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Vitrina de joyería romántica, Sala XV - Museo del Romanticismo

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MARZO 2011<br />

La pieza <strong>de</strong>l mes…<br />

<strong>Vitrina</strong> <strong>de</strong> <strong>joyería</strong> <strong>romántica</strong><br />

<strong>Sala</strong> <strong>XV</strong>. BOUDOIR<br />

Merce<strong>de</strong>s Rodríguez Collado<br />

Técnico <strong>de</strong> <strong>Museo</strong>s. <strong>Museo</strong> <strong>de</strong>l <strong>Romanticismo</strong>


ÍNDICE<br />

1. EL BOUDOIR EN LAS CASAS DEL SIGLO XIX<br />

2. JOYERÍA FEMENINA DURANTE EL SIGLO XIX. LA<br />

COLECCIÓN DEL MUSEO DEL ROMANTICISMO<br />

2.1. JOYERÍA ELEGANTE<br />

2.2. JOYERÍA DE USO COTIDIANO<br />

2.3. JOYERÍA DE LUTO<br />

2.4. OTROS: PEINETAS. CAJAS Y JOYEROS<br />

3. BIBLIOGRAFÍA<br />

La mujer va a alcanzar un gran protagonismo en el periodo romántico. Por un lado,<br />

ligada al ámbito doméstico en su papel <strong>de</strong> madre; por otro lado, como esposa,<br />

acompañando a su marido en los actos nocturnos, lujosamente ataviada y adornada<br />

con infinidad <strong>de</strong> alhajas, representando la riqueza familiar. Para ello, atesoraba una<br />

serie <strong>de</strong> adminículos que, a la vez que hacían resaltar su belleza, le permitían ser<br />

reconocida como miembro <strong>de</strong> una clase privilegiada que tenía acceso a este tipo <strong>de</strong><br />

piezas tan importantes en el ajuar femenino<br />

Esta vitrina, ubicada en el boudoir, habitación don<strong>de</strong> la mujer <strong>de</strong>cimonónica se<br />

refugiaba y centro <strong>de</strong> sus más íntimas activida<strong>de</strong>s, nos muestra los objetos más<br />

característicos utilizados por las damas en el periodo romántico: miniaturas, joyas y<br />

cajas para guardarlas.<br />

2


1. EL BOUDOIR EN LAS CASAS DEL SIGLO XIX<br />

La casa burguesa se presenta como un espacio don<strong>de</strong> se <strong>de</strong>sarrolla no sólo la vida<br />

cotidiana <strong>de</strong> sus habitantes, sino que se muestra también como el reflejo <strong>de</strong> la<br />

posición social <strong>de</strong> la familia, manifestada en los cuadros, muebles, relojes,<br />

porcelanas, etc.<br />

La vivienda <strong>de</strong>l siglo XIX se va a convertir en el escenario <strong>de</strong> la representación social.<br />

El hogar se va a compartimentar en multitud <strong>de</strong> estancias, cada una <strong>de</strong> las cuales<br />

tiene una función concreta que se correspon<strong>de</strong> con las diferentes activida<strong>de</strong>s y actos<br />

sociales <strong>de</strong> la vida familiar. Nos encontramos con una clara <strong>de</strong>limitación zonal entre<br />

los espacios públicos (el salón, el comedor y el gabinete) y los espacios <strong>de</strong> carácter<br />

privado: unos en la esfera masculina (<strong>de</strong>spacho y fumoir) y otros <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l ámbito<br />

femenino (alcoba y boudoir).<br />

El boudoir tiene su origen en el siglo <strong>XV</strong>III, cuando surge el concepto <strong>de</strong> privacidad y<br />

confort en las casas <strong>de</strong> la burguesía. Esta estancia aparece como la habitación<br />

principal <strong>de</strong> las pequeñas casas o petites maisons don<strong>de</strong> los aristócratas viven sus<br />

amores clan<strong>de</strong>stinos. A estas casitas se les solía llamar también folies (locuras). Por<br />

tanto el boudoir, que aparece en la Francia Rococó como un espacio para la<br />

ocupación femenina, se empieza a asociar a las relaciones sexuales ilícitas. El<br />

marqués <strong>de</strong> Sa<strong>de</strong> en<br />

su obra Philosophie dans le boudoir, lo <strong>de</strong>fine como un lugar para las intrigas<br />

eróticas.<br />

En el siglo XIX cambia totalmente el concepto <strong>de</strong> esta habitación que pasa a ser<br />

el autentico santuario <strong>de</strong> la intimidad<br />

femenina, y el reflejo <strong>de</strong> sus activida<strong>de</strong>s. En<br />

esta estancia, reservada a aquellas personas<br />

que gozaban <strong>de</strong> la estrecha confianza <strong>de</strong> la<br />

dueña <strong>de</strong> la casa, la mujer intercambiaba<br />

confi<strong>de</strong>ncias con las amigas a las que hacía<br />

participes <strong>de</strong> sus secretos, leía, cosía y<br />

bordaba, respondía a la correspon<strong>de</strong>ncia y<br />

planeaba su agenda. Es asimismo el espacio<br />

don<strong>de</strong> la coqueta <strong>de</strong>splegaba todas sus artes<br />

para agradar y estar bella. Aquí la dama se<br />

encontraba a sus anchas; podía quedarse en<br />

elpeinador y proce<strong>de</strong>r tranquilamente a su<br />

toilette matinal, arreglarse para el teatro o una<br />

fiesta con ayuda <strong>de</strong> su doncella. En esta<br />

habitación guardaba asimismo sus ropas y sus<br />

joyas.<br />

La toillette<br />

Porcelana <strong>de</strong> Sèvres<br />

ca. 1865<br />

<strong>Sala</strong> <strong>XV</strong> (Boudoir)<br />

3


La mujer en este momento se convierte en “el ángel <strong>de</strong>l hogar” y queda relegada al<br />

ámbito doméstico: cuidado <strong>de</strong> los hijos y <strong>de</strong> la resi<strong>de</strong>ncia familiar. La casa, por tanto,<br />

aparecería como un feudo en el que la dama alcanza un papel relevante en la<br />

