RE Inframundo - La Biblioteca del Cuadrado de Binomio
RE Inframundo - La Biblioteca del Cuadrado de Binomio
RE Inframundo - La Biblioteca del Cuadrado de Binomio
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
S.D. PERRY <strong>RE</strong>SIDENT EVIL 4 INFRAMUNDO<br />
Cole asintió.<br />
—¿Qué pue<strong>de</strong>s <strong>de</strong>cirnos <strong>de</strong> esos animales <strong>de</strong> prueba? ¿Qué aspecto tienen?<br />
—inquirió John.<br />
—Nunca los he visto. Yo sólo estaba aquí para montar cables, ya sabéis,<br />
cámaras, conductos y cosas así. —Les miró a uno y a otro—. Pero tampoco<br />
pue<strong>de</strong>n ser tan malos, ¿verdad?<br />
<strong>La</strong>s expresiones que vio en sus rostros no eran muy alentadoras. Cole<br />
estaba punto <strong>de</strong> empezar a preguntarles a ellos qué le podían contar a él cuando<br />
en el aire resonó un fuerte traqueteo metálico, como el <strong>de</strong> una gigantesca puerta<br />
que estuviera siendo alzada. Llegaba proce<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> sus espaldas, <strong>de</strong> la pared<br />
occi<strong>de</strong>ntal, y Cole sabía que las jaulas <strong>de</strong> los animales estaban en esa zona…<br />
Un segundo más tar<strong>de</strong> sonó un chillido agudo y penetrante que atravesó el<br />
aire, un largo y gorjeante sonido al que se le unió rápidamente otro, y otro más<br />
y otro, hasta que fueron <strong>de</strong>masiados como para po<strong>de</strong>r diferenciarlos.<br />
También se oía un eco rítmico, tan fuerte que, por un momento, Cole no<br />
pudo distinguir qué era… y cuando lo hizo, estuvo a punto <strong>de</strong> lanzar un grito.<br />
Alas. Era el sonido <strong>de</strong> unas gigantescas alas que batían el aire.<br />
Estaban a cinco metros por encima <strong><strong>de</strong>l</strong> suelo, sobre una doble fila <strong>de</strong> cajas<br />
<strong>de</strong> ma<strong>de</strong>ra en una esquina <strong><strong>de</strong>l</strong> almacén. Incluso el más mínimo movimiento los<br />
hacía tambalearse un poco, lo que intranquilizaba bastante a Claire.<br />
No es suficiente que John y León hayan <strong>de</strong>saparecido, o que estemos<br />
escondiéndonos <strong>de</strong> un puñado <strong>de</strong> matones <strong>de</strong> Umbrella. No, tenemos que subirnos al<br />
Monte Precario en una nevera a oscuras. Como uno <strong>de</strong> nosotros estornu<strong>de</strong> <strong>de</strong>masiado<br />
fuerte, nos vamos todos al suelo.<br />
—Esto es una mierda —susurró, tanto para romper el tenso silencio como<br />
para <strong>de</strong>sahogarse. El helicóptero había <strong>de</strong>jado <strong>de</strong> sonar en el exterior, pero<br />
todavía no habían oído a nadie moverse fuera.<br />
Se sorprendió al notar que el cuerpo <strong>de</strong> Rebecca, que estaba a su lado,<br />
empezaba a temblar, y oyó una risita contenida: la joven bioquímica estaba<br />
intentando impedirlo, y no lo estaba pasando bien. Claire sonrió, sintiéndose<br />
satisfecha <strong>de</strong> un modo absurdo.<br />
Pasaron unos cuantos segundos, y Rebecca consiguió hablar por fin.<br />
—Sí. Tienes tanta razón —y ambas tuvieron que contener las carcajadas.<br />
<strong>La</strong>s cajas se balancearon suavemente.<br />
—Por favor —dijo David con voz nerviosa. Él estaba encima <strong>de</strong> la segunda<br />
pila <strong>de</strong> cajas, al otro lado <strong>de</strong> Rebecca.<br />
Claire y Rebecca se calmaron, y <strong>de</strong> nuevo un silencio tenso y expectante se<br />
apo<strong>de</strong>ró <strong>de</strong> ellos. Estaban colocados en la esquina noroeste, ambas tumbadas<br />
sobre sus estómagos, con las pistolas apuntando hacia la pared enfrente <strong>de</strong><br />
ellas, hacia la zona don<strong>de</strong> estaba la puerta. David les había dicho que había dos<br />
puertas. Él estaba encarado hacia la que se encontraba al sur, cubriendo aquella<br />
por la que habían entrado.<br />
<strong>La</strong>s risitas liberadoras <strong>de</strong> tensión habían relajado un poco a Claire. Seguía<br />
sintiendo frío, seguía teniendo miedo por John y por León, pero la situación no<br />
74