26 - UNAM

16 ❒ 26 de noviembre de 2001.
El espíritu emprendedor y aventurero
de los arqueólogos y su legado
GUSTAVO AYALA
El descubrimiento de la Coatlicue y de la
Piedra del Sol en 1790, junto con los estudios del
científico Antonio León y Gama, son hechos
emblemáticos que marcaron la historia cultural
de México. Se dice que la Piedra del Sol fue
adosada a uno de los muros de la catedral como
curiosidad del mundo prehispánico y la Coatlicue
fue expuesta en el patio central de la Escuela de
Medicina.
Sin embargo, ante el asombro de muchos, la
perturbadora presencia de la diosa de la falda de
serpientes despertó, por un lado, un culto que se
creía olvidado entre la población indígena y, por
el otro, el rechazo de un sector de la sociedad. El
hecho es que la escultura fue enterrada de nuevo
para ocultarla. Hoy, ambas piezas son centrales en
el Museo Nacional de Antropología.
Tales sucesos son considerados el puerto de
partida de la historia de la arqueología mexicana,
a la que hoy se rinde homenaje en la exposición
Descubridores del pasado mesoamericano, que
se exhibe desde el 23 de noviembre en el Antiguo
Colegio de San Ildefonso.
Con una museografía integral, la muestra se adentra en el hallazgo del patrimonio
Gaceta UNAM
Descubridores del pasado en Mesoamérica, en San Ildefonso
Organizada por la Universidad Nacional,
el Consejo Nacional para la Cultura y las
Artes, el Gobierno del Distrito Federal y el
Instituto Nacional de Antropología e Historia,
la muestra está conformada por más de
500 obras, piezas de cerámica y otros materiales,
objetos personales de los arqueólogos,
fotografías y documentos.
Descubridores.... es un tributo a la arquitectura
y a los hombres, mexicanos y extranjeros,
que han consagrado su vida al estudio de las
civilizaciones prehispánicas de Mesoamérica.
En ella se muestra el fruto de sus investigaciones
y del espíritu emprendedor y aventurero que los
caracteriza.
A lo largo de la historia, la arqueología en
México ha transitado de la aventura a la ciencia.
Desde los antiguos expedicionarios hasta los
arqueólogos armados con modernas tecnologías
y amplios conocimientos, todos han contribuido
a descubrir y entender el mapa cultural de
Mesoamérica.
De hecho, a principios del siglo XX, el
catálogo de sitios arqueológicos en el país
contemplaba 110 zonas; en la actualidad hay
tres mil 64 registrados, cifra que se incrementa
constantemente.
La exposición reúne riquezas arqueológicas
desde la prehistoria, los olmecas, las
culturas del Golfo, Oaxaca, los mayas de las
tierras altas y los peninsulares, hasta las del
occidente de México y los mexicas, las que
florecieron en Teotihuacan, Cholula, Xochicalco,
Cacaxtla y Tula.
Se trata de vasijas, figuras, monolitos, documentos,
libros, fotografías, planos, dibujos, grabados,
pinturas, implementos personales e instrumentos
de trabajo, y se recrea la Tumba de la
Reina Roja de Palenque, Chiapas.
De entre las obras expuestas sobresalen urnas
funerarias, máscaras y pectorales de oro de
Oaxaca; estelas, cabeza, serpientes y atlantes
mayas; guerreros, dioses, ollas policromadas,
vasos y platos de cerámica provenientes de la
costa del Golfo, así como figurillas femeninas
y ofrendas olmecas.
Una de las figuras que más impacta al
visitante es la monumental Coyolxauhqui de
dorita, hallada en 1825 mientras se construían
los cimientos de una casa propiedad del con-