<strong>de</strong>coración <strong>de</strong> los interiores, encargándose <strong>de</strong>l ornato <strong>de</strong> la vivienda familiar. El<br />

boudoir, ubicado generalmente entre la sala <strong>de</strong> los niños y la alcoba, solía ser una<br />

estancia muy amplia y una <strong>de</strong> las habitaciones más ornamentadas <strong>de</strong> toda la casa.<br />

Nadie podía penetrar en ella sin el consentimiento <strong>de</strong> su<br />

dueña que elegía los objetos más suntuosos y las telas<br />

más lujosas como el damasco <strong>de</strong> seda o el raso. De esta<br />

forma, el espacio femenino se convierte en un lugar lleno<br />

<strong>de</strong> encanto, perfumado y <strong>de</strong>corado con gran armonía y<br />

suaves colores. En este sentido todo el protagonismo<br />

recae en los tejidos aplicados a cortinas, alfombras,<br />

tapicerías o recubrimiento <strong>de</strong> las pare<strong>de</strong>s, totalmente<br />

coordinados, <strong>de</strong> color claro y <strong>de</strong> un solo matiz.<br />

Dammenzimmer<br />

Wasmuth, E. (G. y E.L) y Curton, E. (D.)<br />

ca. 1875<br />

Cromolitografía<br />

En este ámbito privado el mobiliario y los objetos que acompañan a sus moradores<br />

en la vida diaria cumplen funciones concretas, tal es el caso <strong>de</strong> los muebles que<br />

<strong>de</strong>coran el boudoir <strong>de</strong>l <strong>Museo</strong> <strong>de</strong>l <strong>Romanticismo</strong>. Aquí encontramos junto a una<br />

sillería y un velador <strong>de</strong> influencia filipina , <strong>de</strong> ma<strong>de</strong>ra lacada con incrustaciones <strong>de</strong><br />

nácar, un entredós <strong>de</strong> estilo chinesco y un bonheur du jour en papel maché con<br />

incrustaciones <strong>de</strong> nácar,<br />

que combina las funciones<br />

<strong>de</strong> escritorio, contador,<br />

caja <strong>de</strong> costura y mesa <strong>de</strong><br />

ajedrez.<br />

Estas piezas, <strong>de</strong> carácter<br />

eminentemente femenino,<br />

se pue<strong>de</strong>n asociar a las<br />

funciones que cumplía<br />

esta estancia: recibir<br />

visitas <strong>de</strong> confianza<br />

(sillería), tomar el té<br />

(velador), leer, escribir<br />

cartas y coser (bonheur<br />

du jour) o guardar sus<br />

más preciados objetos<br />

(entredós).<br />

<strong>Sala</strong> <strong>XV</strong> (Boudoir). <strong>Museo</strong> <strong>de</strong>l <strong>Romanticismo</strong><br />

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2. JOYERÍA FEMENINA EN EL ROMANTICISMO<br />

Durante el periodo romántico van a coexistir diversos tipos <strong>de</strong> joyas: una <strong>joyería</strong><br />

elegante, elaborada con finos materiales y gemas; otra <strong>de</strong> uso cotidiano, realizada<br />

con materiales más corrientes y una <strong>joyería</strong> <strong>de</strong> luto o sentimental. Todas ellas están<br />

representadas en esta vitrina.<br />

La rígida etiqueta <strong>de</strong>cimonónica estipulaba las prendas que la mujer <strong>de</strong>bía lucir en<br />

cada momento <strong>de</strong>l día, utilizando un <strong>de</strong>terminado traje en función <strong>de</strong> la actividad que<br />

se fuera a realizar. Asistir a una comida, una cena, un baile o una visita, requería un<br />

tipo <strong>de</strong> indumentaria diferente. De la misma forma, las joyas que acompañaban a<br />

cada uno <strong>de</strong> los trajes, en consonancia con aquél, eran también enormemente<br />

variadas. Surge así una <strong>joyería</strong> utilizada para los actos diurnos, mucho más sencilla,<br />

y otra para lucirla por la noche, realizada con perlas, brillantes, diamantes y otras<br />

piedras preciosas.<br />

Por otro lado, tanto la edad como el estado civil <strong>de</strong> la dama establecían los mo<strong>de</strong>los<br />

<strong>de</strong> indumentaria y adornos que <strong>de</strong>bía llevar. Según este protocolo, las mujeres<br />

solteras habían <strong>de</strong> presentarse con un atuendo y unas joyas sencillas y discretas. Las<br />

casadas, por el contrario, podían llevar alhajas más lujosas, realizadas en oro y<br />

adornadas con brillantes o diamantes, que solían ser un regalo <strong>de</strong>l marido. Por tanto,<br />

las lucían cuando aparecían con él, es <strong>de</strong>cir, en cenas, fiestas, bailes salidas al teatro<br />

o a la ópera.<br />

Francia, centro <strong>de</strong> la moda durante todo el siglo XIX, es el país que marca las<br />

ten<strong>de</strong>ncias en la <strong>joyería</strong> <strong>de</strong> este momento y don<strong>de</strong> vamos a ver aparecer las<br />

principales noveda<strong>de</strong>s en este campo, que posteriormente seguirán el resto <strong>de</strong> países<br />

europeos. En 1853 el matrimonio <strong>de</strong> Napoleón III con Eugenia <strong>de</strong> Montijo inaugura<br />

una nueva edad <strong>de</strong> oro en el comercio <strong>de</strong> la <strong>joyería</strong>. La emperatriz, gran amante <strong>de</strong> la<br />

moda y las joyas, impulsa una renovación <strong>de</strong> la orfebrería que se llevará a cabo<br />

durante la segunda mitad <strong>de</strong>l siglo XIX.<br />

Ante la gran solicitud <strong>de</strong> piezas <strong>de</strong> todo tipo, los orfebres y joyeros se vieron en la<br />

necesidad <strong>de</strong> buscar nuevos materiales con que satisfacer esta <strong>de</strong>manda. El oro, la<br />

plata y las piedras preciosas siguieron utilizándose en la fabricación <strong>de</strong> joyas, pero<br />

frente a ellas, se emplearon nuevos materiales como la ebonita, que sustituyó al<br />

azabache, el celuloi<strong>de</strong>, para imitar el marfil, los cristales coloreados o el strass en vez<br />

