satisfacción y orgullo. Recientemente recibió una placa del
grupo músical “La Misma Sangre”, cuyos integrantes en su
mayoría son profesionales de la medicina y con quienes ha
compartido presentaciones en este estado.
En una entrevista realizada por la periodista Marianela Millán
y publicada en el suplemento dominical de La Mañana con el
título de “Fallito Petit hace magia con la flauta”, ésta expresa
lo siguiente: “Todo un personaje y su patrimonio musical se
refugia en nuestra ciudad, luego de una agitada vida en Caracas,
buscando esa tranquilidad de la corianidad... Regresa
a éste su pueblo, el pueblo que lo vio nacer y cuyo nombre
llevó en alto en cada presentación o escenario compartido
con otras estrellas que no lograron opacar su propia luz, más
brillante que el sol coriano”.
Después de una intensa actividad de cuatro años en Coro, el
balance es realmente positivo: ha dado su aporte a la Escuela
de Música donde se formó en ese arte, ha colaborado con
grupos e instituciones (instrumentales y corales) y ha producido
varios CD: “De Falcón para el mundo”, “25 Éxitos: Rafael
Fallito Petit”, “Grandes éxitos: Rafael Fallito Petit”, “Boleros
diferentes” y “De nuevo Fallito Petit”. Su último proyecto es
un CD en el cual incluirá temas de su propia inspiración: una
danza dedicada a su amigo Abelardo Coronado, conocido jurista
falconiano; “Cabure”, emotiva descripción del pueblo y
de sus personajes importantes; un golpe de tambor titulado
“A Sixto lo mató un toro”, dedicado a su barrio Monteverde,
y otros donde la creatividad y el sentir coriano del autor se
traducen en hermosos temas.
En la actualidad, pensionado por las Fuerzas Armadas, a la
cual prestó servicios por varios años, y recluido en su hogar,
se recupera lentamente de un serio trastorno que sufriera en
el 2007. Quienes lo queremos, que somos muchos, confiamos
en Dios y en la fortaleza de Fallito para que logre superar
esta dura prueba.
Su flauta, temporalmente silenciosa, también espera el momento
de volver a sentir las caricias del amante compañero,
a quien supo imprimirle sonoridad mágica y el más puro sentimiento
para elevar nuestra música por los aires del país y
proyectarla mas allá de sus fronteras.
23

La flauta ahora suena
a tambores afrovenezolanos
Desde hace mucho tiempo pasaba por mi mente la idea
de poder adaptar algún ritmo afrovenezolano a la flauta
transversa, a través de sonidos percutidos que imitaran el
sonido de los tambores de nuestra costa venezolana. Un día
un gran amigo, el excelente músico larense Pedro Jiménez,
me planteó la idea de hacer un “Culo ‘e Puya” con un arreglo
para 4 flautas en el que la percusión fuese hecha con
las mismas flautas. De inmediato le dije que yo asumía ese
reto. Con su valiosa ayuda, podía hacer posible ese sueño
que tiempo atrás rondaba mi mente, sin haber tenido la
oportunidad de concretarlo.
Luego de esta conversación contacté a un gran percusionista
y conocedor de los ritmos afrovenezolanos, que para
esa fecha estaba radicado en Barquisimeto: Yonder Rodríguez.
Le hablé de la idea. Tal vez a él podía sonarle un poco
rara o loca, pero de inmediato me manifestó su disposición
para ayudarme y brindarme sus conocimientos. Recuerdo
que tomé mis flautas, incluyendo la bajo, la flauta en sol
(que muy gentilmente me prestó el Prof. Engels Gómez), mi
flauta en do, el piccolo, y me dirigí a la casa de Yonder. Allí le
comenté que quería conocer la manera de tocar el “Culo ‘e
Puya”. Recuerdo que vimos algunos videos de percusionistas
nativos de Barlovento tocando este ritmo. Yonder sacó
su batería de tambores “Culo ‘e Puya” y me fue explicando
el ritmo de cada tambor.
Fui probando con efectos percutidos cada una de las flautas
hasta conseguir la mayor similitud posible con el sonido,
color y afinación de cada tambor. La “Prima” (primer tambor),
con la flauta en do; el “Cruzao” (segundo tambor),
con la flauta en sol; el “Pujao” (tercer tambor), con la flauta
bajo. Para las maracas, la similitud más cercana fue con mi
voz. Hice las anotaciones tanto rítmicas como de notas en
mi cuaderno para tenerlas plasmadas a la hora de grabar.
24
Finalmente compuse junto con Pedro Jiménez el tema que
se utilizaría para este trabajo experimental, con un arreglo
armónico para 4 flautas. Cuando todo estuvo listo, fuimos al
estudio a grabar el tema. En primer término grabé la base rítmica
(bajo la supervisión de Yonder Rodríguez). Seguidamente
grabé el arreglo para las 4 flautas, en el que la flauta transversa
en do y el piccolo se destacan haciendo un solo cada uno sobre
la base armónica del arreglo. Este trabajo es el primero de este
tipo en Venezuela y expande los límites sonoros de la flauta.
Este tema es dedicado a mi Dios y Señor. Lleva el nombre
Retribución, porque es una manera de retribuirle todo lo
que Él me ha dado: el talento, la vida y todas las cosas maravillosas
que me ha permitido vivir, tanto en la música como
en todas las áreas de mi vida.
LA PRIMA (FLAUTA EN DO)
EL CRUZAO (FLAUTA EN SOL)
EL PUJAO (FLAUTA BAJO)
MARACAS (VOZ)
Manuel Rojas
Flautista.
Investigador y docente.
Integrante de la agrupación
larense “A trio”
Todas las notas llevan el efecto Pic, este consiste en realizar
un ataque corto de lengua sin sonido. El video de este trabajo
experimental puede ser visto en: http://www.youtube.
com/watch?v=FfQ_42AKpLc

