RE Inframundo - La Biblioteca del Cuadrado de Binomio
RE Inframundo - La Biblioteca del Cuadrado de Binomio
RE Inframundo - La Biblioteca del Cuadrado de Binomio
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
S.D. PERRY <strong>RE</strong>SIDENT EVIL 4 INFRAMUNDO<br />
cuatro años <strong>de</strong> vida, el sólido peso <strong><strong>de</strong>l</strong> arma en su mano le hizo sentir un alivio<br />
increíble. Recordó lo que le había dicho su hermano pequeño sobre lo <strong>de</strong> la<br />
seguridad y comprobó con mano torpe si había una bala en la recámara antes<br />
<strong>de</strong> levantar <strong>de</strong> nuevo la mirada.<br />
—Gracias —le dijo, y lo dijo <strong>de</strong> corazón. Había atraído a aquellos dos a<br />
una trampa, y aun así, le estaban dando un arma; le estaban dando una<br />
oportunidad.<br />
—No importa. Así no tendremos que preocuparnos <strong>de</strong> tener que cubrirte<br />
el culo a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> cuidar <strong><strong>de</strong>l</strong> nuestro —le contestó John, con una leve sonrisa—.<br />
Venga, pongámonos en marcha.<br />
John se colocó en cabeza con León situado a su espalda. Comenzaron a<br />
dirigirse hacia el este, avanzando lentamente a través <strong><strong>de</strong>l</strong> entorno uniforme. <strong>La</strong><br />
arena era arena <strong>de</strong> verdad. Se movía bajo los pies, y junto al tremendo calor,<br />
hacía que caminar fuera una tarea difícil.<br />
Sólo habían avanzado unos metros cuando León les dijo que parasen.<br />
—Ropa interior térmica —murmuró mientras enfundaba su arma antes <strong>de</strong><br />
quitarse su camiseta negra y atársela a la cintura. Debajo llevaba puesta una<br />
camiseta blanca gruesa—. No pensé que llegaríamos hasta el Sahara…<br />
Todos lo oyeron, un segundo antes <strong>de</strong> verlo… <strong>de</strong> verlos a los tres,<br />
alineados en la cresta <strong>de</strong> la duna. Unos pequeños arroyos <strong>de</strong> arena bajaban <strong>de</strong><br />
cada una <strong>de</strong> sus múltiples patas, cada una tan gruesa y <strong>de</strong> aspecto tan sólido<br />
como un bate <strong>de</strong> béisbol recortado. Tenían garras, unas gran<strong>de</strong>s garras <strong><strong>de</strong>l</strong>gadas<br />
y negras en forma <strong>de</strong> pinza con el bor<strong>de</strong> interior serrado, y unos largos cuerpos<br />
segmentados que se estrechaban hasta las colas, retorcidas y dobladas sobre sus<br />
espaldas… y acabadas en aguijones. Unos aguijones <strong>de</strong> al menos treinta<br />
centímetros, <strong>de</strong> aspecto peligroso y goteantes.<br />
El trío <strong>de</strong> criaturas <strong>de</strong> color arenoso, cada una <strong>de</strong> unos dos metros <strong>de</strong> largo<br />
y uno <strong>de</strong> alto, comenzó a castañetear. <strong>La</strong>s protuberancias estrechas y levantadas<br />
parecidas a colmillos y situadas bajo los ojos <strong>de</strong> arácnido <strong>de</strong> las criaturas,<br />
chascaron unas contra otras produciendo el extraño ritmo <strong>de</strong> repiqueteo que<br />
habían oído antes… y entonces, las tres criaturas, los monstruos, empezaron a<br />
<strong>de</strong>slizarse hacia ellos con un equilibrio perfecto, avanzando sobre la escurridiza<br />
arena con facilidad. Y en la cresta <strong>de</strong> la duna, aparecieron otras tres.<br />
93