<strong>de</strong> las piedras preciosas.<br />

Asimismo, veremos surgir infinidad <strong>de</strong> innovaciones técnicas que se aplicarán a la<br />

fabricación <strong>de</strong> joyas, como las prensas manuales que troquelaban el dibujo en la<br />

lámina <strong>de</strong> oro, así como la técnica <strong>de</strong> cannetille, tipo <strong>de</strong> filigrana que forma una fina<br />

malla en la que se insertan pequeñas esferillas. Las Exposiciones Universales que se<br />

sucedieron durante todo el siglo XIX contribuyeron a difundir todos estos avances<br />

técnicos, que tanto afectaron a las artes <strong>de</strong>corativas y, en concreto, a la <strong>joyería</strong><br />

Respecto a la tipología, hay que <strong>de</strong>stacar el uso <strong>de</strong> los a<strong>de</strong>rezos, compuestos por<br />

collar, pendientes, broche, anillo, brazalete, tiara o dia<strong>de</strong>ma y <strong>de</strong> los semia<strong>de</strong>rezos<br />

5


(collar, anillo o brazalete y pendientes). Por otro lado, los constantes cambios en la<br />

toilette femenina, <strong>de</strong>rivados <strong>de</strong> su intensa vida social, lleva a los orfebres a realizar<br />

joyas que se puedan transformar según la ocasión; así podremos ver dia<strong>de</strong>mas<br />

<strong>de</strong>smontables que se convierten en broches o pulseras que al usarse juntas forman<br />

un collar.<br />

2.1. JOYERÍA ELEGANTE<br />

La <strong>joyería</strong> aparece en el periodo romántico como un claro distintivo <strong>de</strong> prestigio<br />

social. Las damas se esfuerzan por llevar las joyas más espectaculares, realizadas<br />

con materiales ricos como el oro, brillantes, diamantes y otras piedras preciosas <strong>de</strong><br />

colores que se lucían por la noche, cuando su brillo se reflejaba a la luz <strong>de</strong> las velas.<br />

La pesa<strong>de</strong>z <strong>de</strong>l vestido femenino <strong>de</strong> los años 30 y<br />

40, hace que las alhajas, como complemento<br />

indispensable <strong>de</strong> aquél, sean también pesadas y<br />

recargadas. Los trajes que las mujeres llevaban en<br />

este periodo van a contribuir a la exhibición <strong>de</strong> este<br />

tipo <strong>de</strong> joyas. De esta forma, los vestidos <strong>de</strong> noche,<br />

sin mangas y con gran<strong>de</strong>s escotes, permitieron<br />

mostrar collares y pulseras <strong>de</strong> gran vistosidad. Por<br />

otro lado, los llamativos peinados que las damas<br />

lucían en este periodo se resaltaban mediante<br />

dia<strong>de</strong>mas colocadas en lo alto <strong>de</strong> su tocado.<br />

Ángel María Cortellini<br />

Rita Romero<br />

1863<br />

Óleo / lienzo<br />

Inv. 0559<br />

Escalera<br />

El tema floral marcó el gusto en la <strong>joyería</strong> <strong>de</strong> la segunda mitad <strong>de</strong>l siglo XIX. Las<br />

nuevas técnicas y materiales permiten imitar infinidad <strong>de</strong> flores que, como veremos,<br />

aparecen en la <strong>de</strong>coración <strong>de</strong> joyas femeninas <strong>de</strong> forma repetitiva. Las alhajas <strong>de</strong>l<br />

período romántico se van a caracterizar por reflejar la naturaleza a través <strong>de</strong> multitud<br />

<strong>de</strong> diseños, hecho propiciado por un creciente interés por la botánica. Este<br />

naturalismo, claramente relacionado con la influencia goticista a la que asistiremos<br />

en este momento, tuvo su reflejo en una gran diversidad <strong>de</strong> joyas compuestas a base<br />

<strong>de</strong> flores y hojas, realizadas <strong>de</strong> forma más realista y con una mayor<br />

tridimensionalidad. Muchas <strong>de</strong> ellas se adornaron con piedras preciosas como los<br />

diamantes, dando como resultado unas piezas espectaculares.<br />

Una <strong>de</strong> las características <strong>de</strong> la <strong>joyería</strong> <strong>romántica</strong> es su interés por dotar <strong>de</strong><br />

movimiento a las alhajas. Esto se consiguió con la técnica <strong>de</strong> montura en tembla<strong>de</strong>ra,<br />

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consistente en el ensamblaje <strong>de</strong> la joya sobre un resorte que producía en las flores y<br />

hojas un balanceo natural que se acrecentaba cuando la mujer caminaba o bailaba.<br />

El <strong>Romanticismo</strong> es la verda<strong>de</strong>ra época <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong>l lenguaje <strong>de</strong> las flores,<br />

empleado como un sistema <strong>de</strong> comunicación entre los amantes. De esta manera,<br />

enviar un ramo <strong>de</strong> rosas rojas simbolizaba un amor apasionado; las rosas blancas,<br />

por su parte, significaban la virtud y la castidad. Las lilas encarnaban las primeras<br />

emociones <strong>de</strong>l amor y la margarita expresaba inocencia y pureza. En este sentido,<br />

fueron muy populares los manuales que explicaban el significado propio <strong>de</strong> cada flor<br />

y que se publicaron durante todo el siglo XIX.<br />

Las alhajas representativas <strong>de</strong> la <strong>joyería</strong> elegante, que se muestran en esta vitrina,<br />

correspon<strong>de</strong>n a un broche-tembla<strong>de</strong>ra, un brazalete y un magnífico a<strong>de</strong>rezo. Todas<br />

estas piezas se caracterizan por estar realizadas con materiales <strong>de</strong> gran riqueza como<br />

el oro y los brillantes, así como por su elaborada ejecución técnica.<br />

Broche-tembla<strong>de</strong>ra<br />

Oro y diamantes<br />

Mediados <strong>de</strong>l siglo XIX<br />

Inv. 2659<br />

<strong>Sala</strong> <strong>XV</strong> (Boudoir)<br />

Realizado en oro amarillo y<br />

blanco, este broche, ejecutado<br />

con técnica en tembla<strong>de</strong>ra, para<br />

que pudiera vibrar con el<br />

movimiento <strong>de</strong>l cuerpo, tiene<br />

forma <strong>de</strong> rama articulada en<br />

cuatro partes, compuesta por un<br />

tallo <strong>de</strong> hojas <strong>de</strong> acanto y flor<br />

central <strong>de</strong> cinco pétalos con<br />

diamantes talla rosa engastados.<br />

Cierre <strong>de</strong> bisagra y alfiler. Una<br />

particularidad <strong>de</strong> esta joya es la<br />

posibilidad <strong>de</strong> <strong>de</strong>smontarse,<br />

permitiendo utilizarla con más o<br />

menos piezas según el momento<br />

en que fuera a lucirse.<br />

Asimismo, presenta un carácter polivalente ya que podía convertirse en adorno <strong>de</strong><br />