En 1957 Ígor Stravinsky viajó al Japón y en una emisora de
radio pidió escuchar a los compositores japoneses. En la
emisora pretendían que él escuchara unos compositores
que ya tenían preparados, pero estas pretensiones se vieron
truncadas por fallas en las cintas. Por error comenzó
a escuchar el “Réquiem” para cuerdas de Toru Takemitsu.
Stravinsky quedó encantado con la obra y de inmediato
lo mandó a llamar para que almorzaran. A partir de allí el
nombre de Takemitsu se hizo famoso en su país y en todo
el mundo.
Takemitsu fue básicamente un compositor autodidacta. En
una ocasión diría que sólo había tenido dos maestros: Duke
Elligton y la Naturaleza. En los años de la Segunda Guerra Mundial
escuchaba a través de la radio música occidental, sobre
todo jazz y la música de Claude Debussy y Oliver Messiaen.
Takemitsu comenzó a interesarse por la música tradicional
de Japón, en especial por el Gagaku”, música de corte tradicional
que se interpretaba con instrumentos como la biwa
y el shakuhachi.
En su catálogo podemos notar que en gran parte de sus
obras, la flauta juega un papel fundamental debido a la influencia
del shakuhachi japonés. Esta flauta de bambú era
utilizada por los monjes Zen para la práctica
del Suizen, meditación mediante soplado,
y con ello buscaban dos cosas: la
emisión de sonidos ásperos y controlar su
respiración. El nombre de esta flauta de 5
agujeros proviene del nombre de sus medidas:
“shaku”, que es una medida de longitud
usada en Japón equivalente a 30,3
centímetros y subdivisible en diez fracciones
denominadas “sun”, y hachi, que es
una medida equivalente a 8 sun.
En obras como “Voice” y “Masque”,
Takemitsu trata de evocar la sonoridad
del shakuhachi en la flauta transversal
occidental. En “Toward the Sea”, obra
para guitarra y flauta alta, escuchamos
el diálogo entre la biwa y el shakuhachi.
Esta obra fue un encargo de Greenpeace
para la campaña “Save the Whale”. La
obra esta basada en tres partes: La noche,
Takemitsu y la flauta (I)
“Los sonidos vendrán del silencio. Un sonido siempre confronta el silencio”
Elvis Suárez
Compositor y guitarrista venezolano,
residente en el Edo. Lara.
Su música, interpretada
internacionalmente, integra las
matemáticas, geometría, arquitectura,
minimalismo y artes plásticas.
Moby Dick y Cape Cod, inspirado en el libro de Melville:
Moby Dick. Takemitsu logra simbolizar en ella el mar con las
notas musicales: E bemol, E – A en cifrado alemán. Otros
títulos en los que podemos conseguir la flauta son: “Sacrifice”,
para flauta, vibrafono y laúd; “Toward The Sea II”, para
flauta, arpa y orquesta; “Eucalypt”, para flauta, oboe y arpa;
“Ring”, para flauta, guitarra y laúd, inspirada en el boxeo;
“Ice”, para flauta y arpa; “Itinerant” y “Air”, para flauta sola;
“Toward the Sea III”, para flauta y guitarra; “Rain Spell”,
para flauta, clarinete, arpa, piano y vibráfono; “And Then I
Knew ‘Twas Wind”, para flauta, viola y arpa, y no podemos
dejar de nombrar su “I Hear the Water Dreaming” donde la
flauta juega papel de solista junto a la orquesta.
Takemitsu muere en Tokio en 1996, dejando un vasto catálogo
para la flauta.
25

