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en los últimos 20 años podemos sostener que
dicho tratado solo contempla una parte de la
realidad y en lo que hace a lo estrictamente
comercial de compra y venta de la mercade-
ría.
Aquí han intervenido, además de los contra-
tantes importador y exportador, una empresa
certificadora internacional, hay cuestiones
de derechos del consumidor involucrados y la
responsabilidad de la empresa frente a ellos y
cómo se defiende, a su vez de las consecuen-
cias que ello le trae aparejado. Hay, además,
un severo daño comercial al importador que
se ve involucrado en una cuestión de calidad
de producto (confiado en la seriedad de la
certificadora) y que debido a ello ha daña-
do su imagen lo que en principio debería ser
resarcible. Pero ante quién reclamo por ello?
Cómo afronto el costo de tener que efectuar
la revisión de la mercadería y quién será res-
ponsable de ello?
Como podemos apreciar, las consecuencias
que se van suscitando como resultado de la
situación planteada son muchas y será ne-
cesario ir resolviéndolas parcialmente. Sin
embargo la existencia de un contrato que
marque pautas claras, que establezca con
precisión cómo serán cumplidas las obligacio-
nes de las partes y cómo serán resueltas las
probables diferencias entre las empresas son
cuetiones que deberían encontrarse resueltas
de antemando, llevando a cabo una negocia-
ción seria y responsable, dejando claro cuál
es el alcance de las obligaciones y cómo res-
ponderán frente a ellas cada parte. Incluso,
en lo que hace a reclamos de consumidores
o autoridades.
Esto nos lleva a la conclusión que por más
que el negocio resulte atractivo, interesante
y hasta un excelente negocio, no se deben
descuidar otros aspectos del mismo. Insisto
en algo que vengo sosteniendo desde mis no-
tas anteriores. Una exportación no se resume
a tan sólo cargar la mercadería y recibir el
pago. Se encuentra inmersa en una cantidad
enorme de situaciones y aspectos legales que
el común de la gente y el empresario argenti-
no en general no tienen presentes al momen-
to de llevar a cabo una venta.
Es importante que se fijen las pautas míni-
mas sobre las cuales deberán actuar las par-
tes. Cómo se resolverán desde las cuestiones
mínimas que tienen que ver con el envío de
la mercadería, embalaje, garantía, procesos
de armado y puesta a punto, asistencia técni-
ca, provisión de repuestos, etc, a cuestiones
estrictamente de procedimientos, como lo
sería en el caso del ejemplo dado, cómo se
resolverá una devolución de mercadería por
que la garantía debe ser cubierta por un de-
fecto de fabricación.
Convengamos que es probable que ante una
situación determinada y una negativa expre-
sa a responder por algo de ello puede colocar
al exportador (o al importador) en situación
de tener que litigar en un territorio extran-
jero, con costos diferentes a los nuestros,
con leyes diferentes y culturas diferentes que
pueden hacer variar la balanza para uno u
otro lado.
Estas buenas prácticas son aconsejadas por
el Centro de Comercio Internacional de las
Naciones Unidas (www.intracen.org) y la
Cámara de Comercio Internacional (www.
iccwbo.org) que promueven la realización
de contratos que pongan pautas claras en
las relaciones jurídicas comerciales privadas
internacionales.
Otras ventajas de tener un contrato escrito
es la de poder sortear cuestiones relativas a
políticas económicas, a saber: Por ejemplo
en el caso de una prohibición de exportación
posterior a un contrato, podrá hacerse valer
el contrato frente a las autoridades, que no
pueden desconocer el mismo. Tenemos el
caso reciente de la veda a la exportación de
carne. La excepción era aquellos producto-
res-exportadores que tuvieran un contrato
firmado con anterioridad.
Otra indudable ventaja será para el caso de
investigación de valor por parte de la Adua-
na. La existencia del contrato con valores es-
pecificados permitirá que el estudio llevado
a cabo por el organismo se vea sustentado
documentalmente cuando se encuentra en
cuestionamiento el valor de importación o
de exportación de la mercadería.
En conclusión. Siempre será aconsejable te-
ner un marco fijado en forma previa dentro
del cual moverse. Sabiendo a ciencia cierta
cuáles son las obligaciones y cuáles los de-
rechos de las partes y cubriendo todo el
espectro que hace al negocio, para lo cual
recomiendo la realización de un contrato,
que tiene como otros aspectos positivos la de
poder hacer frente a cuestiones de políticas
comerciales y aduaneras, que siempre favo-
recerán a quien lo tenga.
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