cabeza. Esto posibilitaría a la dama usarlo en numerosas ocasiones <strong>de</strong> forma<br />

diferente.<br />

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El brazalete tuvo una gran difusión entre los adornos femeninos <strong>de</strong>l siglo XIX. Las<br />

mujeres nunca lo llevaban como única alhaja, sino que se lucían en grupos <strong>de</strong> dos o<br />

más en cada brazo.<br />

Esta joya, realizada en oro y brillantes, está compuesta por tres eslabones<br />

rectangulares articulados, con una flor central<br />

superpuesta, que podía montarse o <strong>de</strong>smontarse según<br />

la ocasión en que fuera a lucirse. Asimismo, este<br />

apéndice podía utilizarse como broche o colgando <strong>de</strong>l<br />

cuello ensartado en una ca<strong>de</strong>na.<br />

Brazalete<br />

Oro y piedras preciosas<br />

Mediados <strong>de</strong>l siglo XIX<br />

Inv. 6252<br />

<strong>Sala</strong> <strong>XV</strong> (Boudoir)<br />

Este espectacular a<strong>de</strong>rezo, concebido para lucirse con un traje <strong>de</strong> fiesta, está<br />

realizado en oro <strong>de</strong> varios tonos y compuesto<br />

por dia<strong>de</strong>ma, collar, pendientes y broche.<br />

El capullo <strong>de</strong> la rosa, alternando con otros<br />

motivos vegetales, conforma la <strong>de</strong>coración<br />

principal <strong>de</strong> este conjunto. El empleo <strong>de</strong> los<br />

tres tonos en el oro contribuye a acentuar la<br />

riqueza <strong>de</strong> estas joyas.<br />

Una particularidad <strong>de</strong>stacada es el sentido <strong>de</strong><br />

movilidad presente en los distintos elementos<br />

<strong>de</strong>l a<strong>de</strong>rezo, tal es el caso <strong>de</strong> la dia<strong>de</strong>ma y el<br />

broche, fabricados con montura en<br />

tembla<strong>de</strong>ra.<br />

Muchas <strong>de</strong> las noveda<strong>de</strong>s que surgen en el<br />

campo <strong>de</strong> la <strong>joyería</strong> en los años 30, periodo en<br />

que pue<strong>de</strong>n fecharse estas alhajas, están<br />

presentes en este a<strong>de</strong>rezo. Entre todas ellas<br />

<strong>de</strong>staca la aplicación <strong>de</strong> la técnica <strong>de</strong><br />

cannetille, tipo <strong>de</strong> filigrana que forma una fina<br />

malla en la que se insertan pequeñas esferillas.<br />

Mediante este procedimiento, se conseguía<br />

imprimir a las piezas un mayor volumen,<br />

empleando una menor cantidad <strong>de</strong> oro.<br />

A<strong>de</strong>rezo<br />

Oro<br />

ca. 1830<br />

Inv. 2053/1-5<br />

<strong>Sala</strong> <strong>XV</strong> (Boudoir)<br />

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2.2. JOYERÍA DE USO COTIDIANO<br />

Durante el día, para las activida<strong>de</strong>s cotidianas, la mujer se ataviaba <strong>de</strong> forma más<br />

sencilla y recatada, con trajes cerrados <strong>de</strong> manga larga y la cabeza siempre cubierta<br />

por una capota. Este tipo <strong>de</strong> indumentaria propiciaba que las damas lucieran unas<br />

joyas más discretas.<br />

Del mismo modo, las alhajas que utilizaba, menos espectaculares, estaban realizadas<br />

en materiales más corrientes como el oro bajo o la plata y adornadas con esmalte,<br />

aljófares, perlas o piedras semipreciosas.<br />

Max Von Bohen en su extraordinaria obra sobre la indumentaria y sus complementos,<br />

al hablar <strong>de</strong> la <strong>joyería</strong> <strong>de</strong>cimonónica comenta:<br />

“Se llevaban alhajas <strong>de</strong> noche pero también <strong>de</strong> día, sin consi<strong>de</strong>rar nunca que fueran<br />

excesivas. El ámbar, el cristal <strong>de</strong> roca, las perlas <strong>de</strong> cristal veneciano, las labores<br />

hechas con cabellos y las perlas romanas se consi<strong>de</strong>raban como adornos propios para<br />

lucirlos durante el día… Se utilizaron con acierto los efectos <strong>de</strong> los esmaltes<br />

policromos”<br />

(BOHEN, 1944: 288).<br />

Las piezas expuestas, ejemplo <strong>de</strong> alhajas <strong>de</strong> uso cotidiano, correspon<strong>de</strong>n a un<br />

conjunto <strong>de</strong> joyas en esmalte que presentan como motivo principal un busto<br />

femenino, unos sencillos pendientes <strong>de</strong> oro y perlas, así como diversas piezas<br />

representativas <strong>de</strong> la <strong>joyería</strong> <strong>de</strong> luto.<br />

CONJUNTO DE JOYAS DE ESMALTE Y ORO<br />

Hacia 1830 los orfebres dan rienda suelta a su imaginación reinterpretando los<br />

mo<strong>de</strong>los góticos o renacentistas. Inspirándose en estos estilos, realizarán una serie<br />

<strong>de</strong> joyas, compuestas con un gran virtuosismo, que utilizan técnicas como el esmalte,<br />

representando a mujeres o animales fantásticos afrontados a la forma <strong>de</strong> los<br />

ornamentistas <strong>de</strong>l siglo <strong>XV</strong>I. Estos mo<strong>de</strong>los se aplicarán a un gran número <strong>de</strong> piezas.<br />

En esta vitrina se exhibe una muestra <strong>de</strong> alhajas compuesta por dos brazaletes, dos<br />

pares <strong>de</strong> pendientes y dos broches, realizados en oro, esmalte e incrustaciones <strong>de</strong><br />

aljófar y brillantitos. Todas ellas presentan como motivo principal un busto femenino<br />