Guía para una clase magistral exitosa J. M.
26
Como estudiantes, es muy importante aprovechar al máximo
los minutos que tendremos en una clase magistral. En
este sentido, vale la pena recoger algunas recomendaciones
que podrán ser beneficiosas a la hora de presentarse
en una clase de este tipo. (Alternaré el uso de profesor y
profesora sin ninguna distinción especial)
1
¿Qué obra seleccionar?
Escojan la obra de acuerdo con la experticia del profesor.
Por ejemplo, si Robert Dick es especialista en
música contemporánea, una sonata de J. S. Bach no sería
una elección adecuada, aunque posiblemente él tenga buenas
ideas acerca del estilo. ¿Cómo saber? Revisen en la Internet
qué obras graba como solista o chequeen programas
de sus recitales o sus biografías artísticas. Tocarle el Solo de
Pajarillo de Omar Acosta a una profesora japonesa puede
no ser la mejor escogencia.
¿Qué estoy tocando?
Deben estar preparados para responder preguntas
sobre las obras escogidas y sus autores. Por ejemplo, si
tocan una obra de Poulenc, deberían conocer su país de
origen, su formación, sus obras más conocidas, a quién fue
dedicada la obra, algún dato extra musical sobre la creación
de la obra, etc. A veces, hay suficiente tiempo para tocar
otra obra, o la profesora pregunta si se tiene preparada otra
obra, esencialmente para demostrar conocimientos en estilos
diferentes.
3
¿Una revelación?
No esperen descubrir la obra con la profesora. Algunos
profesores pueden ser irónicos y retar sus conocimientos.
No vayan desprevenidos. Sepan la estructura
formal de la obra, la tonalidad, el estilo. Por ejemplo, si tocan
la Sonata “Undine” de Reinecke, conozcan la estructura
de la forma sonata en el primer movimiento, dónde está
la recapitulación, en qué tonalidades consiste el desarrollo,
cuáles son los temas principales y dónde se localizan, etc.
Cuando les pregunten la tonalidad, no contesten “si” o “re”,
deben especificar el modo: si mayor, re menor.
2

4
¿Importa el piano?
Si tocan una obra con piano, conozcan la parte de
piano lo más que puedan, aunque nunca la hayan tocado
con un pianista. Por ejemplo, las entradas del Poema
de Griffes o del Concierto de Ibert no son fáciles, a menos
que conozcan la parte de piano a la perfección. Hacerle entender
la parte de piano le puede consumir minutos valiosos
al profesor. Tip: fotocopien ese pedazo de la parte de
piano o toquen directamente de la parte de piano.
Seremos conejillos de indias
Parte de la dinámica de las clases magistrales es
demostrar algún concepto o teoría. Prepárense para
ser utilizados para los ejemplos de ejercicios de sonido, articulación,
legato, etc. Muchas veces no tenemos un problema
grave de ese tipo, pero el profesor quiere enseñar su
concepto al resto de la clase.
6
Mentes abiertas
Si están parados ahí, significa que quieren aprender
de esa profesora en particular, así que deben estar dispuestos
a hacer lo que la profesora les indique, aunque no
estén de acuerdo en algo. No deben discutir acerca de las
opiniones artísticas del profesor y dudar de su conocimiento.
Recuerden que finalmente ustedes tomarán sus propias
decisiones después de analizar cuidadosamente todas las
enseñanzas impartidas.
¿Es una presentación formal?
No. De hecho, muchos profesores les dicen que se
sientan como en su casa. No son conciertos ni recitales,
pero sí deben asumir la actitud de estudiantes serios
y mostrar profesionalismo. Hay ciertas cosas que dan mal
aspecto como estudiante: 1) Presentarse con fotocopias
sueltas: es mejor pegarlas, encuadernarlas o ponerlas en
una carpeta (sería mejor poseer originales). 2) Un pase de
página indeseado: parar en medio de una frase para pasar
una página es una causa de descalificación automática en
una audición o concurso. 3) Una vestimenta inadecuada: no
hay que vestir un smoking o un vestido de gala, pero jeans
rotos, camisetas que descubran el ombligo o mini faldas no
son apropiados. 4) No traer un lápiz.
5
7
Encima de mi hombro
Los profesores no pueden traer la música de todas
las obras compuestas para la flauta. Tengan una copia a
disposición para el profesor y ofrézcansela. El profesor puede
perder algunos detalles de las indicaciones del compositor,
y además, así se guiará rápidamente por las letras y
números de compases. Dar copias o la parte de piano al
profesor es una costumbre más americana que europea.
9
Sí, hay que afinar bien
Recuerden escuchar cuidadosamente la afinación
del piano. De no hacerlo, la profesora gastará varios
minutos enseñándoles cómo afinar.
Siéntanse en su casa
Si existe la oportunidad, toquen y ensayen antes de
la clase en la sala donde ésta se llevará a cabo. Eso
da seguridad y les dará una idea de cómo suena la sala. Un
aspecto menos del cual preocuparse.
11
¿Quién soy yo?
Aunque todos sus compañeros les conozcan, es de
buenos modales presentarse con un saludo de manos
al profesor, decir sus nombres lenta y claramente (en el caso
de los profesores internacionales) y anunciar la obra que
interpretarán. A veces los profesores solicitan más información,
como por ejemplo de dónde vienen, cuántos años
llevan tocando el instrumento y quienes son sus profesores.
¿Y el final?
Al final de las clases, generalmente la profesora pregunta
si tienen alguna pregunta sobre las enseñanzas.
Pueden preguntar sobre algo que no entendieron, sobre
un aspecto que quisieran profundizar o inclusive sobre otro
tema.
13
Chao
Recuerden despedirse de la pianista y del profesor y
agradecerle a éste por su tiempo y enseñanza.
27
8
10
12

