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SUEÑOS EN ESTÉREO<br />
1<br />
LOBBY<br />
Busquemos lo que<br />
realmente importa<br />
El 2008 viene lleno de eventos cada vez más comerciales y menos sinceros, ¿no<br />
le parece el fin de año el mejor momento para buscar la forma de expresar lo que<br />
realmente quiere decir?<br />
Por: María Ruth Sánchez De Obaldía<br />
“¿Qué vas a hacer el 31?” Es la pregunta<br />
que más he escuchado en los últimos<br />
días. Lo peor es que todos saben que<br />
la respuesta rara vez es novedosa, siempre<br />
tiene algo que ver con compromisos familiares,<br />
amorosos o sociales, pero a final de cuentas,<br />
son casi siempre lo mismo. Sin embargo, mi<br />
amigo Daniel me sorprendió contestándome algo<br />
que no esperaba en lo absoluto, no porque fuese<br />
el mejor plan de la historia sino por el significado<br />
que implica su plan.<br />
Casi todos van a la playa o tienen una cena, la<br />
mayoría terminará con una copa en la mano o<br />
viendo juegos pirotécnicos en la bahía. Algunas<br />
de mis amigas ya compraron el panty amarillo, la<br />
docena de uvas y tienen las maletas hechas para<br />
darle la vuelta a la cuadra. Daniel no va a hacer<br />
nada de eso, él irá con su mamá a la Misa de<br />
Gallo, rezando de las once como hasta las dos<br />
de la mañana del primero de enero.<br />
¡Es impresionante! No porque tenga algo malo,<br />
sino porque me puedo imaginar el cuadro: desde<br />
horas antes de salir de casa, su madre empezará<br />
a decirle “No estás obligado. Si no quieres ir, ve<br />
con tus amigos. Daniel, no lo hagas por quedar<br />
bien conmigo”… Es la cantaleta que sus amigos y<br />
yo hemos escuchado por más de 15 años. Daniel<br />
no lo hace por compromiso, ni está obligado a ir,<br />
lo hace por amor.<br />
Estoy hablando de un hombre de 30 años,<br />
fiestero, con novia y muchos amigos que cada<br />
año separa esta fecha para una mujer: su madre,<br />
una señora de 50 y tantos años que perdió a su<br />
acompañante oficial hace 15 años: su esposo.<br />
A las personas como Daniel quiero dedicarle esta<br />
columna; no sólo a aquellos que asisten a la<br />
iglesia a pedir por un nuevo trabajo, un esposo o<br />
por sus hijos, sino a todos aquellos que aún en un<br />
mundo como el de hoy (inmerso en el comercio y<br />
lo banal) encuentran detalles invaluables y actos<br />
que logran expresar todo lo que sienten por los<br />
seres que aman y hacen que el amor trascienda.<br />
No me refiero al amor cursi, ni al amor trillado<br />
de balada pop con mariposas en el estómago<br />
incluidas, a aquel que dibujan en rojo y rosado<br />
en las tarjetitas de dólar cincuenta, sino al amor<br />
real, maduro y duradero; ése que se siente por<br />
las personas alrededor, el que es tan natural que<br />
lo damos por hecho y por eso no nos tomamos la<br />
molestia de mencionarlo siquiera.<br />
Enero está a la vuelta de la esquina y el 2008<br />
viene plagado de eventos y días para celebrar:<br />
el día de reyes, el de los enamorados, el de la<br />
secretaria, del padre, de brujas, fiestas patrias,<br />
día del pavo, de la madre… y tantos más cada<br />
vez más comerciales y menos sinceros.<br />
Para esos días, no hagamos que los niños le<br />
escriban cartas a un viejito panzón, no salgamos<br />
desesperados a gastar dinero en la búsqueda<br />
del regalo especial. Busquemos un momento, un<br />
gesto, un hecho que demuestre que queremos a<br />
los nuestros.<br />
El regalo es importante, pero más importante<br />
es la compañía. Eso es lo que tenemos que<br />
encontrar. ¡Feliz año, amigos! ✤