<strong>de</strong> perfil.<br />

Este tipo <strong>de</strong> piezas en esmalte pintado y <strong>de</strong>coradas con bustos femeninos, se<br />

pusieron muy <strong>de</strong> moda en el siglo XIX, principalmente en Suiza, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> don<strong>de</strong> se<br />

extendieron hacia el resto <strong>de</strong> Europa. El esmalte proporcionaba a las joyas un gran<br />

colorido, permitiendo realizar alhajas muy <strong>de</strong>corativas en las que la mujer aparece<br />

como única protagonista.<br />

9


Brazalete<br />

Oro, esmalte y perlas<br />

Mediados <strong>de</strong>l siglo XIX<br />

Inv. 2660<br />

<strong>Sala</strong> <strong>XV</strong> (Boudoir)<br />

Broche<br />

Oro, esmalte y perlas<br />

Mediados <strong>de</strong>l siglo XIX<br />

Inv. 2678<br />

<strong>Sala</strong> <strong>XV</strong> (Boudoir)<br />

Broche<br />

Oro, esmalte y perlas<br />

Mediados <strong>de</strong>l siglo XIX<br />

Inv. 2680<br />

<strong>Sala</strong> <strong>XV</strong> (Boudoir)<br />

Pendientes<br />

Oro, esmalte y perlas<br />

Mediados <strong>de</strong>l siglo XIX<br />

Inv. 2661<br />

<strong>Sala</strong> <strong>XV</strong> (Boudoir)<br />

Brazalete<br />

Oro, esmalte y perlas<br />

Mediados <strong>de</strong>l siglo XIX<br />

Inv. 2679<br />

<strong>Sala</strong> <strong>XV</strong> (Boudoir)<br />

Pendientes<br />

Oro, esmalte y perlas<br />

Inv. 2681<br />

<strong>Sala</strong> <strong>XV</strong> (Boudoir)<br />

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PENDIENTES DE ORO Y PERLAS<br />

Estos pequeños pendientes, <strong>de</strong>corados con motivos naturalistas cincelados y calados,<br />

presentan una roseta <strong>de</strong> seis pétalos con pequeña perlita central sobre fondo <strong>de</strong><br />

hojas y un segundo cuerpo colgante semiesférico con <strong>de</strong>coración calada y botón con<br />

perla central.<br />

Esta joya, que pue<strong>de</strong> fecharse en pleno periodo<br />

romántico, muestra un carácter más sencillo que<br />

la hace idónea para lucirla con un discreto traje<br />

como los que las mujeres llevaban durante el día.<br />

2.3. JOYERIA DE LUTO<br />

Estos pendientes, que se exhiben en su estuche<br />

original, proce<strong>de</strong>n según su etiqueta impresa, <strong>de</strong><br />

la <strong>joyería</strong> madrileña Pérez Gómez, ubicada en la<br />

calle <strong>de</strong>l Carmen nº 21.<br />

Pendientes<br />

Oro y perlas<br />

Mediados <strong>de</strong>l siglo XIX<br />

Inv. 481<br />

<strong>Sala</strong> <strong>XV</strong> (Boudoir)<br />

Durante el siglo XIX el duelo por la muerte <strong>de</strong> un ser querido se manifestaba en la<br />

utilización <strong>de</strong> una serie <strong>de</strong> prendas <strong>de</strong> indumentaria y sus correspondientes<br />

complementos. Todos ellos tenían unas características muy concretas, siendo la<br />

principal el empleo <strong>de</strong>l color negro en el traje, o el uso <strong>de</strong> <strong>de</strong>terminados materiales<br />

como el azabache, la ebonita o el cabello <strong>de</strong> los difuntos.<br />

En esta vitrina se presentan diversas joyas empleadas en el periodo <strong>de</strong> luto: una<br />

pulsera <strong>de</strong> pelo con broche <strong>de</strong> oro y una caja <strong>de</strong> cartón con una fotografía en su tapa,<br />

representando a una dama que luce una pulsera similar, así como un broche también<br />

<strong>de</strong> pelo en forma <strong>de</strong> serpiente, que, como símbolo <strong>de</strong> la eternidad, es un animal<br />

asociado a la muerte <strong>de</strong>s<strong>de</strong> tiempos inmemoriales.<br />

El culto <strong>de</strong> los cabellos como recordatorio <strong>de</strong> un familiar difunto está documentado ya<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el Renacimiento, cuando se conservaron pequeños mechones que se<br />

guardaban en la parte posterior <strong>de</strong> las joyas u otros objetos. Posteriormente, en el<br />

siglo <strong>XV</strong>III, se comienza a practicar una artesanía <strong>de</strong> objetos confeccionados con<br />

cabellos. Los primeros gremios <strong>de</strong> artesanos <strong>de</strong> cabello se crean en Francia en esta<br />

época. Durante el siglo XIX en Gran Bretaña se hicieron muy populares a raíz <strong>de</strong> la<br />

muerte <strong>de</strong>l príncipe Alberto, en 1861. La reina Victoria, <strong>de</strong>solada por la muerte <strong>de</strong> su<br />

marido, se impuso un riguroso duelo que incluía el adorno con este tipo <strong>de</strong> alhajas. A<br />

imitación <strong>de</strong> la soberana, un gran número <strong>de</strong> mujeres adoptaron los adornos<br />

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ealizados con cabellos <strong>de</strong>l difunto como ejemplo <strong>de</strong> <strong>joyería</strong> <strong>de</strong> luto, viviéndose<br />

durante el <strong>Romanticismo</strong> la época <strong>de</strong> apogeo <strong>de</strong> las joyas <strong>de</strong> pelo.<br />

Los mo<strong>de</strong>los para estas labores se presentaban en cua<strong>de</strong>rnos litografiados que<br />

alcanzaron gran divulgación. Uno <strong>de</strong> los primeros fue el que se editó en París en<br />

