Danilo Pérez - Lobby

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14.05.2013 Views

El lAgAR 3 LOBBY El arte de comer fuera ¿Qué bebidas?, ¿Qué comidas?, ¿Qué hacer durante el aperitivo? Es el momento ideal para la discusión del siguiente paso en la mesa, en medio de una conversación amena con los acompañantes; y ese paso siguiente es… Por: Ramón Barreiro ¿Cómo reconocer un buen restaurante? Es harto difícil si desconocemos los ritos del buen comer. No basta con decirse a sí mismo, esto me gustó, esto otro no, el ambiente es divertido, la comida es sosa o especiada, etc. Hay que tomarse el tiempo de aprender las tradiciones de cada mesa, porque esos pequeños detalles representan el primer disfrute, quizás el más esencial, de una comida. La buena mesa no tiene apuros, es pausada y meditativa, porque el comensal avivado –el sibarita– hace el esfuerzo intelectual de idear una experiencia gastronómica coherente. Esa coherencia no es otra cosa que emparentar sabores y olores, no sólo entre comidas y bebidas, sino también entre lo que se come a cada paso. El primer momento de reflexión es el aperitivo. El lugar ideal para ello es la barra del restaurante. ¿Qué bebidas? La coctelería seca, los vinos generosos, los blancos jóvenes, los rosados, bebidas que tienen todas en común la capacidad de avivar el apetito del comensal. ¿Qué comidas? Sabores amargos y salados, en pequeñas cantidades y durante el tiempo justo que toma terminar la copa seleccionada. ¿Qué hacer durante el aperitivo? Es el momento ideal para la discusión del siguiente paso en la mesa, en medio de una conversación amena con los acompañantes e idealmente con el anfitrión del restaurante; y ese paso siguiente es… La selección del vino. Es la clave de todo el proceso. Un buen maridaje consiste en saber elegir las comidas que hagan justicia a la complejidad sensorial del vino elegido. El sibarita no entra a un restaurante antojado de tal o cual comida, entra antojado de una experiencia sensorial cuya punta de lanza es el vino. En consecuencia, en el buen restaurante la primera carta que se enseña es la del vino; y si contamos con la presencia del sommelier –el responsable de la selección de vinos de la carta–, es oportuno escuchar sus consejos, en vistas a lo que se quiera comer, para amplificar con la comida el gusto del vino. Finalmente hemos de seleccionar los platos que vestirán nuestra experiencia gastronómica. Un detalle, quizás una excepción a lo dicho anteriormente: no tema cambiar el vino al pasar de un plato a otro, juegue con los sabores; los entrantes por lo general son ligeros y ameritan vinos también ligeros, lo que bien puede prestarse para comenzar con un vino de consumo inmediato que a la vez, dará tiempo a que el vino estrella, pensemos en un vino más complejo, de crianza y con una guarda considerable en botella, luego de su decantación –por lo menos media hora, hay vinos que requieren airearse más tiempo– muestre sus grandes rasgos. Los grandes vinos requieren grandes platos, y los grandes platos se caracterizan no por la agresividad sino por la sutileza. Los mejores postres son pequeños y divertidos, ante todo, explosiones de sabores; esa tarta inmensa que siempre se deja a medio terminar es una ofensa absoluta, mientras que ese detalle de postre adornado graciosamente en confiterías es el regalo último de la buena mesa. Y en la buena mesa, los postres también llevan su vino, o más bien, los vinos de postre también cierran la buena mesa; es el momento de los vinos dulces y de los espumosos semi secos. Y el cierre apropiado para una gran comida es una buena sobremesa, que puede darse en la mesa o en una habitación de divanes dispuesta para la conversación relajada. El café, puro y corto es obligado y la copa espirituosa es la recompensa de una comida bien escogida. ¿Qué bebidas? El brandy, el cognac, los wiskeys y rones añejos en una copa de balón, el recipiente de toda bebida voluptuosa. Este también es el momento del habano, pero su ausencia es comprensible, después de todo los habemos que no disfrutamos fumar. ✤

REsTAuRANTE BAhíA LOuNGE una nueva alternativa en la ciudad Recientemente inaugurado, este restaurante cuenta con un ambiente acogedor. Ubicado en Paitilla frente al Hotel Plaza Paitilla Inn, Bahía Lounge es una muy buena alternativa para irse a comer unas deliciosas Arañitas en Salsa de Ron o un Cóctel de Camarones; pero si su paladar pide por unas entradas diferentes no dude en pedir las Bolitas de Yuca o las Bananitas Apanadas. Como plato fuerte le recomendamos el Atún al Carbón en salsa de Espinacas o unos Langostinos Ahumados en Gazpacho de Martíni y Albahaca. Para acompañar estos platos recuerde pedirle al barman unas refrescantes Caipirinhas. Fotos: Carla García de los Ríos / Paipaqoa Productions

