RE Inframundo - La Biblioteca del Cuadrado de Binomio
RE Inframundo - La Biblioteca del Cuadrado de Binomio
RE Inframundo - La Biblioteca del Cuadrado de Binomio
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
S.D. PERRY <strong>RE</strong>SIDENT EVIL 4 INFRAMUNDO<br />
—Vale —dijo Cole <strong>de</strong> nuevo, esa vez con mayor firmeza. Fueron<br />
caminando hasta don<strong>de</strong> León los estaba esperando, sin <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> observar arriba.<br />
—Henry, como nosotros tenemos las armas, ¿qué tal si te pones en cabeza?<br />
—le sugirió John—. León y yo estaremos vigilando las alturas, así que<br />
necesitaremos un camino <strong>de</strong>spejado para no tener que preocuparnos <strong>de</strong> andar<br />
tropezando con lo que haya por el suelo. ¿Crees que podrás hacerlo?<br />
Cole asintió, y aunque todavía tenía un aspecto un poco pálido, John se<br />
dio cuenta <strong>de</strong> que mantendría el tipo. Al menos, durante un rato.<br />
Su guía se colocó <strong><strong>de</strong>l</strong>ante <strong>de</strong> León y se dirigió aproximadamente hacia el<br />
suroeste, siguiendo una retorcida senda a través <strong><strong>de</strong>l</strong> extraño bosque. León y<br />
John lo siguieron, y John se dio cuenta rápidamente <strong>de</strong> que tener a Cole <strong>de</strong> guía<br />
no representaba una gran diferencia.<br />
Si no miras por dón<strong>de</strong> vas, te vas a caer —se dijo <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> tropezar por<br />
sexta vez con un «tronco» caído—. No hay forma <strong>de</strong> ro<strong>de</strong>arlos.<br />
Los dáctilos, como los llamaba Cole, todavía no habían aparecido ni<br />
habían hecho ningún otro ruido. Mejor: John creía que cruzar un bosque <strong>de</strong><br />
plástico ya era tarea suficiente. Era una sensación muy extraña ver los árboles y<br />
los arbustos <strong>de</strong> aspecto tan realista y notar la humedad en el aire… y darse<br />
cuenta al mismo tiempo <strong>de</strong> que no había olores a tierra o a seres vivos, ni brisa<br />
ni leves sonidos <strong>de</strong> movimiento, ni bichos. Era una experiencia parecida a un<br />
sueño, y uno inquietante.<br />
John seguía avanzando, con la vista fija en el entrecruzamiento <strong>de</strong> ramas<br />
por encima <strong>de</strong> sus cabezas, cuando Cole se <strong>de</strong>tuvo.<br />
—Estamos… hay una especie <strong>de</strong> claro <strong><strong>de</strong>l</strong>ante <strong>de</strong> nosotros —dijo.<br />
León se giró frunciendo el ceño y miró a John.<br />
—¿Lo ro<strong>de</strong>amos?<br />
John avanzó un poco más y miró a través <strong>de</strong> los árboles, distribuidos<br />
aparentemente al azar, para observar el claro. Tenía unos quince metros <strong>de</strong><br />
largo como mínimo, pero John prefería no pasar por allí: que un pterodáctilo te<br />
atacara en picado no parecía nada divertido.<br />
—Sí. Henry, gira a la <strong>de</strong>recha. Vamos a…<br />
El resto <strong>de</strong> sus palabras se perdieron cuando un chillido agudo y<br />
gorgoteante inundó todo el bosque antinatural, y una sombra marrón grisácea<br />
apareció <strong>de</strong> repente en el claro y voló hacia ellos, extendiendo unas garras <strong>de</strong><br />
treinta centímetros <strong>de</strong> largo.<br />
John vio unas alas <strong>de</strong> dos o tres metros <strong>de</strong> largo, cuyas puntas <strong>de</strong> aspecto<br />
correoso acababan en unos garfios curvados. También distinguió un pico<br />
aullante y lleno <strong>de</strong> dientes, un cráneo alargado y esbelto, unos ojos negros y<br />
lisos <strong><strong>de</strong>l</strong> tamaño <strong>de</strong> platillos <strong>de</strong> café, brillantes…<br />
Él y León empezaron a disparar cuando la criatura se posó en la primera<br />
fila <strong>de</strong> árboles. Sus enormes garras abrieron varios surcos en el duro plástico, y<br />
extendió sus gran<strong>de</strong>s alas membranosas en un esfuerzo por mantener el<br />
equilibrio…<br />
¡Bang-bang-bang! Aparecieron unos cuantos agujeros en su <strong><strong>de</strong>l</strong>gada piel y<br />
unos <strong><strong>de</strong>l</strong>gados hilos <strong>de</strong> sangre aguada comenzaron a salir <strong>de</strong> las aberturas. El<br />
animal chilló, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> tan cerca que John no pudo oír el sonido <strong>de</strong> los disparos,<br />
78