1859, firmado por M. Carné, conteniendo 522 muestras.<br />

Pulsera<br />

Oro y cabello natural<br />

Inv. 6238<br />

<strong>Sala</strong> <strong>XV</strong> (Boudoir)<br />

Broche<br />

Oro y cabello natural<br />

Inv. 6239<br />

<strong>Sala</strong> <strong>XV</strong> (Boudoir)<br />

Estos objetos eran ejecutados por artesanos que se<br />

especializaron en trabajar el cabello. Para ello primero se<br />

lavaba el pelo. Una vez limpio se pasaba a una paleta<br />

don<strong>de</strong> se manipulaba. En primer lugar, se dividía en<br />

mechones, trabajándose con unas pinzas con las que se<br />

trenzaba o se le daba la forma <strong>de</strong>seada según fuera a ser<br />

utilizado para realizar una composición o a una joya.<br />

En el caso <strong>de</strong> las joyas realizadas con cabello, su<br />

fabricación se realizaba a partir <strong>de</strong> mechones trenzados.<br />

Estas trenzas, una vez terminadas se sumergían en agua<br />

hirviendo con el fin <strong>de</strong> que se pusieran rígidas.<br />

Posteriormente se pasaban a manos <strong>de</strong> los joyeros, los<br />

cuales las montaban según fuesen a ser empleadas para<br />

un tipo <strong>de</strong> joya <strong>de</strong>terminado, poniéndoles un broche o<br />

guardapelo si iban a ser utilizadas como collar<br />

pulsera, o bien engarzándolas en oro u otro metal como<br />

ocurría con las sortijas, broches o pendientes.<br />

Caja<br />

Cartón y fotografía<br />

Inv. 1155<br />

El escritor español Benito Pérez Galdós en su obra La <strong>de</strong><br />

Bringas, hace alusión a la costumbre <strong>de</strong> realizar, con el cabello <strong>de</strong> los familiares<br />

difuntos, piezas <strong>de</strong>corativas que recordaran a la persona fallecida:<br />

“…Un año antes se había llevado <strong>de</strong> este mundo, para adornar con ella su gloria, a la<br />

mayor <strong>de</strong> las hijas <strong>de</strong> Pez, interesante señorita <strong>de</strong> quince años. La <strong>de</strong>sconsolada<br />

madre conservaba los hermosos cabellos <strong>de</strong> Juanita y andaba buscando un habilidoso<br />

que hiciera con ellos una obra conmemorativa y ornamental.” (PÉREZ GALDÓS,<br />

1997:58.)<br />

12


Otro material presente en la <strong>joyería</strong> <strong>de</strong> luto fue la ebonita. Mezcla <strong>de</strong> caucho, azufre y<br />

aceite <strong>de</strong> linaza, fue un material surgido en 1839 <strong>de</strong> la mano <strong>de</strong>l inventor americano<br />

Charles Goodyear (1800-1860). Su presentación en sociedad tuvo lugar en la<br />

exposición <strong>de</strong> Londres <strong>de</strong> 1851. Ante la <strong>de</strong>manda <strong>de</strong> piezas <strong>de</strong> azabache,<br />

imprescindibles en la <strong>joyería</strong> <strong>de</strong> luto femenino, Goodyear inventó un material mucho<br />

más barato, y también <strong>de</strong> color negro, que se elaboraba mediante la técnica <strong>de</strong>l<br />

mol<strong>de</strong>ado, permitiendo una fabricación masiva <strong>de</strong><br />

piezas.<br />

Las joyas realizadas con este nuevo material, que se<br />

exponen en esta vitrina, correspon<strong>de</strong>n a un broche<br />

y unos pendientes representando una mano que<br />

sujeta una rosa. Su significado simbólico “no me<br />

olvi<strong>de</strong>s”, hacía alusión al recuerdo constante <strong>de</strong>l<br />

difunto.<br />

Conjunto <strong>de</strong> broche y pendientes<br />

Ebonita y metal<br />

ca. 1860<br />

Broche: Inv. 1161<br />

Pendientes: Inv. 6275<br />

<strong>Sala</strong> <strong>XV</strong> (Boudoir)<br />

COLGANTE GUARDAPELO<br />

Este colgante, <strong>de</strong>pósito <strong>de</strong>l <strong>Museo</strong> Nacional <strong>de</strong> Artes Decorativas, es un ejemplo <strong>de</strong><br />

<strong>joyería</strong> sentimental. Este tipo <strong>de</strong> joyas, originarias <strong>de</strong> la Inglaterra victoriana, se<br />

difundieron por toda Europa.<br />

Realizado en oro, está compuesto por una ca<strong>de</strong>na articulada <strong>de</strong> la que pen<strong>de</strong> el<br />

colgante- guardapelo <strong>de</strong> forma ovalada que contiene en su interior un mechón <strong>de</strong><br />

pelo. Exteriormente va <strong>de</strong>corado por una cabeza <strong>de</strong> ángel con<br />

alas, y a la izquierda tres estrellas, que son diamantes<br />

facetados embutidos. En la parte <strong>de</strong> arriba aparece una paloma<br />

en esmalte.<br />

Esta alhaja pue<strong>de</strong> ponerse en relación con la <strong>joyería</strong> <strong>de</strong> luto,<br />

alusiva en este caso a la muerte <strong>de</strong> un niño, simbolizado en la<br />

cabeza <strong>de</strong> angelito. El mechón <strong>de</strong> pelo, que contiene en su<br />

interior el guardapelo, sería un recuerdo <strong>de</strong>l infante muerto.<br />

Colgante-guardapelo<br />

Oro, esmalte y diamantes<br />

Inv. DE170<br />

Depósito <strong>de</strong>l <strong>Museo</strong> Nacional <strong>de</strong> Artes Decorativas<br />

13


2.4. JOYAS MINIATURA<br />

<strong>Sala</strong> <strong>XV</strong> (Boudoir)<br />

En el siglo XIX la miniatura va a tener una gran importancia. Muchas veces<br />

ejecutadas por mujeres, su pequeño tamaño las hacía idóneas para aplicarlas a<br />

joyas, generalmente broches o colgantes. Sus temas se basaban principalmente en el<br />

retrato, paisaje o escenas <strong>de</strong> diverso tipo: históricas, religiosas, mitológicas, etc.<br />

Las cuatro joyas miniaturas que se exponen en esta vitrina (un alfiler, un colgante y<br />

tres medallones), representan escenas variadas:<br />

La primera (Inv. 1119) tiene como protagonista a Juana <strong>de</strong> Arco, heroína medieval<br />

muy admirada en el periodo romántico. Un colgante y un medallón (Inv. 1134 e Inv.<br />

