RE Inframundo - La Biblioteca del Cuadrado de Binomio
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S.D. PERRY <strong>RE</strong>SIDENT EVIL 4 INFRAMUNDO<br />
Rebecca se le acercó, mirándolo fijamente a los ojos y tapando un poco el<br />
haz <strong>de</strong> su linterna.<br />
—Sabes <strong>de</strong> qué hablo. Tienes esa mirada, y la conozco. Te estás diciendo<br />
que todo esto es culpa tuya. Que si hubieras actuado <strong>de</strong> un modo diferente,<br />
ellos todavía estarían aquí.<br />
Él lanzó un suspiro.<br />
—Te agra<strong>de</strong>zco tu preocupación, pero éste no es el momento más<br />
apropiado para…<br />
—Sí, sí que lo es —le contestó, interrumpiéndolo—. Si vas a empezar a<br />
echarte la culpa, no pensarás con la claridad necesaria. Ya no somos los STARS,<br />
y tú ya no eres el capitán <strong>de</strong> nadie. No es culpa tuya.<br />
Claire se había acercado hasta ellos, y en sus claros ojos grises se podía ver<br />
una mirada <strong>de</strong> curiosidad y <strong>de</strong> interés a pesar <strong>de</strong> la expresión <strong>de</strong> preocupación<br />
que mostraban sus <strong><strong>de</strong>l</strong>icados rasgos.<br />
—¿Piensas que es culpa tuya? No lo es. Yo no lo pienso.<br />
David levantó ambas manos.<br />
—¡Dios, vale! No es culpa mía, y podremos pasar un rato analizando <strong>de</strong> lo<br />
que sí soy responsable cuando salgamos <strong>de</strong> aquí, pero, <strong>de</strong> momento, por ahora,<br />
¿po<strong>de</strong>mos concentrarnos en el problema que tenemos <strong><strong>de</strong>l</strong>ante?<br />
Ambas jóvenes asintieron, y aunque se alegraba <strong>de</strong> haber <strong>de</strong>tenido la<br />
sesión <strong>de</strong> terapia antes <strong>de</strong> que hubiera empezado, se dio cuenta <strong>de</strong> que no sabía<br />
qué hacer a continuación, qué tareas encargarles aparte <strong>de</strong> las que ya habían<br />
realizado, cómo iban a resolver aquella crisis, qué <strong>de</strong>cir o cómo <strong>de</strong>cirlo. Era un<br />
momento terrible. Estaba acostumbrado a tener algo contra lo que luchar, algo<br />
frente a lo que reaccionar o contra lo que disparar o contra lo que planear, pero<br />
su situación parecía ser estática, parecía haberse estancado. No existía un<br />
camino claro para resolver el problema, y aquello era todavía peor que la<br />
culpabilidad que sentía por su falta <strong>de</strong> previsión.<br />
Y justo en ese momento, oyó el distante zumbido <strong>de</strong> un helicóptero que se<br />
acercaba, un lejano palpitar que no podía ser otra cosa… y aunque hasta cierto<br />
punto era una solución, era la peor <strong>de</strong> todas.<br />
Ningún lugar don<strong>de</strong> ponerse a cubierto excepto este conjunto <strong>de</strong> edificios, y nunca<br />
lograríamos regresar a la furgoneta, sólo tenemos dos o tres minutos…<br />
—Tenemos que salir <strong>de</strong> aquí —dijo David mientras comenzaba a pensar en<br />
todo lo que tendrían que hacer si querían tener una oportunidad <strong>de</strong> sobrevivir,<br />
incluso cuando ya estaban corriendo hacia la puerta.<br />
Los trabajadores fueron pan comido. Se produjeron algunos momentos<br />
tensos cuando los levantaron <strong>de</strong> sus camastros en las habitaciones a oscuras,<br />
pero todo había transcurrido sin inci<strong>de</strong>ntes. Aun así, John había observado con<br />
cuidado a dos <strong>de</strong> ellos cuando los había conducido hasta la cantina, don<strong>de</strong> León<br />
seguía vigilando a los jugadores <strong>de</strong> cartas. Eran, sobre todo, dos en concreto;<br />
ambos tipos musculosos con aspecto <strong>de</strong> dárselas <strong>de</strong> machote, y un individuo<br />
flaco y nervioso <strong>de</strong> ojos hundidos que al parecer no podía parar <strong>de</strong> lamerse los<br />
labios. Era algo compulsivo: cada pocos segundos su lengua salía disparada, se<br />
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