RE Inframundo - La Biblioteca del Cuadrado de Binomio
RE Inframundo - La Biblioteca del Cuadrado de Binomio
RE Inframundo - La Biblioteca del Cuadrado de Binomio
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
S.D. PERRY <strong>RE</strong>SIDENT EVIL 4 INFRAMUNDO<br />
Acababan <strong>de</strong> intentar abrir la novena puerta <strong><strong>de</strong>l</strong> silencioso pasillo, y casi<br />
habían llegado a la esquina situada más al norte. Por lo que sabían, era posible<br />
que ya hubiesen pasado <strong>de</strong> largo <strong><strong>de</strong>l</strong> sitio don<strong>de</strong> estaba Reston, o <strong><strong>de</strong>l</strong> corredor<br />
que les podía llevar hasta él.<br />
—Al menos, veamos lo que hay al otro lado <strong>de</strong> la esquina antes <strong>de</strong><br />
empezar a hacer saltar cosas por los aires —le contestó León, aunque él también<br />
estaba perdiendo la paciencia. No es que le importara dañar la propiedad <strong>de</strong><br />
Umbrella, no, pero es que aquélla no era su prioridad: quería reunir al equipo lo<br />
antes posible. Ya habían <strong>de</strong>cidido que si no lo encontraban en poco tiempo,<br />
regresarían a la cantina e intentarían que uno <strong>de</strong> los trabajadores arreglara el<br />
ascensor, y que Reston se fuera al diablo. <strong>La</strong> misión sería un fracaso, pero al<br />
menos todos estarían vivos para luchar otro día.<br />
Eso suponiendo que todos continuemos con vida…<br />
Llegaron a la esquina y se <strong>de</strong>tuvieron. John alzó su M-16 y bajó la voz.<br />
—¿Te cubro?<br />
León asintió, y se acercó más a la pared interna.<br />
—A la <strong>de</strong> tres. Una… dos… tres…<br />
Se alejó un paso <strong>de</strong> la pared con toda rapi<strong>de</strong>z y se agachó apuntando con<br />
su semiautomática al extremo occi<strong>de</strong>ntal <strong><strong>de</strong>l</strong> pasillo al mismo tiempo que John<br />
se asomaba con el rifle por la esquina. El pasillo era mucho más corto, no<br />
llegaba a veinte metros, y acababa en una estancia abierta y sin puerta. Había<br />
una puerta a la izquierda… y alguien cruzó el espacio abierto en el extremo <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
pasillo, la silueta presurosa <strong>de</strong> un hombre.<br />
Reston.<br />
León le vio, un tipo <strong><strong>de</strong>l</strong>gado, no <strong>de</strong>masiado alto, con unos pantalones<br />
vaqueros y una camisa <strong>de</strong> trabajo <strong>de</strong> color azul. El señor Azul, justo como lo<br />
habían <strong>de</strong>scrito…<br />
—¡Alto! —gritó John.<br />
Reston se giró, asombrado… y <strong>de</strong>sarmado. Vio el M-16 y se alejó casi <strong>de</strong><br />
un salto <strong>de</strong> la puerta <strong>de</strong> doble hoja, quizás en dirección a una salida… León<br />
echó a correr, moviendo los brazos para conseguir mayor velocidad, pero John<br />
le sobrepasó a plena carrera. Llegaron a la habitación en un instante, y allí<br />
estaba Reston, intentando abrir <strong>de</strong>sesperadamente una puerta situada a la<br />
<strong>de</strong>recha. Echó una mirada aterrorizada por encima <strong><strong>de</strong>l</strong> hombro cuando entraron<br />
en tromba en la estancia, con los ojos abiertos <strong>de</strong> par en par por el pánico.<br />
—¡No se abre! —gritó con una voz cargada <strong>de</strong> histeria—. ¡Abra la puerta!<br />
¿Con quién habla?<br />
—Déjalo ya, Reston —le dijo John con voz ronca…<br />
Una compuerta metálica a sus espaldas bajó hasta cerrar la abertura,<br />
encerrándolos en la habitación con un chasquido tremendo. León bajó la vista, y<br />
se dio cuenta <strong>de</strong> que el suelo era <strong>de</strong> acero… y sintió la primera punzada <strong>de</strong><br />
intranquilidad.<br />
Reston se giró con los brazos en alto y sus <strong><strong>de</strong>l</strong>gados rasgos <strong>de</strong>formados por<br />
el miedo.<br />
—Yo no soy él, no soy Reston —balbuceó, y su pálida faz se cubrió <strong>de</strong><br />
sudor…<br />
68