1151) con escenas <strong>de</strong> carácter amoroso: una <strong>de</strong> ellas con Cupido portando un<br />

corazón sangrante y la otra con una representación <strong>de</strong>l altar <strong>de</strong>l amor. La cuarta<br />

miniatura (Inv. 1167) es un medallón con una escena <strong>de</strong> interior figurando unos<br />

jugadores en una taberna, siguiendo mo<strong>de</strong>los <strong>de</strong>l pintor flamenco David Teniers el<br />

Joven.<br />

Alfiler<br />

Metal, esmalte y perlas<br />

Inv. 1119<br />

<strong>Sala</strong> <strong>XV</strong> (Boudoir)<br />

Medallón<br />

Gouache y acuarela / marfil y<br />

strass<br />

Inv. 1167<br />

14


Colgante<br />

Acuarela / marfil, plata y strass<br />

Inv. 1134<br />

<strong>Sala</strong> <strong>XV</strong> (Boudoir)<br />

Todas estas miniaturas aparecen con un marco <strong>de</strong> strass, material inventado y<br />

patentado en 1730 por el joyero alsaciano Georg Friedrich Strass (1701-1773). Este<br />

tipo <strong>de</strong> piedras sintéticas, realizadas a base <strong>de</strong> pasta <strong>de</strong> vidrio con un alto contenido<br />

en plomo, fueron utilizadas en el siglo XIX para imitar los caros y exclusivos<br />

diamantes.<br />

2.5. OTROS: JOYAS PARA EL CABELLO. CAJAS Y JOYEROS<br />

JOYAS PARA EL CABELLO<br />

Medallón<br />

Esmalte, plata y strass<br />

Inv. 1151<br />

<strong>Sala</strong> <strong>XV</strong> (Boudoir)<br />

PEINETAS<br />

La peineta, adorno típicamente hispano, tiene unos orígenes que se remontan a los<br />

curiosos adornos que, según Estrabón, empleaban las mujeres <strong>de</strong> Iberia en el siglo I<br />

para sujetar la toca. Posteriormente, el Arte Ibérico nos ha <strong>de</strong>jado abundantes<br />

muestras <strong>de</strong>l empleo <strong>de</strong> este utensilio para sostener tocas y velos tal y como se<br />

presenta en la famosa Dama <strong>de</strong> Elche.<br />

Durante los siglos <strong>XV</strong>I y <strong>XV</strong>II, las joyas <strong>de</strong>l tocado alcanzan gran importancia, pero<br />

no será hasta el siglo <strong>XV</strong>III cuando estos adornos para el pelo lleguen a su máximo<br />

apogeo. Se realizarán en los más variados materiales: oro, plata, concha y<br />

principalmente el carey, con el que se fabricaron las famosas peinetas <strong>de</strong> teja.<br />

15


Con la moda Imperio asistiremos a un gran <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> esta joya femenina que<br />

pervivirá durante todo el siglo XIX, <strong>de</strong>bido principalmente a la forma <strong>de</strong>l peinado con<br />

una gran variedad <strong>de</strong> moños y recogidos que hicieron imprescindible el uso <strong>de</strong><br />

peinetas para sujetarlos. Compuestas por una serie <strong>de</strong> púas y una cabeza, muchas<br />

veces <strong>de</strong> carácter movible, las más lujosas solían ir adornadas por piedras preciosas o<br />

<strong>de</strong> imitación como el strass o bien por camafeos.<br />

En esta vitrina se presentan dos peinetas: la primera (Inv. 473) está realizada en<br />

azabache francés, material <strong>de</strong> imitación creado en el siglo XIX, consistente en una<br />

mezcla <strong>de</strong> vidrio negro y plomo, y empleado en la <strong>joyería</strong> <strong>de</strong> luto, como sería el caso<br />

<strong>de</strong> esta pieza. Se compone <strong>de</strong> seis púas curvilíneas, unidas a un rosetón <strong>de</strong> forma<br />

helicoidal adornado con motivos semiesféricos y cuadrados facetados.<br />

Peineta<br />

Azabache<br />

Mediados <strong>de</strong>l siglo XIX<br />

Inv. 473<br />

<strong>Sala</strong> <strong>XV</strong> (Boudoir)<br />

La segunda peineta (Inv. 6245), empleada por la dama para llevarla con un traje <strong>de</strong><br />

noche, se compone <strong>de</strong> veinticuatro púas <strong>de</strong> carey, unidas a una orla <strong>de</strong> oro en forma<br />

<strong>de</strong> roleos vegetales, rematada en nueve zafiros engastados.<br />

También en relación a las joyas para la cabeza se presentan dos agujas para sujetar<br />

el sombrero, realizadas en metal y amatista. Estos adminículos se van a popularizar<br />

en el último tercio <strong>de</strong> siglo, cuando <strong>de</strong>saparecen las capotas que se anudan por<br />

medio <strong>de</strong> cintas y se ponen <strong>de</strong> moda los pequeños sombreros femeninos que <strong>de</strong>ben<br />

sujetarse mediante este tipo <strong>de</strong> agujas.<br />

Agujas para sujetar el sombrero<br />

Metal y amatistas<br />

Último tercio <strong>de</strong>l siglo XIX<br />

Inv. 2827<br />

<strong>Sala</strong> <strong>XV</strong> (Boudoir)<br />

Peineta<br />

Oro, zafiros y carey<br />

Mediados <strong>de</strong>l siglo<br />

XIX<br />

Inv. 6245<br />

<strong>Sala</strong> <strong>XV</strong> (Boudoir)<br />

16


CAJAS Y JOYEROS<br />

Para almacenar sus joyas, las mujeres emplearon una gran cantidad <strong>de</strong> cajas<br />

realizadas en los más variados materiales: cristal, cerámica, porcelana, papel maché,<br />

etc. Estos joyeros solían ser un regalo, generalmente <strong>de</strong>l caballero a su dama, bien<br />

como objeto único o bien como contenedor <strong>de</strong> una joya.<br />

Los joyeros tienen su origen en los cofres que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la Antigüedad se realizaron para<br />

guardar los más preciados enseres: monedas, joyas, reliquias, etc., combinando<br />

generalmente lo útil con lo bello. La fabricación <strong>de</strong> cajas realizadas con materiales<br />

lujosos tuvo su culminación en la Francia <strong>de</strong>l siglo <strong>XV</strong>III, bajo el reinado <strong>de</strong> Luis XIV,<br />

utilizándose como joyero, bombonera, caja <strong>de</strong> lunares, caja <strong>de</strong> rapé, etc.<br />

