RE Inframundo - La Biblioteca del Cuadrado de Binomio
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S.D. PERRY <strong>RE</strong>SIDENT EVIL 4 INFRAMUNDO<br />
El extraño gorjeo había cesado, y John ya no oía el sonido <strong>de</strong> aleteo… pero<br />
se preguntó cuánto tardarían los pájaros en <strong>de</strong>cidirse a buscar una presa.<br />
—Tienen que ser pterodáctilos —susurró Cole, con voz temblorosa—.<br />
Dáctilos.<br />
—Estás <strong>de</strong> broma —musitó John, y distinguió con su visión periférica que<br />
el trabajador <strong>de</strong> Umbrella negaba con la cabeza.<br />
—Quizá no son los <strong>de</strong> verdad, es sólo un sobrenombre que oí.<br />
Era evi<strong>de</strong>nte que Cole estaba aterrorizado.<br />
—Vamos hacia esa puerta —dijo León mientras comenzaba a entrar en el<br />
falso y sombrío bosque.<br />
Vaya que sí.<br />
John empezó a seguirle, tres, cinco metros, intentando mantener la vista<br />
alzada y mirar por dón<strong>de</strong> pisaba al mismo tiempo. Tropezó casi enseguida<br />
cuando una <strong>de</strong> sus botas golpeó una roca <strong>de</strong> plástico, y logró a duras penas no<br />
caerse completamente <strong>de</strong> bruces.<br />
—Esto no va a salir bien —dijo—. Cole… ¿Henry?<br />
Miró atrás y vio que Cole todavía estaba agazapado contra la compuerta,<br />
con el rostro sudoroso y pálido mirando al cielo.<br />
Al techo, maldita sea…<br />
León se había parado y los estaba esperando, sin <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> mirar entre las<br />
ramas espaciadas entre sí.<br />
—Te tengo cubierto —le indicó.<br />
John <strong>de</strong>shizo el camino andado, furioso, frustrado y con una sensación <strong>de</strong><br />
tremenda incomodidad: estaban en un situación apurada. David y las chicas<br />
podían estar luchando en ese mismo instante por sus vidas, allá en la superficie,<br />
y él no estaba dispuesto a per<strong>de</strong>r tiempo animando a un lacayo aterrorizado <strong>de</strong><br />
Umbrella. Aun así, no podían <strong>de</strong>jarlo allí atrás, no sin al menos intentarlo.<br />
—Henry. Eh, Cole.<br />
John alargó la mano y le palmeó en el brazo, y Cole por fin bajó la vista y<br />
lo miró. Sus ojos castaños estaban velados por el miedo, eso era evi<strong>de</strong>nte.<br />
John suspiró, y sintió un poco <strong>de</strong> pena por el individuo. Por todos los<br />
diablos, tan sólo era un electricista, y parecía que la ignorancia había sido su<br />
único crimen <strong>de</strong> verdad.<br />
—Mira, entiendo que tengas miedo, pero si te quedas aquí, lo único que<br />
vas a lograr es que te maten. León y yo ya nos hemos enfrentado antes con las<br />
mascotas <strong>de</strong> Umbrella, así que lo mejor que pue<strong>de</strong>s hacer es venir con nosotros.<br />
A<strong>de</strong>más, nos vendría bien tu ayuda. Tú conoces mejor este lugar que nosotros.<br />
¿Vale?<br />
Cole asintió, tembloroso.<br />
—Sí, vale. Lo siento. Es que yo… es que tengo miedo.<br />
—Bienvenido al club. Los pájaros me dan escalofríos. Lo <strong>de</strong> volar está muy<br />
bien, pero son tan raros, con esos ojos brillantes como cuentas <strong>de</strong> vidrio, y esos<br />
pies escamosos… ¿Has visto alguna vez a un ratonero? Tienen cabeza <strong>de</strong><br />
escroto.<br />
John fingió temblar <strong>de</strong> asco y miedo, y vio que Cole se relajaba un poquito,<br />
y que incluso intentaba sonreír.<br />
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