Este año tenemos eventos muy importantes en el
mundo de la flauta. En esta sección usted podrá
enterarse de algunos de ellos.
De cursos y concursos
Minerva Moreno
Estudiante de la mención ejecución
instrumental en la UNEARTES.
Asistente de la Orquesta
Filarmónica Nacional. Concertina
de la Orquesta Nacional de Flautas.
Miembro del Ensamble Orfeo.
XIX Curso Internacional de Verano de Flauta
El XIX Curso Internacional de Verano de Flauta, dictado por el holandés Wil
Offermans, tendrá lugar en Sayalonga (Málaga), España, del 21 al 28 de
agosto de 2010. En un ambiente inspirador, el curso cuenta con el enfoque
contemporáneo del flautista y compositor Wil Offermans.
Los temas más importantes a tratar son: técnicas contemporáneas
que desarrollan respiración y sonido (técnicas como sonido de bambú,
armónicos, respiración circular, multifónicos y sonido de aire), movimiento
corporal, improvisación, obras para grupo de flautas (incluyendo flauta bajo
y contrabajo) y noche de música étnica. El curso estará abierto a todos los
flautistas, profesores y estudiantes (de nivel superior o profesional). No se
requiere experiencia en música contemporánea. El idioma principal del curso
es el inglés. Además de holandés, Offermans habla bastante alemán, español,
francés y japonés.
El máximo de participantes es de 20 y todas las clases son grupales. Además,
cada participante tiene una clase individual. El costo es de 475 euros y 445 euros para los
menores de 25 años, lo cual incluye clases, comidas y alojamiento. Si está interesado puede
ir a: http://www.flutesummercourse.com/es/index.html
Clases magistrales “Julius Baker” – El legado continúa
Julius Baker fue uno de los maestros de flauta más importantes de los Estados Unidos. Formó parte de la Facultad de
Juilliard School, del Curtis Institute of Music y de Carnegie Mellon University. También fue primera flauta de la Orquesta
Sinfónica de Chicago y de la Filarmónica de Nueva York. Es probable que usted tenga
una grabación de Julius Baker y no lo sepa. Entre sus alumnos más importantes se
encuentran Jeanne Baxtresser, Paula Robinson, Gary Schocker y Jeffrey Khaner. Varios
de sus alumnos comparten su legado en la XXXI edición anual de “Clases Magistrales
Julius Baker” en la Universidad de Western Connecticut State. Entre ellos están: Sandra
Church, Tadeu Coelho, Bradley Garner, Susan Hoepnner, Trudy Kane, Jeffrey Khaner,
Marina Piccinini, Gary Schocker y Nobutake Shimizu. Estas clases son para alumnos
de todos los niveles y se llevarán a cabo del 1 al 6 de agosto de 2010. El costo para los
participantes es de 715 dólares estadounidenses y de 525 dólares estadounidenses
para los oyentes. La fecha tope para la inscripción es el 15 de mayo de 2010. Para más
información, visite la página web http://www.wcsu.edu/summermusic/baker.asp
28