Durante el siglo XIX se continuaron realizando contenedores <strong>de</strong> todo tipo:<br />

bomboneras, tabaqueras, polveras, joyeros o cajas para guardar el colorete y <strong>de</strong>más<br />

productos para el embellecimiento femenino. Muchos <strong>de</strong> ellos van a estar fabricados<br />

en serie, lo que posibilitó que pudieran llegar a manos <strong>de</strong> un mayor número <strong>de</strong><br />

mujeres. En esta vitrina se presenta una significativa muestra <strong>de</strong> estas cajas.<br />

Joyero<br />

Esmalte, metal y seda<br />

Inv. 1874<br />

<strong>Sala</strong> <strong>XV</strong> (Boudoir)<br />

Joyero<br />

Cristal y metal<br />

Inv. 1875<br />

<strong>Sala</strong> <strong>XV</strong> (Boudoir)<br />

En la vitrina <strong>de</strong>l boudoir encontramos varias <strong>de</strong> estas cajitas:<br />

Dos joyeros <strong>de</strong> esmalte azul (Inv. 1874 e Inv. 1933), <strong>de</strong>corados exteriormente con<br />

motivos florales y forrados en su interior con tela <strong>de</strong> raso en muaré trabajada con<br />

técnica <strong>de</strong>l capitoné. Con este tipo <strong>de</strong> recubrimiento se conseguía una mayor<br />

protección para las joyas que <strong>de</strong>scansaban en una base mullida resguardándolas <strong>de</strong><br />

los golpes.<br />

17


Joyero<br />

Plata y pasta<br />

Inv.1876<br />

<strong>Sala</strong> <strong>XV</strong> (Boudoir)<br />

Joyero<br />

Esmalte, metal y seda<br />

Inv. 1933<br />

<strong>Sala</strong> <strong>XV</strong> (Boudoir)<br />

Un joyero <strong>de</strong> cristal biselado (Inv. 1875), <strong>de</strong> base rectangular, con montura en<br />

bronce dorado, que permitía ver las joyas que la caja contenía en su interior.<br />

Por último, un joyero (Inv. 1876) <strong>de</strong> plata repujada, ovalado y tapa con relieve <strong>de</strong><br />

pasta, imitando marfil, <strong>de</strong>corado con una escena <strong>de</strong> carácter pastoril-amoroso. Esta<br />

pieza se caracteriza porque el interior <strong>de</strong> su tapa se convierte en un espejo que<br />

permitía a la dama mirarse mientras observaba como lucían sus joyas.<br />

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BIBLIOGRAFÍA<br />

ARANDA HUETE, A, “Panorama <strong>de</strong> la <strong>joyería</strong> española durante el reinado <strong>de</strong> Isabel<br />

II.”, Boletín <strong>de</strong>l <strong>Museo</strong> e Instituto “Camón Aznar”, 1997, L<strong>XV</strong>III: 5-23.<br />

ARBETETA MIRA, L., (cat. exp.) La <strong>joyería</strong> española <strong>de</strong> Felipe II a Alfonso XIII en los<br />

museos estatales, Madrid, Nerea, Dirección General <strong>de</strong> Bellas Artes, 1998.<br />

BOHEN, M V, Accesorios <strong>de</strong> la moda. Encaje, abanicos, guantes, bastones, paraguas,<br />

joyas, Barcelona, Salvat, 1944<br />

BURY, S., Jewellery. The International Era 1789-1910, Woodbridge, Antique<br />

Collector’s Club, 1991.<br />

PÉREZ GALDÓS, B., La <strong>de</strong> Bringas, Madrid, Cátedra, 1997.<br />

RYBCZYNSKI, W., La casa: historia <strong>de</strong> una i<strong>de</strong>a. Madrid, Nerea, 1989.<br />

BEBER, H., French Jewelry of the Nineteenth Century, London, Thames & Hudson,<br />

2001<br />

Coordinación Pieza <strong>de</strong>l Mes: Mª Jesús Cabrera Bravo<br />

Fotografías: Pablo Linés, Miguel Ángel Otero, Ana Belén García, Archivo <strong>Museo</strong> <strong>de</strong>l<br />

<strong>Romanticismo</strong>, Archivo <strong>Museo</strong> Nacional <strong>de</strong> Artes Decorativas.<br />

Diseño y maquetación: Ana Belén García<br />

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LA PIEZA DEL MES. CICLO 2011<br />

Enero<br />

Carolina Miguel Arroyo<br />

EL CARNÉ DE BAILE EN EL MUSEO DEL ROMANTICISMO<br />

Febrero<br />

Carmen Linés Viñuales<br />

WILLIAM FINDEN (G), GEORGE SANDERS (P), LORD BYRON A LOS 19<br />

AÑOS, aguafuerte y buril, ca. 1830<br />

Marzo<br />

Merce<strong>de</strong>s Rodríguez Collado<br />

LA JOYERÍA EN EL MUSEO DEL ROMANTICISMO<br />

Abril<br />

Paloma Dorado Pérez<br />

UN VIAJE DE NOVIOS. EMLIA PARDO BAZÁN<br />

1882 (Ed.88)<br />

Mayo<br />

Gema Rodríguez Collado<br />

MARIANO SALVADOR MAELLA, SAN ISIDRO LABRADOR Y SU ESPOSA<br />

SANTA MARÍA DE LA CABEZA, óleo sobre lienzo, ca. 1790<br />

Junio<br />

Sara Rivera Dávila<br />

RETRATOS FOTOGRÁFICOS<br />

Septiembre<br />

Carmen Sanz Díaz<br />

MARÍA CRISTINA E ISABEL II, PIERRE LEVEQUE, 1836<br />

Octubre<br />

Isabel Ortega Fernán<strong>de</strong>z<br />

FUENTE CON LAS BODAS REALES, WILLIAM ADAMS & SONS, loza<br />

estampada, ca, 1846<br />

Noviembre<br />

Laura González Vidales<br />

BEBÉ STEINER, porcelana, vidrio, cabello humano, ca. 1889<br />

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