El lAgAR<br />

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El arte de comer fuera<br />

¿Qué bebidas?, ¿Qué comidas?, ¿Qué hacer durante el aperitivo? Es el momento<br />

ideal para la discusión del siguiente paso en la mesa, en medio de una conversación<br />

amena con los acompañantes; y ese paso siguiente es…<br />

Por: Ramón Barreiro<br />

¿Cómo reconocer un buen restaurante? Es<br />

harto difícil si desconocemos los ritos del<br />

buen comer. No basta con decirse a sí<br />

mismo, esto me gustó, esto otro no, el ambiente<br />

es divertido, la comida es sosa o especiada,<br />

etc. Hay que tomarse el tiempo de aprender las<br />

tradiciones de cada mesa, porque esos pequeños<br />

detalles representan el primer disfrute, quizás el<br />

más esencial, de una comida.<br />

La buena mesa no tiene apuros, es pausada<br />

y meditativa, porque el comensal avivado –el<br />

sibarita– hace el esfuerzo intelectual de idear<br />

una experiencia gastronómica coherente. Esa<br />

coherencia no es otra cosa que emparentar<br />

sabores y olores, no sólo entre comidas y<br />

bebidas, sino también entre lo que se come a<br />

cada paso. El primer momento de reflexión es el<br />

aperitivo.<br />

El lugar ideal para ello es la barra del<br />

restaurante. ¿Qué bebidas? La coctelería seca,<br />

los vinos generosos, los blancos jóvenes, los<br />

rosados, bebidas que tienen todas en común<br />

la capacidad de avivar el apetito del comensal.<br />

¿Qué comidas? Sabores amargos y salados, en<br />

pequeñas cantidades y durante el tiempo justo<br />

que toma terminar la copa seleccionada. ¿Qué<br />

hacer durante el aperitivo? Es el momento ideal<br />

para la discusión del siguiente paso en la mesa,<br />

en medio de una conversación amena con los<br />

acompañantes e idealmente con el anfitrión del<br />

restaurante; y ese paso siguiente es…<br />

La selección del vino. Es la clave de todo el proceso.<br />

Un buen maridaje consiste en saber elegir las<br />

comidas que hagan justicia a la complejidad<br />

sensorial del vino elegido. El sibarita no entra<br />

a un restaurante antojado de tal o cual comida,<br />

entra antojado de una experiencia sensorial cuya<br />

punta de lanza es el vino. En consecuencia, en el<br />

buen restaurante la primera carta que se enseña<br />

es la del vino; y si contamos con la presencia<br />

del sommelier –el responsable de la selección<br />

de vinos de la carta–, es oportuno escuchar sus<br />

consejos, en vistas a lo que se quiera comer, para<br />

amplificar con la comida el gusto del vino.<br />

Finalmente hemos de seleccionar los platos<br />

que vestirán nuestra experiencia gastronómica.<br />

Un detalle, quizás una excepción a lo dicho<br />

anteriormente: no tema cambiar el vino al pasar<br />

de un plato a otro, juegue con los sabores; los<br />

entrantes por lo general son ligeros y ameritan<br />

vinos también ligeros, lo que bien puede prestarse<br />

para comenzar con un vino de consumo inmediato<br />

que a la vez, dará tiempo a que el vino estrella,<br />

pensemos en un vino más complejo, de crianza<br />

y con una guarda considerable en botella, luego<br />

de su decantación –por lo menos media hora,<br />

hay vinos que requieren airearse más tiempo–<br />

muestre sus grandes rasgos. Los grandes vinos<br />

requieren grandes platos, y los grandes platos<br />

se caracterizan no por la agresividad sino por la<br />

sutileza.<br />

Los mejores postres son pequeños y divertidos,<br />

ante todo, explosiones de sabores; esa tarta<br />

inmensa que siempre se deja a medio terminar<br />

es una ofensa absoluta, mientras que ese detalle<br />

de postre adornado graciosamente en confiterías<br />

es el regalo último de la buena mesa. Y en la<br />

buena mesa, los postres también llevan su vino,<br />

o más bien, los vinos de postre también cierran la<br />

buena mesa; es el momento de los vinos dulces y<br />

de los espumosos semi secos.<br />

Y el cierre apropiado para una gran comida es una<br />

buena sobremesa, que puede darse en la mesa<br />

o en una habitación de divanes dispuesta para<br />

la conversación relajada. El café, puro y corto es<br />

obligado y la copa espirituosa es la recompensa<br />

de una comida bien escogida. ¿Qué bebidas? El<br />

brandy, el cognac, los wiskeys y rones añejos en<br />

una copa de balón, el recipiente de toda bebida<br />

voluptuosa. Este también es el momento del<br />

habano, pero su ausencia es comprensible,<br />

después de todo los habemos que no disfrutamos<br />

fumar. ✤

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