Flauta en digital
http://www.sibeliusmusic.com/index.php?sm=home.score&scoreID=76472
Glenn Egner fue por muchos años el principal flautista de la Orquesta Sinfónica Venezuela y es reconocido en
Venezuela como uno de los grandes maestros formadores de flautistas. Egner es también afamado por su Método
para Flauta, escrito en la década de los ochenta. En su página, asociada al software de edición de música
Sibelius, encontrarán una serie de obras para flauta que comprende conciertos, música para flauta, flauta y piano,
dúos de flauta, ejercicios, himnos nacionales, música venezolana, música sefardí y música de cámara, entre
otros. Para ver los archivos deben descargar e instalar algunos plugins de la compañía Sibelius, sin costo alguno.
http://www.reneorea.com
http://www.flautistico.com
El flautista venezolano René Orea está residenciado desde hace algunos
años en Canadá. En Venezuela se destacó por sus ejecuciones en
orquestas sinfónicas y como solista del Sistema de Orquestas Juveniles
e Infantiles de Venezuela y la Orquesta Sinfónica de Venezuela. También
destacó por sus composiciones y arreglos, especialmente de música que
involucra a la flauta como principal protagonista. Ha participado en varios
grupos con los cuales ha grabado discos. En esta página conocerán
sus últimas actividades, su biografía, sus composiciones e información
de contacto. También podrán escuchar algunas de sus grabaciones en la
sección mediateca.
Esta página de Internet, ubicada en Argentina, ofrece un excelente compendio de artículos relacionados a la
flauta, así como una agenda actualizada de actividades de flautistas en Argentina y otros países. Además ofrece
clasificados para la compra de flautas y accesorios, y una tienda virtual en donde podrán adquirir libros, partituras
musicales y accesorios, entre otros artículos. En el menú de recursos encontrarán una bibliografía de flautistas,
grabaciones de flautistas argentinos, digitaciones, directorios de compositores y luthieres argentinos, bibliotecas
musicales en Argentina, enlaces de interés para flautistas y representantes de fábricas de instrumentos.
http://www.venezuelademo.com
Venezuela Demo es una colección de música venezolana que recoge una gran cantidad de grupos de diversos
géneros. Esta iniciativa, realizada por un equipo de artistas venezolanos,
nace a partir de la obligación legal impuesta a las radios de transmitir
música producida en Venezuela. La colección fue financiada por
el Gobierno nacional y de esa manera suple la posible carencia de material
musical venezolano en las radios. Cada disco contiene un tema
musical completo, información detallada en formato pdf de cada uno
de los grupos, datos de la grabación e información de contacto. A toda
esa información, incluyendo los temas completos, se puede acceder a
través de esta página de Internet, que se ha convertido en una de las
más importantes recopilaciones de música venezolana en la red.
29
J. M.

Notas finales
30

La flautista, compositora y docente Carmen Liliana Marulanda es de origen colombiano y reside en Venezuela
desde hace algunos años. Muchas de sus composiciones están dedicadas a lograr avances musicales y técnicos en
los alumnos de flauta, como en el caso de esta obra en la cual, según sus palabras: “intervienen escalas tonales,
modales e inventadas”. Scalattina III es la tercera de tres pequeñas fantasías para flauta traversa y piano. Carmen
Liliana obtuvo una licenciatura en pedagogía musical en la Universidad Pedagógica Nacional de Colombia y es
flautista fundadora, arreglista y compositora del grupo “Camaradería” de Bogotá. Trabajó como docente en la
Fundación Batuta y la Academia Luis A. Calvo, y ha recibido clases de composición con Paul Desenne y Beatriz
Bilbao.
31

Número 4. Año 2.
Segundo trimestre, 2010.
EDITOR:
Javier Montilla
DISEÑO:
Irene Ramírez
COLABORADORES:
María Gabriela Rodríguez
Michel Debost
Huáscar Barradas
Gilberto Márquez
Ella Josefina Petit
Manuel Rojas
Elvis Suárez
Minerva Moreno
Carmen L. Marulanda
Carlos Fuguet
REVISIÓN DE TEXTOS:
Yraida Sánchez
DEPÓSITO LEGAL:
PP200802DC2943
ISNN:
1856-9250
Asociación Nacional “Flautistas de Venezuela”
www.flautistasdevenezuela.com
Distribución gratuita gracias al patrocinio del
Ministerio del Poder Popular para la Cultura
de la República Bolivariana de Venezuela.
Si desea escribir para la revista o aportar alguna sugerencia, por favor,
contáctenos a través del correo electrónico:
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